La experiencia que referiré a continuación tuvo
lugar a los pocos años de haberme recibido como psicóloga y cuando recién estaba
empezando mi formación para aspirar a poder ocupar algún día, en algún momento
y con algunos sujetos, la posición de psicoanalista.
Mi encuentro con aquella persona a quien llamaré H. J. habrá durado aproximadamente una hora y media. Yo trabajaba como psicóloga en
selección de personal para una conocida
(en mi país en aquel entonces) empresa de Asesoría y Recursos Humanos.
El había venido a ésta, su segunda entrevista en el
proceso de selección, luego de pasar una
primera entrevista con otra psicóloga del equipo de trabajo de la empresa. Mi
tarea era aplicarle algunas técnicas para evaluar diversos aspectos de su
personalidad. Una de aquellas
técnicas era el Machover o test de la
figura humana, nombre con el que también
se le conoce.
Entró prolijamente vestido de traje, muy bien peinado. Respondió a mi mano que se
tendía en un saludo, de forma muy segura y contundente y tomó asiento.
Comencé la entrevista presentándome y
preguntándole cómo se había sentido en la entrevista anterior. Luego le explique brevemente que era lo que íbamos a hacer en esta
segunda instancia. Continué hablando
sobre el cargo para el que él estaba
como postulante (“Ejecutivo de cuentas”) en este proceso de selección.
Mirando su currículum, hablamos
y revisamos su experiencia y
formación y finalmente introduje la
propuesta de las técnicas y el objetivo de las mismas.
A continuación enuncie la primera consigna:
“Dibuje una persona, como usted quiera"…
En forma rápida, decidido, seguro de sí mismo dibujó
un hombre de tamaño más bien grande en
el centro de la hoja vestido de traje,
muy bien peinado, con maletín, “controlado” - en exceso tal vez, con defensas
obsesivas- pensé.
El dibujo daba cuenta de un yo que hacía uso de mecanismos defensivos que denotaban un
elevado autocontrol: trazo definido, líneas rectas realizadas en forma “limpia”
y segura, forma y proporciones adecuadas entre las diferentes partes del cuerpo
y la relación entre el tamaño de la hoja y de la figura, tamaño bastante grande
pero no macro, ubicación de la figura en el centro de la hoja, detalles de la
vestimenta remarcados como bolsillos, botones.Un ejecutivo seguro de sí mismo, de sus capacidades,
en fin… pensaba yo…, lo que él es, para lo que se está postulando…
“Ahora quisiera solicitarle que escriba una historia
de la extensión que quiera sobre este personaje” -dije cuando terminó de
dibujar.
-“Prefiero decírsela y no escribirla si puede ser”-
me contestó.- Sí, no hay problema- contesté.
-“Bueno, este hombre se trata de un hippie que trabaja en una
empresa….tiene una familia….El “hippy” me dejó anonadada por unos momentos al chocar contra la imagen opuesta de
Ejecutivo que trasmitía su dibujo y su persona.
Intentando reponerme le dije: _ ¿cómo ha
dicho?
Me miró
sorprendido y extrañado._He dicho que se trata de un yuppie que trabaja en una empresa…
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