domingo, 28 de diciembre de 2014



“RELATOS SALVAJES”. OTRA VEZ, HOY COMO AYER… ¿Y MAÑANA? LA VIOLENCIA.



Homo homini lupus, el hombre es el lobo del Hombre decía Thomas Hobbes en el siglo XVII, dicen que tomándolo de Plauto( Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro), lo repetía Freud en “El malestar de la cultura”(1930), y nos lo muestra con una crudeza bestial la película que este viernes próximo pasado me invitó a ver una muy querida amiga: “Relatos Salvajes”.

Se trata de una película argentina catalogada como de ¿comedia –drama- comedia negra? , con guión de Damián Szifrón, música de Gustavo Santaolalla , fotografía de Javier Juliá , y coproducción Argentina-España; Kramer & Sigman Films / El Deseo / Telefé , con un reparto actoral de primeras figuras, actores cuyo trabajo en mayor o menor medida valoro, que también se destacan en más o en menos, dependiendo de los gustos personales, por su atractivo físico. A algunos de ellos los veo en sus trabajos más asiduamente: Darín, Sbaraglia, Grandinetti , a otros u otras no, como es el caso de la talentosa y también monísima y dulce Nancy Duplaá, a quien no veía en la pantalla desde hace muchísimo tiempo, o el talentoso y atractivo Oscar Martínez, actor que siempre me ha encantado, y que en esta peli a mi parecer brilla (si no es así, será que mi nostalgia me lo hace sobrevalorar). También los otros actores que conozco menos, tienen en ella un desempeño digno de mencionar.

No voy a contarla, solo diré que me sorprendió; por el título esperaba encontrarme algo duro, pero no tanto, hay momentos en que cuesta seguir mirando, y no solamente a mí, sino a otros. En el cine había muy pocas personas, pero extrañamente hablaban, comentaban: yo me voy, no puedo seguir mirando,…risas nerviosas y de las otras, las que asienten. Y nosotras al salir del cine también comentando, preguntándonos, celebrando el trato tan afortunado y talentoso de algo tan desafortunado para “el ser humano”.

Y en medio de un torbellino de emociones contradictorias una se pregunta cómo es posible que por momentos sienta o piense que no va a poder seguir mirando, no es esto acaso lo que de alguna manera vemos asiduamente, aunque quizás de forma ¿diluida?, ¿disfrazada?, ¿fragmentada, distorsionada? para disminuir su impacto e insensibilizarnos a la misma (de-sensibilización sistemática),¿o será también que una cosa es ver violencia por omisión, como es el caso de los niños que mueren de hambre o viven en la miseria en medio de la basura, - imágenes que nos son dadas a ver permanentemente por los medios, a esta altura mal llamados de comunicación, todos los días, hasta lograr en muchos casos insensibilizarnos-, y otra cosa ver esto, la violencia en acto. Pasajes al acto en los que se precipitan todos los sujetos de esta historia, movidos por la vivencia de odio, la pulsión de muerte: la sed de venganza y el rencor, la avaricia, hacia el otro (doble narcisista) por el que no se sienten respetados, por el que se sienten abusados, insultados, ninguneados o negados de reconocimiento, ley del talión, diente por diente, cada cual hace “justicia por mano propia”.No hay Otro, tercero de la ley simbólica que regule el odio de las pequeñas diferencias que se presentan ante su ausencia, como insalvables; no hay palabra, no hay pacto que acuerdo mediante sea capaz de regularlas. Cada cual aplica su propia ley guiado por el desborde pulsional y la búsqueda de su propia satisfacción.

La violencia de cada cual y la de la sociedad y sus representantes (cada cual en su propio lugar o función se somete y /o aplica al otro una “ley” arbitraria, una salvaje transgresión de la misma más bien, ( aplicación de una ley más allá de la ley, ley del super-yo feroz, del plus de goce que me hizo acordar “El proceso” (Ante la ley)de Kafka, donde no hay lugar a ninguna palabra, a reclamación alguna.

Para finalizar este breve relato, comentar que me encantó la presentación, original y con unas fotografías hermosas, que dejan bastante mal considerados a sus retratados, pues ellos son lo que son, el problema quizás no es que nosotros devengamos ellos, sino en realidad peores que ellos, llegado el caso, pues se supone que éramos seres distintos a ellos.

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