FIBROMIALGIA
¿UNO DE LOS NOMBRES DE UN TIEMPO DONDE SE PROMUEVEN LOS CUERPOS SIN SUJETO?
SOBRE LA FUNCIÓN DEL OTRO EN LA INTEGRACIÓN DEL YO CORPORAL Y EL YO PSIQUICO.
SOBRE LA FUNCIÓN DEL OTRO EN LA INTEGRACIÓN DEL YO CORPORAL Y EL YO PSIQUICO.

Una, como psicóloga /psicoanalista se
pregunta qué significa o que nombra realmente ese “me duele todo”, si no hay
también ahí en ese “todo” un dolor más allá del cuerpo que no puede ser nombrado
por fuera del cuerpo.
Pero muchas de ellas no solamente no
conciben que en el desencadenamiento de la enfermedad pueda haber jugado algún papel algún dolor de orden
psicológico,aún cuando muchos investigadores manifiestan que el
desencadenamiento de la misma coincide en muchos casos con algún tipo de
traumatismo psicológico ( una pérdida u otros proceso dificultosos
afectivamente ), o a veces también físicos(como un accidente por ejemplo), el
cual obviamente siempre va acompañado de su correlato a nivel psicológico,
señal del desequilibrio que provoca en la vida de la persona.
Muchas consideran que las
manifestaciones de dolor a nivel psicológico como ser la ansiedad y los
sentimientos depresivos que experimentan, son consecuencia solamente de su
enfermedad, debidas al malestar y las limitaciones que la misma genera en su vida cotidiana,
pero no que estaban prsentes antes del proceso de enfermar físicamente generados por dificultades psico-sociales.
Salvo en un número limitados de casos
las enfermas consideran que efectivamente en el desencadenamiento de su
enfermedad han coadyuvado o tenido una importancia muy marcada factores o un
malestar de orden psicológico. Obviamente todas coinciden en algo evidentemente
indiscutible, que la propia enfermedad a
su vez aumenta o hacer aparecer nuevas formas de malestar a nivel psicológico,
especialmente estados depresivos.
¿Cómo
podemos entender estas dos versiones de la enfermedad, y a qué pueden obedecer las
mismas?
La relación que establecemos entre el
cuerpo y lo que llamamos mente o psiquis no viene dada genéticamente, es una
conexión que ha de establecerse con la ayuda del Otro.Esa conexión que mantiene
el cuerpo enlazado a la subjetividad(alma, mente, psiquis o lenguaje), que hace
que podamos decir que en tanto sujetos “tenemos un cuerpo”, y no que somos total y únicamente
cuerpo o instinto como sucede con los animales, es posible merced al lenguaje, lo social. El cuerpo deviene así cuerpo del lenguaje, por tanto cuerpo
socializado, limitado, re-cortado de la animalidad; eso es lo que nos permite
hablar de pulsión en psicoanálisis, y ya no de instinto.
Pero
esta domesticación de la marca del lenguaje en el cuerpo no se produce
de la misma forma para todos los sujetos, se va a producir con fallos (falta),y
en algunos casos puede no producirse o se produce como sucede en la psicosis de forma no
anudada a lo simbólico , de lo que resulta una disociación en la que el cuerpo es
vivido como extraño y a veces fragmentado.
Para que se produzca la integración
cuerpo-mente se requiere de una sutil y casi artesanal construcción del vínculo
imaginario(espejo) entre el Otro materno y el hijo, mediatizadas por la
terceridad o castración simbólica, unas sincronías que al principio de la vida
son necesarias entre ambos para la que el bebé pueda realizar la construcción
de un yo integrado, un yo psíquico que se corresponda, o guarde relación o
conexión con el cuerpo, el cual se reconocerá en este caso como propio. Yo que
será entonces un símil, en tanto conformado a imagen y semejanza de un otro,
pero Otro, lo igual y lo diferente, el narcisismo y el rasgo unario-marca de la
diferencia- aúnados para la constitución del sujeto del inconsciente.
Para que se produzca esa conexión cuerpo
mente evitando que el cuerpo quede por un lado y la psiquis más o menos
escindida de aquel, el Otro de lo social y especialmente la madre, primer representante del
mismo, o quien realiza la labor de
amamantamiento o maternaje , habrá de tener ella misma internalizada esa
conexión, para poder trasmitirla al ser en estructuración que es el bebé. Es un
proceso complejo y podría decirse artesanal, un arte sano que si es llevado así
a cabo, dará como resultado un yo donde cuerpo-mente estarán realtivamente
integrados o conectados.Conexión que no es unión porque no están adosados uno a
otro, lo que significaría una asmilación o coincidencia perfecta entre cuerpo
–mente/psiquis, entre lo que sucede en el primero y lo que se registra en el otro, lo cual implicaría un absurdo por cuanto serían entonces
lo mismo.Es por eso que no decimos yo soy mi cuerpo,o soy cuerpo, si no, tengo
un cuerpo, la operación simbólica de nombrarlo, a la vez que implica separarlo , o sea, ponerlo a distancia
simbólica de la pisquis (registrarlo y
ser capaz de concebirlo como algo biológico fuera del sí mismo psíquico), implica poder reconocerlo como propio, poder
registrar que pertenece o forma parte del
sí mismo aunque sea de otra naturaleza(material), por estar enlazado
simbólicamente al yo psíquico, enlazado por tanto por el lenguaje que es eso
que llamamos la mente. Y al separarlos enlazándolos el símbolo permite al yo
del sujeto, tenerlo, y así decimos: tengo un cuerpo, “mi cuerpo”.Pero para que
lo que sucede y se experimenta mediante los sentidos a nivel del cuerpo guarde
una relación metafórica, y por tanto para que
el dolor físico pueda salir más allá del cuerpo, a la pisquis, se requiere del lenguaje.
Y
el Otro tiene durante los primeros años de vida una incidencia decisiva en ir
haciendo esto posible mediante la interpretación o lecturas que puede o no, ir
haciendo de los malestares en el cuerpo.Si la persona tiene una teoría desde la
cual concibe que cuerpo y pisquis mantienen un lazo estrecho, no siempre leerá
los síntomas físicos solamente como manifestación de enfermedades biológicas,
sino que también será capaz de pensar en algunas oportunidades al menos,que los
síntomas a nivel físico expresan un malestar psíquico o piscosocial, que son
síntomas en el sentido que les otroga el psicoanálisis.
Por ejemplo, muchos
bebés presentan diversos síntomas (entendidos a nivel médico) asiduamente, y son
atendidos de manera exclusiva por médicos pediatras. A veces provoca
desconcierto en el profesional y en los
padres el hecho de que un bebé que no presenta ninguna enfermedad grave, presente sin embargo síntomas recurrentes que a veces no permiten encuadrarlos en ninguna
patología reconocida, o que incluso como
suele suceder habitualmente, presenta fiebre sin que presente ningún tipo de
síntoma que permita diagnosticar una enfermedad biológica.Muchos padres son
capaces de constatar y referir narrativa o ficcionalmente la fiebre y esos
síntomas de manera espontánea , a algún acontecimiento vital que puede resultar
conflictivo: es que empezó a concurrir a un centro infantil, es que desde que
empezó la guardería no hace más que enfermarse, y no solamente por los virus que
supuestamente hay allí dada la cantidad de niños que van, sino porque sabe que
de esa manera no tiene que asistir, y se puede quedar con mamá o con la abuelita
en casa por ejemplo.En cambio, quienes no sean capaces de hacer esta otra
lectura simbólica que permite hacer del síntoma en sentido médico un síntoma en
el sentido que les da el psicoanálisis,en el cual el mismo más alla de remitir el signo de las
enfermedades al cuerpo , lo remita a otros significantes posibles del contexto
socio afectivo en que la vida del niño se desarrolla,se envolverán a si mismos
en una espiral médica ,y cuanto más, seguramente más prolifera será la
sintomatología, ya que el tapón que significa el signo, al no permitir el
desplazamiento del cuerpo y de lo que en este
sucede sobre el lenguaje y por tanto la psiquis, con el alejamiento
concomitante del cuerpo que esto implica, endurecerá o se anudará sobre el
propio cuerpo saturándolo de dolor cuando no de inflamación.
Para que eso no suceda, conviene
hacer como dice una parte de la bellísima canción “Soy Pan, Soy Paz, Soy Más “de Mercedes Sosa:
“Vamos, decíme, contáme
todo lo que a vos te está pasando ahora
porque sino cuando está el alma sóla
llora,
Hay que sacarlo todo afuera, como la
primavera
nadie quiere que adentro algo se muera.
Hablar mirándose a los ojos
sacar lo que se puede afuera
para que adentro nazcan cosas nuevas.”
Cuando esto sucede estaremos ante lo que en psicoanálisis
denominamos el síntoma tal como lo entiende Freud; especialmente presente en la
estructura histérica (y también obsesiva) proclive a hacer síntomas en el cuerpo, ahí el mismo será o
tendrá el valor de una metáfora, de una
sustitución por lo tanto de un dolor psíquico expersado en el alma o psiquis
como diría él en sus muchos trabajos sobre el tratamiento de la histeria.
Que obviamente esta conexión entre lo
que sucede en el cuerpo es una metáfora
de lo que ocurre en la psiquis desplazado en el cuerpo, ya que el cuerpo es
tal por el significante, y que no puede ser comprobada como causalidad
científicamente es un hecho, pero dado que el trabajo asociativo que algunas
pacientes realizan con este sentido les ayuda a entender y curar o disminuir al
ferocidad de los síntomas, debería ser
suficiente prueba de que que esa conexión es posible, y que lo que imposibilita
medir con exactitud esa realidad es la naturaleza misma del elemento en el cual
ella se asienta , que es el lenguaje (ídola fori decía Bacon) , pero que no
debería ser pensado como un obstáculo , sino como lo hace el psicoanálisis como la vía regia para trabajar con el sujeto ya que el icc esta estructurado como
un lenguaje, como dice Lacan,y el cuerpo puede estar cifrado en el síntoma con
un mensaje que habremos de descifrar simbólicamente, narrativa o ficcionalmente,
y eso permitirá al sujeto decirse una
verdad de otro orden que la que promueve la ciencia, una verdad particular,subjetiva,
una verdad del sujeto uno por uno.
Un
ejemplo de una enferma de fibromialgia , de las bastante escasas que sostienen
que su dolor en el cuerpo es metáfora de un dolor psicológico es la
siguiente y esta tomada de un material
que encontré en google(1)
I.
I es una mujer de cuarenta y tantos años, atractiva, culta e inteligente,
que asume desde un principio que algo de lo psicológico juega un papel más que
relevante en su cuadro de FM. Natural de una pequeña ciudad de un país del
Magreb, recuerda que ya un psicoanalista le dijo, mucho antes de llegar a
Europa, que el origen de su dolor era fundamentalmente psíquico, algo que en su
momento escuchó con escepticismo e irritación.
Capaz de rebelarse ante los planteamientos rígidamente tradicionales y conservadores
de su familia, se casó, deslumbrada, con un español ambicioso y exitoso en lo
profesional, que llega de la mano de su trabajo al país de la paciente y que
arrastrará a ésta a un ritmo de vida lujoso y febril que conllevará frecuentes
viajes y cambios de residencia. Así, la familia, formada por la pareja y dos
hijos, se ubicará a lo largo del tiempo, en diversas capitales del mundo, desde
Oriente Medio hasta América Latina.
La paciente insiste en su constante necesidad por presentarse como una mujer
encantadora, atenta, ilustrada, “perfecta”. En el entorno de alto nivel social
y cultural en el que su marido se movía, en su vida cotidiana y, desde luego,
en el ámbito familiar, exigiéndose siempre un funcionamiento irreprochable como
madre y esposa.
En el grupo se consolidará progresivamente la interesante idea de cómo,
ante los constantes requerimientos de su marido hiperactivo, ante su
infatigable deseo de complacerle y seguirle en un estilo de vida que requiere
un derroche de energía considerable, es su cuerpo el que asume una actitud de
rebelión, desplegando un conglomerado sintomático que se etiquetará de FM y en
el que destacará, sobre todo, un cansancio descomunal. Así, ya no será ella
quien rechace las propuestas de su pareja de asistir a tal cena, incorporarse a
tal viaje o arreglarse para tal recepción. Es su cuerpo el que no puede. Es su
cuerpo el que se declara en huelga.
El matrimonio se rompe en Sudamérica. Ella regresa a Madrid, frustrada y
deprimida, con sus hijos. Durante el proceso grupal emergerá la rabia intensa y
sostenida, la reivindicación de sí misma como mujer con deseos propios y con
legítimas limitaciones. Sus síntomas, meses después de terminar el grupo, se
mantienen en remisión casi total.
En caso de que esto no suceda, el sujeto
podrá vivir diferentes niveles de dolor
y síntomas que seguirán solamente entendidos e interpretados a nivel bio medico remitidos una y otra vez
al propio cuerpo y a la enfermedad biológica , dificultando lo impidiendo la
salida delsueto y su dolor pro al vía narrativa/ ficcional , la cual es muy
resistida por los especialiatas médicos
por considerar que quienes trabajan desde estas teorías hacen tratamientos psicológicos no científicos, aunque cabría preguntarse por que será que
actualmente hasta los psicólogos cognitivo conductuales tan defensores también
ellos de la llamada psicología científica y al criterio de verdad que la
ciencia considera único, se están abriendo también a tratamientos de este tipo
en la llamada por ellos, terapia cognitivo narrativa.
A continuación presento un caso tomado
del mismo trabajo que el anteriormente citado, de una enferma ed fibromialgia
que centra su enfermedad en el cuerpo
sin considerar ninguna relación por lo pronto al inicio de la terapia,
entre lo que el sucedía en el cuerpo y el dolor psíquico.
P.
P se
presenta dedicada a trabajar a favor de mejorar las condiciones de vida ed las
mujeres que presentan FM. Diagnosticada hace ya años, se ha implicado muy
activamente en uno de los múltiples movimientos asociativos que se articulan en
torno a la defensa de los afectados por la FM, el Síndrome de Fatiga
Crónica/Encefalomielitis Miálgica (SFC/EM) y el Síndrome de Sensibilidad
Química Múltiple. De hecho, a su llegada al grupo es vicepresidenta de una de
estas asociaciones. Vital, locuaz, con vocación de liderazgo, llena de energía,
ha dedicado y dedica muchas horas del día y mucho esfuerzo personal a la
reivindicación del sufrimiento, a la defensa de los
derechos y a la demanda de atención
sanitaria o legal de los miembros de su asociación. Se lamenta de su
desvalimiento físico, de los dolores que padece, de su desfalleciente potencial
cognitivo, de la incapacidad para superar su inmenso cansancio… Y se muestra,
sin embargo, poderosa, “un huracán”, en su papel de constante animadora de la
vertiente relacional de su colectivo: atiende múltiples llamadas de pacientes,
organiza actividades, contacta a potenciales colaboradores, programa
conferencias, lee constantemente acerca de la FM y de los restantes síndromes
solidarios con ella, diseña y pone en marcha encuentros y jornadas. Mucho más
allá de lo anecdótico, su caso es un ejemplo de una vida que, en gran medida,
toma sentido a partir de la FM.
En el grupo, su papel es complejo.
Acepta entusiasta, desde el primer momento, participar en el mismo. Asume sin
objeciones la idea de un trabajo fundamentalmente psicológico, centrado en la
reflexión acerca de lo emocional y lo relacional. Le parece lógica la
declaración de intenciones de hacer un esfuerzo por incrementar la capacidad de
mentalización a fin de salir del cuerpo doliente. Llega al grupo con ganas y no
falta prácticamente nunca. Pero le resulta luego difícil salir del discurso de
lo físico, de lo medicalizado, de lo pasivo y victimista, de lo reclamante de
“unas técnicas” que erradiquen los síntomas somáticos. Convive así sin
demasiado conflicto en la contradicción. Y tan lógica le parece la
reivindicación fundamental de la psicoterapia como deplorar con irritación que
se pueda pensar en lo psicológico como relevante en problemas como el suyo.
Está muy perdida, y también muy defendida, pues le resulta muy difícil
desviarse de su imagen bondadosa y entregada; y muy doloroso hablar de una vida
dramáticamente llena de vacíos afectivos.
Poco a poco podrá desvelar algo de
su biografía. Hablar de un padre muy perturbado. De una madre poco protectora.
De una hermana con la que ha mantenido y mantiene una relación de pegazón tan
salvadora como enervante y enloquecida. Puede relatar su frustrada trayectoria
como bailarina (otro guiño a un referente de esta causa como es Manuela de
Madre). Su infortunado y finalmente truncado matrimonio. Su desnutrición
emocional. Y el desierto relacional que tanto sufre y del que huye colocándose
en el lugar de atenta cuidadora y guía de los que habitan y se duelen, como
ella, en cuerpos en los que se refugia la aflicción. Una huida que la conduce a
otra cárcel: la de la rabia difícilmente asumible y expresable que se dispara
al ser una vez más cuidadora y no cuidada; al ser tratada con poco mimo y mucha
desconsideración por su hermana; al verse atrapada en un escenario en que se le
pide mucho y se le oferta poco.
Emergen estas temáticas en su
discurso. Progresivamente, el cuerpo pierde cierto protagonismo.
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Mientras el discurso Amo de la Ciencia
siga haciendo predominar la concepción biomédica del enfermar dejando lo
psicosocial y al importancia del lenguaje en el sujeto fuera, las personas
tenderán a convetirse en cuerpos sufrientes sin sujeto, esto es, cuerpo sin
historia biográfica donde su ser biológico y su dolor en el cuerpo
encuentre sentido.
COMPLEMENTO
SOBRE LA FUNCIÓN DEL OTRO EN LA INTEGRACIÓN
DEL YO CORPORAL Y EL YO PSIQUICO.
El Otro habrá de tratar a ese ser que al
comienzo vive en función de lo corporal
(comer. dormir, defecar) donde las necesidades de supervivencia física
estan sin lugar a dudas en en primer plano,
como un ser humano. Esto significa que si bien se encargará de
satisfacer las mismas para que el bebé sobreviva, al llevar
cabo dicha tarea lo hará de forma
tal que el mismo tenga la experiencia de
placer o bienestar necesario para poder aferrrase a la vida, experiencia que ya podemos catalogar entonces
de psíquica o psicológica,ya que si el bebé experimenta bienestar , también
está experimentando sinonímicamente
seguridad, confianza , tranquilidad lo cual le permitirle ir fijando una
vivencia y un sentimiento de unión ,
unidad , o integración cuerpo- mente, ya que ese Otro aún es para él , sí
mismo, y no Otro. En caso de que el Otro realice estas tareas de forma mecánica
como quien está soalmente atendiendo a un cuerpo y no a un sujeto, o que lo haga de formas que generen malestar en
el niño, por ejemplo con ansiedad
excesiva, con agresividad , o
malinterpretando de forma
repetida y a veces crónica las necesidades del niño, y respondiendo por
lo tanto de manera inadecuada ( que le
de de comer cada vez que llora por ejemplo, sin percatarse cuando el bebé lo hace por otro motivo, que
quiera imponer su voluntad sobre el funcionamiento de ese cuerpo sin aceptar la
forma en que el niño expresa sus necesidades (*) no satisfaciendo sus necesidades sean de tipo
biológico o afectivas , se irá estableciendo un vínculo asincrónico que
repercutirá en el afianzamiento de un patrón de discordancia en el propio bebé,
una alteración de su vivencia de conexión cuerpo mente, un patrón de
desintegración y disociación cuerpo- mente que es el que encontramos en
diferentes grados en las estructuras psicóticas.Esto explica el origen
forcluido de las vivencias alucinatorias, y en ocasiones organizadas en forma
delirante que tienen muchos enfermos psicóticos, respecto a intrusiones( del
Otro) y daños tanto corporales como psiqucos, así como su disociación cuerpo/mente.
(*) Un tema donde se puede apreciar este
aspecto es el de dar el pecho. Hay quienes hablan de dar el pecho a demanda, o
sea respetando de alguna forma las necesidad del bebé, pero cabe cuestionarse qué
tipo de necesidad en realidad el niño necesita
satisacer cuando reclama el pecho, puedes ser hambre pero también necesidad de
contacto y seguridad, por lo cual ya la animalidad de lo instintual que implica
la satisfacción de la necesidad primaria biológica que es el hambre, se
transforma en una necesidad afectiva,y por tanto deviene pulsión oral, la cual entra en el circuito de la demanda al Otro, y
ya por tanto del Deseo de un objeto que hace falta.
Para que la conexión cuerpo mente sea
posible además, el Otro deberá poder
percibir al bebé como otro “objeto/sujeto”, objeto en la medida en que el bebé
imaginario ocupa el lugar del objeto fálico simbólico para la madre, esto
significa que la madre proyectará sobre el ser físisco de su hijo la imagen de
un bebé ideal que ella ha construido en su mente/pensamiento, pero deberá poder aceptar seguramente no sin desilusión
que el bebé real no se corresponda con
esa imagen que ella deposita en él, e intenta ajustarle como un guante a la mano
( Lo deseó o lo imaginó “tranquilo y dormilón, y el bebé es por el contrario,
inquieto y está siempre despierto, por ejemplo). Solo en la medida en que la
madre acepte ( y quiera igual o aún así a su hijo real)esa distancia entre la
imagen ideal del objeto bebé que ella tiene en mente, y la imagen que el bebé
real le devuelve, el bebé podrá empezar a devenir sujeto; este intercambio
imaginario estará así regulado y por tanto resguardado por la
castración, la cual deberá estar por lo
tanto presente en la estructura materna, ya que solamente así, el bebé podrá cumplir esa doble función : “ hacer como
si fuera el objeto “ que completaría a la madre, e ir deveniendo también, al mismo tiempo, sujeto. Tiempo estructurante de renegación de la castración materna.

Si
la madre realiza su función “de acuerdo a” o regulada por la lógica de la falta, trata al bebé como sujeto, lo personaliza al
decir por ejemplo : él o ella, o el bebé tiene frío, hambre etc.La madre por lo
general , en la medida en que funciona psicológicamente en la terceridad edípica
, o sea, que su función materna y la relación imaginaria que establece con su
bebé está regulada por la castración (
por el significante de la falta en el
Otro, el falo), se dirige al niño en tercera persona; por lo general nunca le
habla de tú a tú. No dice: tienes frío, dice más bien: mi niño, el bebé, o
Juancito, Pedrito tiene frío, hambre, caca, etc. Aunque a veces obviamente puede
dirigirse directamente al niño, sin que ello denote necesariamente estar por
fuera de la castración.
Ahora bien, cuando el llanto del bebé no
logra ser vinculado ni resuelto por el Otro materno en términos de necesidades
físicas , puede que obedezca a necesidades psicológicas, y eso habrá que ser
capaz de leerlo quien se encargue de su cuidado; diferenciar cuando llora por
un displacer más bien primario , de necesidad de supervivencia biológica (
hambre, sueño), de cuando lo hace por una necesidad de supervivencia afectiva (
buscar el contacto del Otro o llorar
como forma de llamarlo para que le brinde seguridad, protección o el sentirse querido ,
o enfermarse para expresar necesidades
afectivas, ésto será fundamental para la construcción del psiquismo y para la conexión cuerpo-mente.
(1) Fibromialgia: de la identidad en la nosografía a la
rementalización del sufrimiento. Una experiencia de cinco años de trabajo
grupal desde una perspectiva intersubjetiva Publicado
en la revista nº 042 en Aperturas psicoanalíticas.
Autor: Ramos García, Javier.