domingo, 28 de junio de 2015

UN ESFUERZO DE POESÍA II. por Anabella Rodríguez.



 “Estar eventualmente inspirados por algo del orden de la   poesía para intervenir en tanto que psicoanalista. Esto es  precisamente hacia lo cual es necesario orientarlos, porque la Lingüística es una ciencia muy mal orientada .                                                                                                                                              (Seminario 24, clase 11)                                     

"Esta técnica exigiría, para enseñarse como para aprenderse, una asimilación profunda de la lengua, especialmente de la que se realiza concretamente en los textos poéticos. Es sabido que tal era el caso de Freud en cuanto a las letras alemanas, en las que se incluye al teatro de Shakespeare por una traducción sin par. Toda su obra da fe de ello, al mismo tiempo que de la asistencia que en ello encuentra constantemente, y no menos en su técnica que en su descubrimiento. Sin prejuicio del apoyo de un conocimiento clásico de los Antiguos,de una iniciación moderna en el folklore y de la  participación interesada en las conquistas del  humanismo contemporáneo en el campo etnográfico".                                                                                 (Jacques Lacan, Écrits.1)


Este trabajo tiene como objetivo central dar cuenta, mediante un caso clínico, de  la propuesta de Lacan de que el psicoanalista en su deseo debe de estar  inspirado por algo del orden de la poesía.

Parto de alguna citas del psicoanalista Alvaro Couso (1). “El inconsciente freudiano está estructurado como un lenguaje y, como tal, incluye un vacío. El sujeto se incluirá en un sistema que genera una realidad extra-linguística que no captura. Cada dicho implica algo in-decible, que queda por fuera de las posibilidades del sistema mismo: "si... (...)... decimos algo de una forma determinada, quedará una parte que, por este mismo decir, se tornará absolutamente irreductible, completamente oscura." 
“Si el  inconsciente no es la llave que permite alcanzar el sentido, sino la razón misma del sin-sentido…. ¿Cómo un decir puede tocar y modificar lo que escapa al decir?” ( hasta acá la cita de este autor )

El analista no es un significante que se agrega para completar el sentido, sino preal que porta la falla del sentido. Es desde el deseo del analista (no desde su saber) que ta interpreta. No busca revelar un sentido oculto, sino los significantes que determinan un sujeto sujetado a un goce. No articula un saber sobre la verdad, actualiza la verdad de todo saber (que no hay saber completo).


“Pero que la inspiración sea del orden de la poesía, no quiere decir que tenemos algo bello que decir! ¡Algo inspirado! La poesía tiene, a diferencia de la novela, por ejemplo que se resiste a la traducción- interpretación. La trama no importa mucho, lo que importa es el sonido de los fonemas que tintinean allí. Con la poesía, más que con ninguna otra forma de escritura, ocurre que el sentido viene después de varias lecturas y en cualquier momento. La poesía es una de esas dimensiones del decir en la que la interpretación se apoya. La interpretación en esa orientación es apofántica (2). No se corresponde a lo modal en la que se apoya la demanda”(3)

“Es necesario que el sujeto pueda partir como objeto (al menos en el caso de la neurosis) y recorra las vueltas necesarias de la demanda y el deseo para encontrarse él mismo en el punto de partida, pero ahora, como sujeto. Este efecto delay de la interpretación, sólo puede producirse si se trata de una enunciación que opera sin enunciado a modo de un enigma o de un enunciado, una cita. Entre el enigma y la cita, opera el despertar, al caer la ficha de una interpretación que está en suspenso. La interpretación que fulmina el síntoma opera en hacerse oír en aquello que se escucha y en hacerse mirar en aquello que se ve” (3)

El decir, crea un mundo, no porque las palabras nombren las cosas, sino que las palabras las crean. La interpretación ilumina la división subjetiva afirma J. Lacan en su escrito “Posición del inconsciente” y en “L’ Etourdit”. Refuerza el asunto al afirmar que el ser se realiza señaladamente. El ser no es anterior al decir, el decir crea al ser retroactivamente cuando se muestra.


¿En la realidad sexual del inconsciente la orientación no es a lo Real, a lo inasimilable en el campo del sentido? Esa orientación nos lleva a obviar lo que se devela como interpretación del sentido, aunque esa interpretación la realice el inconsciente a través de su formación. Esa interpretación sólo amplía el sentido. lo Real del inconsciente, que S. Freud mismo definió como represión primaria. Es un límite de la interpretación, que debemos respetar como límite.

La analizante:


Se trataba de una niña que llamaremos N. que en el momento en que comenzó su tratamiento psicoanalítico tenía seis años. Era la menor de tres hermanas. Las otras dos tenían siete y  nueve años. Los síntomas por lo que los padres acudieron a la consulta eran varios: “que N. era una niña “impenetrable”, era sumamente “callada y cerrada “nunca se sabía que necesitaba  ni que quería, era casi como un objeto que podía ser trasladado a diferentes lugares y situaciones sin manifestar acuerdo o desacuerdo, comportamiento que al decir de la madre fundamentalmente (ya que el padre era al igual que N. bastante callado y cerrado , lo cual pude corroborar efectivamente en las   entrevistas que mantenía con ellos), contrastaba notoriamente con el de sus hermanas. Además, la madre sospechaba si tendría un problema de sordera porque a veces le hablaba y parecía no darse por enterada. La niña presentaba también dificultades en al lecto- escritura y en matemáticas, no aprendía a leer, y había sido diagnosticada por una psicopedagoga de dislexia. Pero había dos síntomas y fundamentalmente el primero que era el que había precipitado la consulta, que preocupaban mucho a la madre: el hecho de que N. se masturbara de manera asidua donde estuviera, haciéndolo también delante  de todos, y que permanentemente estaba succionándose el pulgar.
De la historia de N. diré que al preguntarle a su madre cómo había sido el nacimiento de N., ella me contesta riéndose: ¿te refieres a si fue deseada y eso? Pues sí, fue una niña muy deseada, como las otras. Lo que sucede es que yo la tuve muy seguida de A.,  hermana que le sigue en edad a N. y quizás no pude prestarle toda la atención que ella necesitaba.

En este punto he de decir que yo contaba con algo de información previa respecto a esta niña, ya que la misma había concurrido a los dos años y medio  a un taller artístico donde yo había estado trabajando con otra colega,  y recordaba  que N. era una niña de mirada triste, “un bebé  replegado sobre sí mismo”, temerosa, que efectivamente durante todas las horas del taller se succionaba el pulgar, no se interesaba por los juegos ni propuestas, salvo si  la otra colega o yo la tomábamos en brazos ( de hecho estábamos todo el tiempo con ella en brazos, y cada vez que la dejábamos para hacer algo, se prendía a nuestra ropa y lloraba desconsoladamente).Este prenderse a las personas adultas lo observaba también cada vez que era traída al taller: no quería quedarse, lloraba y se prendía a su madre, y si bien en alguna oportunidad se le dijo que quizás era mejor que no la trajera, porque ella no la pasaba bien acá, igualmente era dejada por su madre en ese estado, y  una de nosotras hacía el relevo y estaba con ella prendida durante las actividades. Así sí se calmaba y lograba participar “de forma un tanto mecánica”, repetitiva y sin placer e implicación en lo que hacía, y nunca sonreía, ni respondía a manifestaciones de afecto. Efectivamente se percibía una frialdad impenetrable que contrastaba desmesuradamente con sus comportamientos de reclamo del Otro que eran un llamado desesperado al afecto.

En la primera entrevista con N. ella entra al consultorio y no me mira a los ojos en casi toda la sesión, su mirada es un tanto rara, como vacía y extraviada, pero escucha lo que le digo porque responde con acciones. Le pregunto si sabe porque sus padres la traen acá,  a lo cual obviamente no contesta, pero yo se lo explico la preocupación de sus padres en relación a sus síntomas (obviamente de manera concreta, no uso la palabra síntoma para nada), y le digo que trataremos de entender por qué  le sucede todo esto,  para poder ayudarla. Para poder hacer eso,  ella puede hablar de lo que quiera y jugar, dibujar, escribir , pintar, y le presento una caja de juegos (en la que hay también folios , lápices y rotuladores, acuarelas) diciéndole que estos juguetes son solo para ella, que cuando termine cada encuentro yo los guardaré hasta el siguiente.

Ella evitando mi mirada todo el tiempo, (mira para bajo)y está seria, y muy quieta, un poco petrificada diría yo, en su silla durante mucho tiempo, yo le pregunto si quiere que la ayude a mirar … que hay en la caja de juguetes y como no responde, empiezo a sacar algunos juguetes de la misma. Ella entonces comienza también a sacarlos, y lo que hace es simplemente eso, sacarlos y ponerlos sobre el escritorio y volverlos a  poner en la caja. Hasta que toma un libro de “La bella durmiente” y durante un tiempo prolongado pasa sus hojas de adelante para atrás varias veces. Le pregunto entonces, si  conoce ese cuento, si quiere que se lo lea. No me dice nada y continúa pasando las hojas del libro, hasta que yo le digo: me parece que acá, la bella durmiente eres tú. Ahí sonríe, y por primera vez me mira por cuestión de segundos. Doy por finalizada la sesión.

En la siguiente sesión ya la veo diferente, aunque sigue callada, entra con más determinación al consultorio y saca juguetes aunque no juega, solamente los  saca de la caja y los vuelve a poner en la misma.

De esta sesión destacaré solamente lo central que es que saca de su bolsillo una pelotita y la estruja entre sus manos, la pone sobre la mesa y luego con un rotulador la pinta y la pasa sobre una hoja  de papel en el que quedan marcas entrecortadas. Como hace eso durante bastante tiempo, sin hablar y a  mí se me presenta la idea de la metonimia, el desplazamiento del objeto a través del significante que deja huellas, el rastro del objeto perdido,  arriesgo decirle: ¿qué son?, ¿marquitas? Estás haciendo marquitas. (“Estás a- siendo marquitas”, donde la única manera de ser sujeto, es siendo marcado por el significante, lo que implica la entrada del sujeto en el lenguaje, su división  y la separación del objeto a como resto perdido de dicha operación, se es solamente en relación a ese objeto perdido, solo recuperable a través de sus huellas)
Al decirle esto, deja de hacerlo y pasa a otra cosa.

Estas marquitas articularan todo el trabajo posterior ya que consistió fundamentalmente en promover la marca significante del Otro, el s1nombre del goce,  extraíble sin conexión con la cadena  (marca rasgo unario), a través de  juegos centrados en dar muerte a la cosa(real) para poder inaugurar el proceso de simbolización (juegos del manchado=excluido, hacer que haya un “óbito” como ella misma lo nombró ),juegos donde  la presencia y ausencia del objeto  fue lo central:  esconder objetos y buscarlos, dar pistas para poder encontrarlos, ordenarlos , clasificarlos según características determinadas.etc., esconderse ella o yo, a medida que avanzaba la cura.                           
 Respecto a la leco-escritura y las matemáticas he de decir que la escritura de N. daba cuenta de la ausencia de separación (castración): era una masa amorfa,  y si bien escribía las letras no sabía diferenciarlas, escribía todo, junto adjuntando letras sin ton ni son en largas cadenas , sin separación entre las palabras y mal, unía cualquier letra con cualquier otra y me decía que ahí decía algo que en realidad no decía, por lo cual no se trataba de una confusión de letras o cambio de unas por otras, lo que  dejaba el diagnóstico de dislexia realizado por la psicopedagoga sin sentido.( Me pregunto si la dislexia no puede ser entendida desde el psicoanálisis como un accidente en la simbolización, en este caso, confundir letras, b con d o o m(mamá) con p(papá) como era el caso, estaría dando cuenta de la confusión entre el sujeto y el objeto, si no hay la castración como operación inaugural de la relación del sujeto al Otro del lenguaje, el sujeto no puede establecer ninguna otra diferencia a nivel simbólico; en lo real y concreto ve que los objetos son diferentes, pero es una diferencia sustentada sobre todo a nivel  imaginario.  

Poder operar con letras y números requiere de una diferencia captada a nivel del significante, donde importa tanto el eje diacrónico como sincrónico del lenguaje  (es cuestión  de metáfora, no basta la metonimia),  sustituir una letras por otras, y que con ello digan algo diferente requiere que algo falte, que haya agujero. En este sentido, muchos de los juegos que hicimos durante bastante tiempo, eran de agrupar objetos por sus nombres buscando las similitudes y las diferencias  o lo que tenían en común o las relaciones que podían establecerse entre ellas( por ejemplo relacionados casa ,techo, ventana  y no con avión )o ver que palabras se podían formar a partir de una palabra dada con las mismas letras: casa, saco, caso por ejemplo. 

Se trataba de que N. no había sido aún marcada aún por el significante por lo que ella no diferenciaba a sí misma del afuera (objeto de sujeto), por lo  tanto tampoco diferenciaba letras. Lo mismo le sucedía con los números, era capaz de escribirlos pero no tenía ni idea de que significaban ni de poder operar con ellos. De este estar fuera del lenguaje daba cuenta también el hablarme en varias sesiones en una lengua inventada y obligarme a repetirle que yo no la entendía, que si era inventada por ella, solo ella la podía entender, a lo cual respondía riéndose y continuando con ello, con clara intención de burla. Obvio no era de mí que se burlaba en la Transferencia (aunque sí), ¿acaso lo hacía del lenguaje convencional que yo representaba? Me hacía experimentar la impotencia y la angustia de no entender ni poderme comunicar, que eran suyas y me hacía saber que hay un estar fuera del Lenguaje , que eso le sucedía a ella.
A los efectos de la interpretación analítica que es el tema que me ocupa en esta ocasión, he de decir que hay una intervención que toca lo real , que realiza una inauguración del sujeto y su falta.

En varias  sesiones N. me habla de cuentas, hace cuentas mal hechas obviamente, y riéndose me dice: las cuentas Maravillosas, todas mal hechas, otra vez las cuentas, etc. Yo  me pregunto: a qué cuentas se estará refiriendo, que quiere decir con ello. 

Pienso: la madre hizo mal las cuentas, ella siente que para su madre no cuenta, su madre no la tiene en cuenta, las otras hermanas si cuentan, ¿será algo de eso? No obstante no digo nada, si bien conscientemente no sé porque lo hago, ahora cuando escribo esto supongo que porque inconscientemente se que esta interpretación es de orden imaginario( y si lo sé es porque ese saber lo adquirí en mi propio análisis, no hay otra manera de saberlo y apropiárselo).Sigo escuchando hasta que un día habla de nuevo del tema de las maravillosas cuentas, y ahí sí  me sorprendo a mi misma diciéndole: 

“¡Ahh! pero si tu madre es contadora” (Contador Público es una profesión  de la rama  Ciencias Económicas), lo cual yo no  había recordado hasta ese momento, “¿se tratará de que tu madre cuente?” e impactada yo misma por haber  dicho algo sin saber lo que había dicho en lo que decía, pero con la sensación de que era fundamental, corto la sesión.

Interpretación poética, produce efecto sobre el sujeto, sobre lo real, el cuerpo como veremos, pero no puede traducirse en términos de sentido, no hay algunos/s plausible/s de ser privilegiado/s que haya/n sido el o los  que opera/n este corte que la misma producirá, es precisamente esta manera de decir a medias la que le hace tener efectos en lo real.

Al irse N.,  me quedo pensando  por qué le dije eso, si en realidad lo que yo pensaba era que ella, la propia N. era quien no contaba para su madre,  pero no dije eso. Es que precisamente la interpretación está determinada por el inconsciente y el deseo del analista. El analista es parte del inconsciente del sujeto y por eso la interpretación tendrá efectos de verdad sobre el sujeto del inconsciente y por eso el analista no sabe lo que dice y no sabe de antemano  si esa interpretación tendrá efectos de verdad subjetiva.

En el caso de N. efectivamente los tuvo: a la sesión siguiente la madre entra radiante, sonriendo y le dice a N.; ¿le vamos a contar  a Anabella la gran novedad, el gran cambio? N. se sonríe (a esta altura del tratamiento ya me mira y juega). Continúa la madre: es que desde el otro día que salió de acá dejó de chuparse el dedo y de masturbarse. A partir de ahí empiezan también a sucederse cambios en el tratamiento en relación a la lecto- escritura y las operaciones matemáticas. Primero que nada empieza a poder diferenciar las letras, las escribe en a pizarra durante muchas  sesiones y va reconociéndolas y lo mismo hace con los números, al poco tiempo empieza a escribir y durante muchas sesiones jugamos a contar cuentos , lo cual ella no podía hacer pues si las letras son u pegote indiscriminado le era antes imposible contar ya sea con letras o con números.

Así mi intervención acerca de que si “se tratará de que tu madre cuente” que haga bien las cuentas del sujeto, le  reordena: entrar en la cuenta del Otro, si hay un S1 hay un S2, y el sujeto pasa a estar representado a partir de su ausencia en la cadena significante, el significante le representa para otro significante. Así se ordenan las cuentas: el sujeto cuenta para el Otro, puede contar historias y cifras, números. Mi intervención instituye esa madre Otro que cuenta, y por eso además hay separación del goce autoerótico: ya no necesita estar satisfaciendo la pulsión en su propio cuerpo: succión del pulgar y masturbación con tintes compulsivos, en función de darse unidad y sostén narcisista imaginario- real de tipo autista, empieza sostenerse, poder sostener su narcisismo en el significante, hay una marca que es corte, separación que posibilita un ir y venir: unir, juntar y separarar/se . y hablar, decir, pedir, estar en desacuerdo con el Otro. 

En “Posición del inconsciente”  Lacan destaca una articulación etimológica: indica que el deslizamiento deseparere (separar) a se parere (engendrarse a sí mismo) se funda en su "común aparejamiento en la función de la pars" , de la parte, alusión al objeto a como objeto parcial, parte no integrable a un todo - "La parte no es el todo […] nada tiene que ver con el todo". Prosigue Lacan: "Aquí, es de la partición de ésta de donde el sujeto procede a su parto". Vale decir que transita de su división a su engendramiento del objeto como causa, de esto se trata en la separación. (Lacan, J. (1964): "Posición del inconsciente". En Escritos 2, op. cit., pág. 802)



(1) Couso Osvaldo M.,”La interpretación psicoanalítica: de pasión significante a inspiración poética”.
(2) Lacan, J., “L’Etourdit”, en: Escansión 1. Paidós, Buenos Aires, 1984.
(3) Como orientarse en la realidad. Carlos Quiroga (red de psicoananlistas.com)


sábado, 27 de junio de 2015

LA INTERPRETACIÓN PSICOANALÍTICA: DE PASIÓN SIGNIFICANTE A INSPIRACIÓN POÉTICA Por Osvaldo M. Couso


EXCELENTE TRABAJO ACERCA DE LA INTERPRETACIÓN PSICOANALÍTICA .

(WWW.efba.org )


YA QUE EN ESTE CURSO, EN EL FORO PSICOANALÍTICO DE  ASTURIAS  HEMOS ESTADO TRABAJANDO EL SEMINARIO  "L' ÉTOURDIT" ( El Atolondradicho o las vueltas dichas ) DE JAQUES LACAN  y nos ha sido un trabajo arduo y difícil, y pos si decidimos finalmente continuarlo trabajando este curso siguiente a pesar del grado corroborado de dificultad que este seminario nos presenta, comparto este trabajo, porque considero que están planteados una serie de lineamientos básicos que aborda dicho seminario y lo hace de una manera excelente.



LA INTERPRETACIÓN PSICOANALÍTICA: DE PASIÓN SIGNIFICANTE A INSPIRACIÓN POÉTICA Por Osvaldo M. Couso

... el analista debería, en mi opinión,
apartarse un poquito del plano del sueño.
Jacques Lacan

Con su invento del inconsciente, Freud despierta al mundo entero del sueño de transparencia de la Razón. Confronta definitivamente al hombre con su desgarro inaugural, con su carne viva de dolor y desamparo.
Pero si es cierto que despertamos sólo para seguir soñando (1), una promesa de restitución negará aquella herida originaria: voy a proponerles la idea que la interpretación de los sueños - y con ella el juego significante – fue idealizada hasta constituirse en "modelo", a partir del cual se definiría la interpretación psicoanalítica.

A pesar tanto del valor poiético como del ombligo de los sueños, después de Freud se acentuó la interpretación como la que explicita y hace accesible el contenido latente que existe en las manifestaciones verbales y de comportamiento de los sujetos. Lacan dice que esa interpretación es el contenido latente, lo que a lo dicho " se añade para darle un sentido." (2). Con ello sintetiza una definición de interpretación "clásica": aquello que "se agrega" al sin-sentido proveniente de lo inconsciente, para "esclarecer" un contenido oscuro, "oculto" pero que "ya está ahí", y hacerlo inteligible.
Así concebida, la interpretación reduce otra vez el revolucionario invento freudiano a lo no-consciente. Porque olvida que el inconsciente implica un sujeto retenido en un goce. Olvida que el hombre, herido de palabra hasta la médula, cicatriza un ser de ausencias, de nostalgias y búsquedas desesperadas, por las que se niega a desprenderse de los (supuestos) paraísos que perdiera: así, Freud descubrió muy pronto que la "comunicación" de los "complejos inconscientes" no era suficiente para "librar" de ellos al sujeto.

El inconsciente freudiano está estructurado como un lenguaje y, como tal, incluye un vacío. El sujeto se incluirá en un sistema que genera una realidad extra-linguística que no captura. Cada dicho implica algo in-decible, que queda por fuera de las posibilidades del sistema mismo: "si... (...)... decimos algo de una forma determinada, quedará una parte que, por este mismo decir, se tornará absolutamente irreductible, completamente oscura." (3).
Aunque por estructura el lenguaje "dice" pero a la vez "no puede decir", se puede pensar en un metalenguaje, es decir: un "segundo" lenguaje que tome como objeto al primero, recubriéndolo en aquello de lo que no puede dar cuenta. Propongo concebir la interpretación "clásica" (aquello que se agrega para dar sentido al sin-sentido del inconsciente), como la pretensión de un metalenguaje.

La crítica a tal idea no puede hacernos olvidar el problema: la interpretación psicoanalítica está hecha de palabra, ¿cómo puede ejercer su acción en lo que está por fuera de la maquinaria significante? ¿Cómo un decir puede tocar (y modificar) lo que escapa al decir?.

LA PASIÓN DEL SIGNIFICANTE

A partir de lo in-comprensible del discurso y el comportamiento del analizante, el analista puede estar tentado de pensar que el saber que detenta va a hacerlo comprensible. Ello no sólo es "olvidar" que el saber es "medio de goce" (4), sino creer que el saber puede lograr un dominio sobre el goce. Olvidar que "la experiencia psicoanalítica pone en el centro, en el banquillo, al saber." (5). Que el inconsciente no es la llave que permite alcanzar el sentido, sino la razón misma del sin-sentido.

La realidad del inconsciente es sexual, incluye la falta a cuyo alrededor la significación fálica teje su maraña, intentando rellenar la carencia: dar sentido es enriquecer esa significación, cuya tendencia es a obturar.
Esa misma falta, además, origina el fantasma de un Otro consistente que pueda aportar un sentido pleno, decir "lo verdadero de lo verdadero" (6). Al dar sentido se sostiene la ilusión de la existencia de ese Otro.

El malentendido, el síntoma y el equívoco son nombres de esa falla en el sentido que re-establece la falta de relación sexual, el fracaso del significante para que quien habla pueda significar por entero el sexo y el goce. La interpretación de sentido pretende dominar al síntoma y eliminar el malentendido y el equívoco. La empresa es imposible porque contradice la estructura, pero el intento de dominio de la falta lleva a evitar ser interrogado por ella: una vez que el analista se compromete en la interpretación del sentido, cada vez más, casi sin darse cuenta, no se interroga... cada vez más "se va creyendo" que su saber es sin fallas.

El dominio es la "cara más profunda del falo" (7), recubre con sexo lo que del sexo fracasa (y por hacerlo interroga). Pretensión de dominio que se revela como perversa: "el hombre no sabe nada de la mujer; ni la mujer del hombre. En el falo se resume el punto de mito donde lo sexual se hace pasión del significante." (8).

LA REPRESENTACIÓN
El sujeto acude al análisis aquejado de su división: "Está representado, sin duda, pero también no está representado. En este nivel hay algo que permanece oculto en relación con este mismo significante." (9).
Por la estructura misma de la representación, el significante no puede capturar lo real del sujeto. Nombra, contornea, pero no apresa. Cava un abismo insalvable que lo separa (aunque también lo relacione) de la cosa: "La existencia de una cosa no se inscribe más que por otra cosa.. (..).. es otra cosa la que es dada..(..).. la alguna cosa cuya existencia se inscribe cesa de existir por el hecho de esta inscripción."(10).

Toda inscripción es presencia herida de ausencia. Su inadecuación hace que la cadena deslice incesantemente, en la búsqueda (siempre fracasada) del significante que complete la representación. Lejos de ser ese representante final y definitivo, que representa "por completo" al sujeto, el significante escribe la diferencia, el hiato insalvable que de él lo separa; encarna la imposibilidad misma de la representación. Y el sujeto tanto es representado como irrepresentable, en su constitución se amalgaman los significantes que lo dicen, con el vacío que se abre más allá de ellos.

El eclipse del sujeto (su desaparición bajo el sentido) y el síntoma (aparición de algo ajeno al dominio del sujeto) son nombres de la división del sujeto. Implican un quiebre y una interpelación a lo que éste cree ser y cree desear. Interrogación que lo hace dirigirse a quien supone puede aportar el significante que falta, para estar representado "por entero", para que su ser quede todo-significado y sentirse dueño de su deseo. Es decir, para seguir "no-sabiendo" lo que de algún modo sabe: su división.

LA DEMANDA DE SABER

El analista tendrá que vérselas con esa demanda.. Aceptarse como garantía de alcanzar un sentido unívoco, es responder a esa demanda inicial. Posición de impostura (11) que no es "inocente": implica el goce de dominar e imponer un saber, el predominio del discurso del Amo y el imperativo superyoico, el endiosamiento que ubica como "un ser único que sólo tiene una cosa que decir: soy lo que soy." (12).

Por eso el analista deberá ubicarse como no-detentando un saber que "aclare" el malentendido estructural, para no aplastar aquello que, por introducir una falla en su pretensión totalizadora, interroga al sujeto. Sólo así la palabra podrá desplegarse y alcanzar fragmentos de una verdad que se escurre. Posición especialmente difícil, porque la asociación libre y la regla fundamental en parte promueven esa ubicación del analista. Equívoco estructural del análisis, el analista no rechaza el lugar adjudicado (porque sin él el análisis no comienza), pero trabaja en su contra. La interpretación es uno de los medios esenciales para no colmar la demanda de un saber que sólo así, podrá ser ubicado como no-todo, y para hacer in-consistir a ese Otro que goza.

Es en ese sentido que el silencio del analista puede ser un "modo de interpretar", porque está "diciendo" que no a dicha demanda: "a menudo es mejor callarse.. (..).. pero hay que saber elegir esto último." (13). El "pero" destaca que no se puede "hacer método" del silencio.

También el decir a medias, el equívoco, el enigma, impugnan el saber en su pretensión de dominio, interrogan, obligan a producir significantes nuevos, inesperados, donde el sujeto no "se" reconoce (a la inversa, producen sorpresa o asombro, cuando no extrañeza). El sujeto "los" reconoce como los que lo determinan. Se obtiene entonces no un significante que completa la batería, sino el que porta y trae la inconsistencia de esa batería, posibilitando la producción de algo nuevo, un enunciado hasta entonces impensable.
La interpretación no liga sujeto y saber. Los des-liga, los separa radicalmente. Sólo así despojado de certezas, el sujeto puede ser artífice de un acto que ningún significante puede garantizar. Cuando el sujeto ha recorrido toda una vuelta en relación a su demanda dirigida al analista, se abren dos posibilidades: o bien vuelve a intentar obtener respuesta, o bien se desentiende del Otro y arriesga su acto. (14).

En definitiva, se espera de la interpretación que impugne y descomplete ese saber supuesto totalizante y divida al sujeto, despojándolo de la ilusión de ser UNO, único para el Otro.

El analista no es un significante que se agrega para completar el sentido, sino presencia real que porta la falla del sentido. Es desde el deseo del analista (no desde su saber) que el analista interpreta. No busca revelar un sentido oculto, sino los significantes que determinan un sujeto sujetado a un goce. No articula un saber sobre la verdad, actualiza la verdad de todo saber (que no hay saber completo).

ENIGMA Y CITA

Una operación esencial de Lacan en relación a la interpretación, es definir que "La interpretación no es interpretación por el sentido." (15). Pero no se detendrá allí: además, va a decir que ella está entre el enigma y la cita.(16).
El enigma es de difícil comprensión, y deja al sujeto en la necesidad de descifrar por él mismo lo que se ha dicho. Tejido con los elementos del discurso del analizante y apoyado en su enunciación, retorna sobre él como mensaje perturbador, que rompe la univocidad de la significación, poniendo en acto que se dice más de lo que parece decirse. Ello desconcierta, produce efectos de división subjetiva donde parecía haber una significación coagulada, abre a lo incalculable de efectos por-venir.

La cita o el enigma no se dirigen a un sujeto que "no sabe", al que se trata de enseñar lo que no sabe, sino a un sujeto determinado por el significante: "una intervención psicoanalítica no debe ser en ningún caso teórica, sugestiva – es decir imperativa -; debe ser equívoca. La interpretación analítica no está hecha para ser entendida, está hecha para producir olas." (17).

Se agrega aquí otra idea esencial: "Es únicamente por el equívoco que la interpretación opera."(18).


CONTRADICCIONES Y NUEVAS IDEAS

Es de estructura el hecho que en tanto hablantes acentuamos en un primer tiempo la dimensión simbólica por sobre la real. Así le sucedió a Freud y también a Lacan, en el que pueden encontrarse momentos de idealización de lo simbólico, que implican la interpretación dentro de ese registro.
En un primer tiempo de su enseñanza, por ejemplo, cuando concibe al síntoma como palabra amordazada, la interpretación es liberación del mensaje bloqueado.(19). Hasta que no acentuara en la estructura del síntoma, además del mensaje cifrado, su carozo real de goce, se difunde la idea de una escucha psicoanalítica que atiende predominantemente a las conexiones significantes que, como es sabido, se abren al infinito, alejándose cada vez más de tocar lo real.

Sin embargo, al mismo tiempo ya Lacan planteaba la escansión y las sesiones breves. (20) Asumía así decisivamente el análisis como hecho de discurso. Ubicaba la suspensión de la sesión como decisión no librada al reloj, sino ejercida por el analista para precipitar los momentos concluyentes. Acentuaba el corte, conveniente para que el analizante quede confrontado con la sorpresa o la incertidumbre que sus propios dichos le generan. Se promueve que el sujeto se someta al significante, favoreciendo el surgimiento de nuevos significantes. Se introduce la prisa, que destaca la vertiente de la palabra que lleva al encuentro con lo real, liberándola de su otra vertiente (la que remite más a la infinitización del sentido).

Luego de esta primera (y contradictoria) etapa, Lacan dará un paso importante cuando, en 1964, introduce la idea de un significante "especial". Subraya otra cara del significante, no la que se abre infinitamente al sentido, sino la que lo cancela, por ser sede del sin-sentido. Se abrirá así, la chance de un desasimiento de aquello que coagula al sujeto, para que éste se advierta "a qué significante – sin sentido, irreductible, traumático – está él, como sujeto, sujetado." (21). La búsqueda se define como la de este significante hecho de sin-sentido, relacionado con lo real de un sujeto, al que retiene en el goce de su relación (neurótica) con el Otro, de la que se resiste a desprenderse.
Esta idea, que redefine la interpretación psicoanalítica, será profundizada en relación al objeto: "entre psicoanalista y analizante hay siempre alguien más. Hay aquello que yo enunciaría no como representación sino como presentación del objeto. Esta presentación es lo que yo llamo, en su momento, el objeto a." (22).

La introducción del objeto a abre nuevas perspectivas para la interpretación, que "recae sobre la causa del deseo."(23). La articulación del objeto con la interpretación, inclina a ésta por el sesgo ya no de lo simbólico, sino de lo real.

Así puede leerse cuando Lacan formula que el síntoma es, para el sujeto, el modo del que goza de su inconsciente.(24). La maquinaria simbólica trabaja, elabora, y en el curso de esa elaboración produce saber y goce. Al prometer eternamente nuevos sentidos a alcanzar, tapona, en el curso mismo de su trabajo, el vacío que - en su centro mismo - lo constituye. Por entonces Lacan definirá la interpretación como la que extingue un síntoma, es decir aquella que logra un cambio en el cuerpo y en la economía del goce.
El corte y la interpretación intentan confrontar al sujeto, a través del significante, con lo que está más allá de las palabras, con lo imposible de decir. Sólo así se posibilitan cambios en la posición subjetiva.


EL DESPERTAR
Como un nuevo modo de tratar el problema, Lacan introducirá la metáfora del despertar (como contrapartida del dormir y del soñar): "En tanto el analizante sueña, el psicoanalista debe intervenir. ¿Se trataría entonces de despertar al analizante? En ningún caso es lo que éste desea-al soñar, preserva la particularidad de su síntoma -." (25). Las operaciones de cifrado del inconsciente tienden al goce, preservan el dormir, y con ello el placer (que es gozar... lo menos posible). Por eso dice Lacan que el sueño no va demasiado lejos (26), en el sentido que no llega al límite que es la falta de sentido de lo real, el no-sentido, lo real del sexo, donde el cifrado falla porque se acerca a lo que no puede escribirse.(27). La interpretación de los sueños choca con límites, pero ellos no están determinados por la dificultad para encontrar todos los sentidos posibles del cifrado onírico. Aunque tal dificultad es real, el límite está en el cifrado mismo. Ese límite es lo que Lacan llama despertar. Es el punto que constituye la frontera misma del lenguaje, que así puede concebirse en su articulación con la falta de relación sexual, "como lo que prolifera al nivel de esta no- relación." (28).

LA POESIA

Coherentemente con lo expuesto, a Lacan se le hace necesario, a los efectos de tocar lo real, imaginar un significante "nuevo" totalmente desligado del sentido: "No es seguro que uno esté despierto más que si lo que se presenta y representa es sin ninguna especie de sentido." (29). Idea difícil de concebir, tal vez por eso poco después dirá: "¿Estar eventualmente inspirado por algo del orden de la poesía para intervenir en tanto que psicoanalistas? Esto es precisamente eso hacia lo cual es necesario orientarlos." (30).

La poesía introduce una variación, ya que ella es "efecto de sentido, pero también efecto de agujero." (31). Ya no se trata, aparentemente, de un significante capaz de no producir sentido, sino del que puede agujerearlo. Lo esencial es que a partir de ello Lacan redefine la interpretación: "No hay más que la poesía, se los he dicho, que permita la interpretación." (32).

Freud comparaba y oponía el saber obturante de los filósofos y el de los poetas (que va más allá). Lacan había dicho, cuando comenta Schreber, que éste es escritor, pero no es poeta (33): poeta es el que nos introduce en un mundo diferente, en un nuevo orden de relación simbólica con el mundo. Idea que retoma y liga con la interpretación psicoanalítica, en su búsqueda por hacer de ésta un instrumento diferente a la simple manipulación de lo simbólico.

PARA FINALIZAR

En definitiva, "se trata de comprender por qué algo que se hace con este aparato que llamo el significante, puede tener efectos" (34). Lacan parte de la crítica a la interpretación por el sentido, en que se detuviera el posfreudismo. Verdadera pasión significante que degrada la interpretación al metalenguaje, el discurso analítico a discurso del amo, el deseo del analista al goce de un poder.

A pesar de plantear el síntoma predominantemente por su cara simbólica, introduce la escansión y las sesiones breves.
Subraya luego el encuentro con el sin-sentido del significante traumático, por el que el sujeto está sujetado al goce de su relación neurótica con el Otro.
Propone el enigma, el equívoco, el silencio y posteriormente el despertar y la poesía, como modos de aproximarnos a la idea de hacer operar lo simbólico sin "olvidar " que se trata de tocar lo real.
Qué mejor entonces, para finalizar este breve recorrido por la interpretación psicoanalítica, que una breve frase de un poeta: "No se trata de hablar, no se trata de callar, se trata de abrir algo entre la palabra y el silencio."(35)


BIBLIOGRAFÍA
  1. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XVII "El reverso del psicoanálisis", Ed. Paidós, Bs. As., 1992, pág. 60.
  2. Ibid., pág. 119.
  3. Ibid., pág.115.
  4. Ibid., pág. 51.
  5. Ibid., pág. 31.
  6. Jacques Lacan: "La ciencia y la verdad", en Escritos I, Siglo Veintiuno Editores, México, 1971, pág. 352.
  7. Jacques Lacan: "La significación del falo", en Escritos I, Siglo Veintiuno Editores, México, 1971, pág. 289.
  8. Jacques Lacan: "Radiofonía", en Radiofonía y Televisión, Ed. Anagrama, Barcelona, 1977.
  9. Ibid. de 1, pág.93.
  10. Francois Recanati: "Predicación y ordenación". Exposición en el seminario de J. Lacan, el 12-12-72. Inédito, ficha de circulación interna de la EFBA, pág. 3.
  11. Jacques Lacan. El Seminario, Libro XI "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis", Ed. Paidós, Bs. As., 1987, pág. 271-274.
  12. Ibid. de 1, pág. 70.
  13. Ibid. de 1, pág. 36.
  14. Jacques Lacan: El Seminario, Libro IX "La identificación", inédito. 21-3-62.
  15. Jacques Lacan: "La tercera", en Intervenciones y textos 2, Ed. Manantial, Bs. As., 1993, pág. 84.
  16. Ibid. de 13.
  17. Jacques Lacan: Conferencia en la Universidad de Yale, 24-11-75, inédito.
  18. Jacques Lacan. El Seminario, Libro XXIII "El síntoma", inédito, clase 18-11-75.
  19. Jacques Lacan: "Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis", en Escritos I, Siglo Veintiuno Editores, México, 1971, pág. 89.
  20. Ibid., pág. 73.
  21. Ibid. de 11, pág. 258.
  22. Jacques Lacan: Conferencia en el Scio. Del Prof. Deniker, Hospital Sainte Anne, 1978, inédito.
  23. Jacques Lacan: "L’etourdit", seminario inédito. Ficha de circulación interna de la EFBA, pág. 41.
  24. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXII, "R.S.I.", inédito, clase del 18-2-75.
  25. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XIV "La lógica del fantasma", inédito, clase del 23-11-66.
  26. Jacques Lacan: "La dirección de la cura y los principios de su poder", en Escritos I, Siglo Veintiuno Editores, México, 1971, pág. 254-255. Allí puede leerse, en referencia al sujeto y al sueño: "Hacer que se vuelva a encontrar en él como deseante, es lo contrario de hacerlo reconocerse allí como sujeto, porque es como en derivación de la cadena significante como corre el arroyo del deseo... (...)... el deseo no hace más que sujetar lo que el análisis subjetiviza."
  27. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXI "Les non dupes errent", inédito,clase 2.
  28. Jacques Lacan: "Respuesta a Catherine Millot", 1974, inédito. Ficha de circulación interna de EFBA.
  29. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXIV "L’insu que sait de l’une-bevue s’aile a mourre", inédito, clase del 17-5-77.
  30. Ibid., clase del 19-4-77.
  31. Ibid. de 28.
  32. Ibid.
  33. Jacques Lacan: El Seminario, Libro III "Las psicosis", Ed. Paidós, Barcelona, 1984, pág. 114.
  34. Jacques Lacan: "Conferencia en Milán", 12-5-72. Inédito, ficha de circulación interna de la EFBA.
  35. Roberto Juarroz: Conferencia en la Biblioteca Nacional, 8-9-94. Inédito.

FRASES Y CITAS PARA GUARDAR
"... la diferencia absoluta, esa que interviene cuando el sujeto, confrontado al significante primordial, accede por primera vez a la posición de sujeción a él." Seminario 11. pág. 284.
"... tengo derecho, al igual que Freud, a comunicarles mis sueños. Al contrario de los de Freud, no están inspirados por el deseo de dormir, a mí me mueve más bien el deseo de despertar." La tercera, pág. 95.
El sueño es un flujo significante. Hacer que se vuelva a encontrar en él como deseante, es lo inverso de hacerlo reconocerse allí como sujeto, porque es como es en derivación de la cadena significante como corre el arroyo del deseo. "El deseo no hace más que sujetar lo que el análisis subjetiviza." La dirección de la cura. Escritos 1, pág. 254-255
"La interpretación del analista no hace sino recubrir el hecho de que el inconsciente – si él es lo que yo digo, a saber, juego del significante – ha procedido ya en sus formaciones – sueños, lapsus, chistes o síntomas – por interpretación." (23).
Epígrafe. ... hace poco soñé que el despertador sonaba..(..).. lo considero como una buena señal, ya que, contrariamente a lo que dice Freud, en mi caso yo me despierto. Lacan conferencia en el scio. Del prof. Deniker, en Sainte Anne, 1978.inédito
El lenguaje "suple la ausencia de relación sexual". O sino: "El lenguaje puede ser concebido como lo que prolifera al nivel de esta no relación". O sino "el lenguaje niega la muerte". Respuesta a catherine Millot, 1974, inédito, ficha EFBA.

"... el analista debería, en mi opinión, apartarse un poquito del plano del sueño". Seminario 17, pág. 15.

jueves, 25 de junio de 2015

"LAS COSAS QUE ME GUSTAN" XUAN BELLO.

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Estoy leyendo  “Las cosas que me gustan”  de  Xuan Bello.

Y voy a  compartir  fragmentos de uno  de de su prosa poética.
¿Por qué este relato? Porque en el mismo, como en todos los que conforman el libro hay poesía, (pero alguno había que elegir), porque me sentí identificada y leída, y por tanto conmovida por el mismo.


"EL MAPA".

Antes que los libros amé los mapas. Quizás por eso ahora siguen fascinándome. Solo muy recientemente he caído  en la cuenta de la etimología de la palabra orientación. Nosotros los asturianos decimos nortiar, buscar el norte, pero orientarse es buscar el oriente. Los mapas medievales (como el magnífico del Beato de Liébana)nortiaban hacia el oriente, hacia Belén donde había nacido Cristo. En el cajón de la cocina de Paniceiros se conservaba, junto a las gafas de la bisabuela Eugenia, un atlas escolar que había sido de mi tío José Manuel en sus años de estudiante en Courias. Creo que fue el primer mapa que examiné, el primer mapa que analicé pausadamente. Después de la cena, que se hacía muy temprano, mientras los mayores jugaban a la brisca o escogían alubias, yo fatigaba, una y otra vez, aquellas estampas de continentes, océanos y mares que proponían más que viajes futuros –alguno terminaría realizando con el tiempo-, viajes interiores en los que aún sigo inmerso. La geografía, para mí, era la espita de la imaginación. Me acuerdo de la lámina de Guinea Ecuatorial (que aún era la provincia de la Guinea española en aquel atlas) y de alguna de mis reflexiones bajo la luz de la bombilla en aquel invierno de 1970. ¿Por qué Polonia era una tierra tan llana? Los lagos de Finlandia, ¿parecerían sobre la tierra como en el mapa, lágrimas de una diosa olvidada? 


 Padrín, el padrino de mi madre y mi bisabuelo, aun no había muerto pero ya no se sentaba a la mesa, por la enfermedad. Mi abuela me pedía las gafas de la bisabuela, yo abría el cajón y se las daba. Ella se las ponía, e inmediatamente, esparcía las alubias sobre la mesa. Mi abuelo, junto a ella, se ponía a escoger alubias, haciendo montones diferentes con las que tenían una herida negra y las que eran blancas como la manteca…….”             
…. “Mientras ellos se afanaban en al tarea, con la radio encendida en espera del parte, yo sacaba el atlas del cajón y lo abría indagando los misterios que proponía”.                                                                                                              Yo quise ser cartógrafo antes que escritor. No quise ser aventurero sino notario de aventuras. Mi naturaleza aventurera es así: prefiero soñar a arriesgarme  a lo desconocido. Además, desde que está soñado el asunto, es más fácil concluirlo en la realidad. Si me metí en la boca del lobo cuántas veces, y el lobo no me devoró, es por la previsión de los sueños. Creo que uno no se puede afrontar la vida con realismo, sin darle primero unas vueltas de sueño, en las tardes perdidas. ……..”
….. “En invierno, a aquellas horas,  tenía la luz enferma de 125 vatios, pero dentro de mí, mecido por el ruido de los platos entrechocando, crecía un árbol luminoso agitado por el viento del mundo. Una noche me levanté de la banqueta y con el atlas fui al cuarto donde padrín se moría despacio. Quería enseñarle el mapa de la “provincia de Oviedo” y en él el consejo de Tineo y en él la aldea de Paniceiros. Él abrió un arcón y me dio una naranja,  que le había recetado el médico y que parecía contener el sol de todos los veranos, y se puso a mirar conmigo la estampa. 
  
–Mira Oviedo, Grao, Tineo, Navelgas, Paniceiros…-le decía yo.                              Volvió a abrir el arcón y rebuscó en él. Sacó una lupa, que había traído de la Argentina, y observó el mapa muy atentamente….

Y el final es…  conmovedor  totalmente conmovedor:
“lo que no veo –dijo- es Casa Manulón. Estaría bien hacerse con un mapa que nos permitiera vernos por la ventana.Estaría bien  ese mapa. Padrín, pero aún no existe.      Llevo toda la vida intentando dibujarlo con tus palabras.


POR QUÉ  Y QUÉ DE “EL  MAPA” ME CONMUEVE.

Para empezar diré que no es la primera vez que escucho a alguien diciendo que durante su infancia del fascinaba viajar  a través de los mapas con su imaginación, por lo cual este relato me llevó inmediatamente al recuerdo querido de los mismos, y a la vez  me apena pensar  que los niños tanto  en el presente como en el futuro,  quizás  ya no necesitan hacerlo,(de hecho no lo hacen) o no de esa manera  tan entrañable que cuenta Xuan Bello, porque  la tecnología y sus nuevos descubrimientos van poco a poco cubriendo con la producción de objetos reales, la brecha por donde la imaginación sirviéndose de las palabras, se entretenía y maravillaba  antes en dibujarlos.  

En ese sentido, hasta la imaginación es capitalizada en esta sociedad actual, ya no se le permite jugar por jugar. Referido a este tema hay otro relato en el libro que se llama  “Inventos de antes”, en el cual el escritor plantea la diferencia entre los inventos o los milagros de la ciencia de antes que a él le producían más asombro, que los de ahora por su carácter como les llama él de “inventos en el sentido asturiano de la palabra, que es el de cosas que servir no servían para nada, sino que tenían una intención estética. Y deja planteada así la diferencia entre ese mundo de antes de la invención y del arte de los cuales no se pretende obtener ninguna  utilidad  directa, y el actual donde  la Ciencia y la tecnología parecen haber tomado el mando y rumbean siempre en la búsqueda de una utilidad en la invención, la búsqueda obsesiva de “lo real” (alude él a los científicos dedicados a acelerar neutrinos, intentando recrear el big bang en miniatura). 

Y manifiesta que  lugar a dudas, llevarán a  cabo ese experimento, ya que no habrá nada en el mundo que lo frene (a mi me vienen a la mente cuando leo esto, todo el tema de la cuestión ética en relación a la Ciencia y la tecnología, donde efectivamente parece que el poder hacer del hombre es ilimitado y la ética como se la ha entendido hasta ahora ya no cuenta)  pues, concluye de manera muy bella :“la Humanidad en ese empeño por descorrer el velo de Isis y ver si detrás hay algo más que la nada relampagueante es el carácter y el destino de los hombres y las mujeres. Ese misterio, el de la curiosidad, por lo menos ya está resuelto”.

 Efectivamente reencontramos  en lo que nos cuenta Xuan Bello “los inventos de antes”, los de un mundo perdido, el que brindaba esa  sensación acogedora , de seguridad y afecto que trasmite en  “El Mapa”, de hogar, de recogimiento y fuerte unión familiar: la familia de antes donde varias generaciones convivían  todos en la misma casa y en los mismos espacios y tiempos aún haciendo cosas diferentes y donde realmente hacían una pausa , un silencio, donde se comunicaban entre sí, hablaban (hoy cada uno aún en los momentos de ocio o descanso  está  en su mundito privado, y más bien acelerado, sobreexcitado muchas veces, con su propia televisión, móvil o  aparato tecnológico y con los sentidos saturados de imágenes, sonidos o más bien ruidos, comidas, bebidas en muchas ocasiones del tipo basura, o lo que sea) , donde se repetían cada noche acciones muy parecidas que determinaban rituales, los cuales cumplían una función muy importante que era la de brindar justamente seguridad y confort ( ya se sabía lo que esperar y cómo se iba a dar lo que se daba), escucha y comunicación , haciendo posible el abandono, la distención y contención, en fin, se daba lugar a un  tiempo y un espacio donde pudiera encontrar reposo el guerrero y recobrar las fuerzas necesarias para al otro día enfrentar las tareas cotidianas de diversa índole.

La manera en que Xuan Bello lo relata me sumergió de lleno en momentos muy similares vividos por mí misma en mi infancia, con las diferencias particulares que obviamente cada caso requiere, especialmente cuando cuenta la tarea de escoger las alubias buenas y separarlas de las malas. Y a mí que hace años que estoy que estoy lejos de mi tierra de origen, me trajo el recuerdo entrañable de mis padres afanados en dicha tarea, y de mí misma que los ayudaba en algunas ocasiones a hacerlo,  rituales similares que trascendían fronteras. Hoy que  dicha tarea ya no se  lleva a  cabo,  se pierde la oportunidad de ocupar ese “tiempo muerto”(que en sí  para nada lo era) para hacer algo tan sencillo, pero tan necesario para el bienestar personal(aunque la ciencia no pueda medir y por tanto determinar el valor de su utilidad, y los dandys de la Economía de Mercado no puedan por eso apropiárselo para lucrar con ello)que es el  estar  (que no es simple, cada vez es más difícil saber hacerlo de veras )los unos con los otros.

Otro aspecto del relato que me emocionó es el referido al tema de la orientación, al principio del mismo, Porque en mi país de origen Uruguay, nosotros también  decimos nortiar: estar desnortiado es una expresión muy usual para decir que se está desorientado, y en ese  sentido agrego que ya desde que vine a vivir a Asturias me sorprendió mucho encontrar muchísimas expresiones y palabras que son utilizadas regularmente allí y que en otros lugares de España no se utilizan(por lo menos yo nunca las escuché viviendo en otros lugares como Benidorm, Alicante  o Mallorca),como por ejemplo puede ser  paisano, que es la que se me ocurre en este momento.

He de decir que cuando recién llegué y escuchaba esas expresiones o palabras que me eran familiares, tuve por primera vez desde que estoy en España la sensación feliz y tranquilizadora  de estar (nuevamente) en casa; de hecho se lo comenté a varias personas en diferentes oportunidades, lo cual no hace sino corroborar que efectivamente, nuestra primera y principal morada es el lenguaje. Mi sorpresa se debió fundamentalmente daba por hecho que la mayor influencia lingüística que tenía Uruguay provenía de Galicia, ya que el número de inmigrantes mayoritario allí es de dicha comunidad.

Para finalizar estos comentarios, he de decir que acabo de tener una especie de epifanía, estoy  emocionada. Fue “El Mapa” quien me eligió, el mapa como aquello que te permite ubicarte, orientarte, algo fundamental  para una inmigrante perdida de ciudad en ciudad que buscaba sin saber que lo hacía ese “un lugar en el mundo” que todos necesitamos encontrar para sentirnos ser aunque sea mínimamente; una migrante desorientada con nostalgia  a veces de su tierra(no solamente de su país, sino de  la infancia, y de la misma vivida como la trasmite este relato), a  la que nortiar y otras palabras o expresiones típicas de acá  le han permitido encontrar su norte. Y aunque   en este mapa imaginario no pueda  verse tampoco mi casa de allá como le sucedía a Padrín con la de Manulón,  lo puedo intentar  redibujar  con estas palabras, pues ya de alguna manera lo  ha dibujado  para mí y sin saberlo, Xuan Bello en este hermoso  relato.


Y  más allá de mí, me pregunto cuál es nuestro norte como sociedad en esta época actual, cómo hacer para encontrar  un norte que permita a la gran mayoría construir un lugar mínimamente protector para poder realmente vivir.

Gracias Xuan, gracias Asturias y asturianos/as.