lunes, 7 de abril de 2014


  ¿QUÉ PUEDE APORTAR HOY, EN MOMENTOS DE CRISIS, EL PSICOANÁLISIS?



PROLEGÓMENO 1

"Para todo ser hablante, la causa de su deseo es estrictamente, en cuanto a la estructura, equivalente, por decirlo así, a su pliegue, esto es, a lo que he llamado su división de sujeto." (Lacan, El seminario, Libro XX, Encore)

El sujeto no es el individuo. Es sujeto por el hecho de hablar, pero su lugar es excéntrico a la persona, ya que al hablar aparece una escisión entre el enunciado y la enunciación.
"El sujeto siempre es feliz" nos dice Lacan en Televisión, sosteniendo lo que Freud dice en La represión: que la satisfacción de la pulsión reprimida despertaría placer en el inconsciente y displacer en lo consciente. Es el yo con sus identificaciones e ideales el que sufre por no afrontar ni querer saber de su goce.
El sujeto aparece:
Como supuesto en la transferencia.

Como corte en la asociación libre
Como defensa en el trauma
Como deseo en el sueño
Reducido al cuerpo en la angustia
Ligado a la pulsión en el fantasma
En el síntoma, como significante que lo representa


¿Qué implica una clínica que no excluye al sujeto?
Implica la forma de tratar la demanda. Es necesario que aparezca lo subjetivo de esa demanda, la particularidad de su síntoma, que permitirá a ese sujeto hacerse cargo de su goce. Es decir la histerización de cualquier demanda.

Victoria Torres
Miembro del Foro Psicoanalítico de Asturias. 



 PROLEGÓMENO 2


El horror al desamparo es inherente al ser humano. Como psicoanalistas no hemos tenido que esperar a la crisis en la que estamos inmersos para escuchar de nuestros pacientes, muchos de ellos en familias de opulencia, su horror a situaciones traumáticas vividas o imaginadas; otros sujetos, muchas veces niños en situaciones familiares de pobreza económica y espiritual, y ellos si con muy escasos recursos para hacer frente a dichas situaciones, nos muestran como la clínica del sujeto permite, aún en situaciones muy extremas, hacer algo “con eso”.
Esto hoy es especialmente acuciante, ya que vivimos un tiempo de desagregación, de descompletamiento de las relacioes familiares y sociales con las consecuencias de desestrucuración concomitante en la estructuración subjetiva.

¿Será capaz el psicoanálisis de abordar la angustia que esta crisis globalizada presentifica para los sujetos con las herramientas de su práctica, manteniendo abierta la pregunta que eventualmente guíe una salida subjetiva?

La clínica del sujeto nos obliga a escuchar los ecos de ese desamparo, que la actual coyuntura social reduplica para cada uno, manteniendo abierta la brecha de la subjetividad,
Es un hecho que ningún Otro vendrá a ofrecer una respuesta satisfactoria ni una salida posible; vano anhelo del neurótico de todos los tiempos Cada época crea sus propios reales y sus síntomas correspondientes; la brújula del psicoanálisis nos indica el camino en la vía de lo particular, particular del goce de cada uno como única puerta de salida. Un goce al que habrá que darle un nuevo destino al servicio de lo productivo para el sujeto, en el envés de degradación.
Ahí debemos orientar la dirección de las curas en nuestro tiempo, ni querellarnos con el orden social, ni menos aún sostenerlo. Se trata de hacer surgir lo particular en el deseo de cada cual en su propia subjetividad al servicio de una satisfacción que alivie el peso moral más allá de los vaivenes de la ferocidad del sistema.
Esta es la apuesta del psicoanálisis: permitirá a los sujetos que se adentren en ella una vía diferente de alienación donde el lugar de la falta quedará resguardado como siempre pero en una irónia siempre posible de hacerse presente frente a él mismo, pues la falta no hay que arreglarla sinó hacerla funcionar; en una palabra, sacar a sus limitaciones partido frente a la hipocresía social y sexual de todas las épocas.

Camila Vidal. Foro psicoanalítico de Vigo.


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