viernes, 4 de abril de 2014

El don de amor en Psicoanálisis .
    
 Por :  Anabella Rodríguez.


“… el amor que me darías transformado volvería un día a darte  las gracias”. cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da, nada es más simple, no hay otra forma...."
 Todo se transforma”,  Jorge Drexler.                                                  

                   
 “Dar es dar…Hoy los tiempos van a mil y tu extraño corazón ya no capta como antes las pulsiones del amor”
     “Dar es dar”   Fito Paez.


 Y yo he tenido la dicha de comprobar que hay veces que una da sin saber que da,  
 ni  que da en  lo que da,
 alguien te sorprende  y de la mejor forma,
 dándo-te las gracias.



Un día preguntándome sobre el dar me dio por escribir-me esta respuesta:


  
DAR  ESQUIVOCADO.

¡Pobre este mundo!
¡Pobres los humanos!
que tan mal llevamos
el dar y su hermano,,
obrar como buenos humanos
aún no advertimos
años ha vividos
que si en verdad damos
se enciende
la mano
del otro atraviesa
del alma la grieta
la á-Vida espera
del alma la carne
de la carne el alma
estruja la entraña
de ternura y calma,
más no terminamos
de dar
al dar su lugar
y su grado,
y en eso
 yo creo que igual 
pecamos
aunque en estos tiempos
Dios no vaya
ya de nuestra mano dado,
o bien nunca damos
nada
o damos un dar
que no damos,
y así desandamos
 y así rebajamos
del dar su legado
pues damos
un dar obligado,
un dar desconfiado,
otro a cuenta dado
que en algún momento
ha de ser cobrado,
dar interesado,
capitalizado,
que lleva la cuenta
no importa qué sienta
¡si hasta las parejas
que dicen amarse
separan las cuentas!
un dar
que busca en la cuenta
valor agregado
cobro revertido
¡ha de ser pagado!
un dar rebuscado
que busca no perder
nadita de lo que hay
en su haber
u otro de tanta piedad
empalagado
¡qué lástima!
y ciega
de honores
¡y horrores!
la estima,
que no honra al gesto de dar,
lo dado
ni a quien lo ha dado,
¡y menos a él destinado!,
que en un torbellino
de amor-odio encontrados
se siente humillado,
se culpa
tal vez sin querer,
 tal vez sin saber ,
al donado,
al necesitado,
más aún así
este se somete
a lo que el otro
 bajo subterfugio
exigencia arremete,
y agradece
y agradece
conmiseración -con mísera acción
hasta más de lo dado
y así cada vez
es más mal donado
y sigue en la vida
siempre mal parado,
siempre mal ojeado,
mal fiado,
mal  mal hado,
 ¡y pelado!,
¡Y sí confundimos!
el agua con vino
como en aquel cuento
que dicen que de oriente vino,
de un comerciante
que con agua
alargaba el vino,
más todo cobraba
cual si fuera vino,
y dar la limosna
es dar lo que sobra
y encima  buscamos
y encima creemos
honrar nuestras s –obras
nos llena el orgullo
más  de Perogrullo
que no sabe dar
quien hace aspaviento,
que no viene a cuento
 a los cuatro vientos
ponerse a gritar:
¡qué bien que sé dar!,
dar lo que nos sobra
autosuficiencia encumbra,
hacer de la dádiva
valor agregado
en la propia cuenta,
si autocomplacencia
se suma a la cuenta,
dar para que vean
lo mucho
que mi dar cuenta
( que de mi –pretende, más que del otro- dar cuenta)
está el que da
para el buen obrar,
cree hacer buenas obras en nombre de Dios
en su santo n-o(m)bra-r
y si solo da
aquello que sobra
en el propio acto anula la obra,
¡la llena de sombra!
¡y de sobras!
¡Puaj!
no se da ni cuenta,
oxímoron aqueja
el supuesto bien
que su obra deja,
dar lo que sobre
dar sobrado
dar lo que nos sobra,
dar lo que nosobra  no –s- obra
¡dar que no es obra!
que no debería
ser honrado
ni recordado
con ninguna obra
por los ciudadanos
pues primero
habría que ver
con qué sobras
restadas
 robadas
que en otro son faltas
(pagos en menos, ausencias de pagos)
ha hecho el donante su s-obra
pues seguramente
con ese sobrante
de haberlo tenido
el ahora mendigo
no habría requerido
ni un solo don-ante
y habría conservado
su honor y su dan-te,
dar e(s)quivocado 
dar esquivo y caro,
dar esquinado,
contaminado,
empequeñecido,
condicionado,
ruin,
 de oscuridad plagado,
lleno de miedo,
auto-fagocitado,
dar adelantado:
favores a cuenta
¡mi brillo que cuenta!,
dar atrasado: 
le gusta hacerse de rogar,
dar denegado:
¡que  acá no somos ni una ONG
ni unas hermanitas de la caridad
 sino algo serio –con ademán estirado que muestra el orgullo- una Empresa!,
hemos olvidado,
hemos descartado
que Jesús decía
que la viuda pobre
solo en dos monedas
 daba más que los pobres
ricos
y que de Bozz
ni avara ni odiosa era su gavilla,
aún no entendimos
del dar
del amar la cizalla,
la esquirla
y solo seguimos con otros
rostros extraños
que nunca dejan de serlo
al lado,
caminando,
hemos olvidado
o quizás nunca aprendido,
ni ha prendido
el dar des prendido,
el dar dividido,
el dar horadado,
el dar ahora dado
el dar dado a la  hora-en que el otro lo necesita-,
el dar abismado
abismarse en el dar ,
dar a cambio de nada
dar por dar
dar por nada
solo por amor
dádiva de amor
que no es igual
que  no dar nada.






Sucede  que la mayoría de las veces, aún el que da aparentemente de manera desinteresada, oblativa,  tiene algún interés siempre sumamente narcisista: dar para sentirse bien consigo mismo, para ser querido y admirado por el donado y por otros, para alivianar alguna culpa consciente o inconsciente, en fin para alimentar una buena imagen de sí mismo de acuerdo a patrones donde el dar forma parte de su imagen ideal, o para dominar al otro, negar la agresividad dirigida a ese otro.


Oh innoble servidumbre de amar seres humanos, 
y la más innoble 
que es amarse a sí mismo!
                                                            Gil de Biedma

Y por eso la advertencia de  Jaques Lacan a los  psicoanalistas: “con el analizante  hay que cuidarse de jugar al profeta  pues “solo los santos están lo bastante desprendidos de la fe profunda de las pasiones comunes para evitar los contragolpes agresivos de la caridad”. “En cuanto a ostentar el ejemplo de nuestras virtudes y de nuestros méritos, nunca he visto recurrir a ello sino a algún gran maestro todo imbuido de una idea, tan austera como inocente, de su valor apostólico; pienso todavía en el furor que desencadenó”.
“Por lo demás, cómo asombrarnos de esas reacciones, nosotros que denunciamos los
resortes agresivos escondidos en todas las actividades llamadas filantrópicas”.
(Cita de “La agresividad en psicoanálisis “Informe teórico presentado en el XI Congreso de los psicoanalistas de lengua francesa, reunido en Bruselas a mediados de mayo de 1948)

Pero aún así, también Lacan dice que “el amor es dar lo que no se tiene a alguien que no lo es “ y habla  también de “un nuevo amor” , refiriéndose a una nueva forma de amar que posibilitaría al sujeto el fin de análisis:

Amor que tiene calidad de vida, 
Amor sin exigencias de futuro,
Presente del pasado,
Amor más poderoso que la vida:
Perdido y encontrado.
Encontrado, perdido
...                  Gil de Biedma


Sobre “un nuevo amor” citaré íntegro este fragmento del trabajo “Un nuevo amor, aquel que conlleva el saber de la no relación” de María José Freiría (ELP Barcelona)

“Para elaborar la idea de un amor que sería producto de un recorrido analítico, Lacan usa nociones como la del amor sin límites, del seminario XI, o más tarde un nuevo amor, en Encore. Se trata del amor pensado más allá de los límites del registro freudiano del Edipo, más allá de la ley del padre bajo la cual, la versión del objeto de amor está ya escrita.
La expresión un nuevo amor, la toma de un poema de Rimbaud que se titula A une raison (A una Razón).
Es la segunda vez que Lacan toma esta referencia. La primera es en el seminario del acto analítico, cuando ubica la operación analítica de plantear el inconsciente, como un acto, como algo que se ha de producir porque no está dado de antemano.
El amor aparece en ese poema como algo que surge, como una revelación que, al mismo tiempo escande cada versículo. Como signo de que se cambia de razón, de dimensión, de discurso, dice Lacan.

A UNA RAZÓN
Un golpe de tu dedo en el tambor descarga todos los sonidos e
inicia la nueva armonía.
Un paso tuyo. Y el alzamiento de los hombres nuevos y su
caminar.
Tu cabeza se vuelve: ¡el nuevo amor! Tu cabeza gira, ¡el nuevo amor!
'Cambia nuestra suerte, criba las plagas, empezando por el tiempo,
 te cantan esos niños. 'Eleva no importa cuánto la sustancia
de nuestras fortunas y nuestros anhelos', te ruegan.
Llegada desde siempre, tú que irás por todas partes".
                                                                             (Arthur Rimbaud. Francia, 1854-1891)

Si el signo, según una cierta lógica que aparece como referencia en este seminario (de Port-Royal), es lo que se define por la disyunción de dos sustancias que no tienen ninguna parte en común, el amor como signo, se refiere a dos sustancias, la del goce del Uno y la del Otro al que el amor aspira.
Pero ¿qué sería lo nuevo de este nuevo amor del psicoanálisis?, esa nueva armonía de la que habla el poema.
En la experiencia analítica, lo que dignifica al amor es que éste no rechace la no relación, que se sepa nudo de una disyunción. Es eso lo que tal vez permite escapar a la repetición sabiendo que uno nunca sabe a dónde va a llegar o qué le deportará el futuro, incluso el más inmediato”.
Fin de la ilusión del amor neurótico de la reciprocidad, cuya pretensión es velar la falta, siempre acaba encontrando la imposibilidad de hacer Uno con el Otro.

“La forma de concebir el amor fue subvertida por Lacan al plantear el amor como suplencia de una imposibilidad, la relación sexual que no hay. De ahí que el amor en psicoanálisis podríamos decir que va de la condición de amor ligada al fantasma, y por tanto a un goce del que no se sabe nada sin el paso por la experiencia analítica, hasta la salida por el amor como sinthome. Se trata de pasar de la significación a la satisfacción, es decir al vínculo del amor con lo real del goce. En efecto, Lacan apostó por un nuevo amor que no fuera negación de la castración sino por el contrario expresión de la misma, de ahí el dar lo que no se tiene. En este sentido el verdadero amor tendría vocación de “significación vacía”. Por tanto, frente los impasses de la civilización por la no relación entre los sexos, debemos tener claro que la apuesta del discurso psicoanalítico es sostener una modalidad de amor que no solo no prescindiría del imposible sino que partiría de él.
Esto hace del amor contingencia. Hay encuentros, pero éstos no borran la diferencia entre un hombre y una mujer, distintos en la forma de sentir y de gozar”(“el amor en las neurosis” (Conversación clínicas del ICF, Tres preguntas a Xavier Excqué)

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