sábado, 26 de diciembre de 2015

LA ALTERIDAD FEMENINA Carmen Gallano.


“El amor es lo que permite hacer soportable el encuentro entre dos que no se comprenden y que no se comprenden porque no hablan la misma lengua…El amor es la mediación de lo imaginario entre dos medios decires que no se recubren” (Jaques Lacan)
no es por tanto una unión entre dos , es lo que permite hacer soportable la desunión, permite, hacer mediación para que la desunión sea soportable y agradable.
“La incomprensión mutua es estructural, solo los espejismos del amor, loimaginario del amor en su faz narcisista, puede hacer creer a hombres y mujeres que se comprenden. El amor proyecta la ilusión de que hay relación entre el hombre y la mujer, pero sólo la ilusión".
Libro hermoso y muy complejo, de la excelente psicoanalista Carmen Gallano, de lectura lenta y que en mi caso requiere de relecturas varias.







"45 años" sobre el amor


"45 AÑOS"  


Una película que a mí me gustó mucho. Pero lo más llamativo a mi modo de ver, es la situación de desconcierto que me produjo el hecho de que a varias de las amigas que fueron a verla conmigo, no les gustara y hubieran sentido que es una película muy lenta en la que “no pasa nada” o nada suficientemente conmovedor. Me parece interesante para intentar dilucidar algo del sentido de la misma, partir de esa sensación de desconcierto y sentimiento de insatisfacción que en mayor o menor medida experimentamos todas, porque no me cabe la menor duda de que siguiendo las huellas de la misma, habré de poder arribar a una gran película.
La pareja protagonista cumpliría en el momento que comienza el relato, 45 años de casados y la esposa está realizando todos los preparativos para dar una gran fiesta. Parecen llevar una vida plácida y tener una relación en la que hay compañerismo y cariño. Pero una carta anunciará una noticia inesperada que trastocará la vida y la relación de ambos llevando a la mujer a cuestionarse los cimientos de su relación de amor. La aparición del cadáver de una antigua novia, no solamente hará que la muerta vaya volviéndose poco a poco omnipresente, sino que la supuesta protagonista de la historia se dé cuenta de que en verdad ella nunca ha sido tal en esta historia de amor.
Hay quien dirá que el esposo no habló y la traicionó, que una pareja basada en la ausencia de confianza y en algún secreto no puede nunca llegar a buen puerto. Pero, ¿estaba este hombre realmente en condiciones de hacer otra cosa con lo que le sucedía? Habría que pensar en un duelo nunca elaborado; además, el intento, supuestamente secreto, o más bien no del todo consciente, de construir su vida como supone habría sido con la otra de haber seguido viva, es también una ficción, no menos ficción que la que la que construiría con su esposa de no haber existido la Otra.
Yo me pregunto ¿realmente podemos elaborar alguna vez el duelo de nuestros dos primeros grandes amores, ya sea de su presencia o de su ausencia, podemos separamos tajantemente de ellos alguna vez? Y me contesto que no.
Entonces, ¿qué vida vivimos? ¿Será que solamente a la mujer de esta historia le sucede que un día descubre que ha estado viviendo una vida que no era auténtica; que su marido en vez de estar con ella había estado viviendo 45 años con un fantasma, y ella era tan solo el soporte carnal para poder vivir algo de esa otra vida deseada que supone habría podido ser?
¿Alguien cree que realmente se puede vivir el presente despojado totalmente del pasado, o muchas veces lo que creemos nuestro presente no es sino una repetición del pasado o un intento de hacer vivir lo que creímos que podríamos haber vivido con alguna otra persona? Vida y persona ideales obviamente.
¿Somos un actor que no termina de saber su papel, ni de poder apropiarse nunca del todo del mismo, fingimos ser y dar lo que no damos? Y si es así ¿sabemos en verdad lo que estamos haciendo y siendo? ¿Amamos en función de la persona que tenemos delante o nuestro amor está determinado, limitado ¿o potenciado? por uno o quizás varios amores anteriores frustrados?
En este último sentido, ya Freud dirá que por lo menos para todos es seguro que hay dos amores frustrados que determinarán nuestra elección de pareja y nuestra manera de amar, ya sea para bien o para mal (el amor a nuestro padre y a nuestra madre, por cual de alguna manera todos amamos en cierta medida a un fantasma.Hombres que aman en su mujer a su madre o que “no aman “lo suficiente” a su mujer (de acuerdo a los reclamos de esta obviamente),porque la madre sigue ocupando en su amor el lugar principal, mujeres que aman en su marido lo amado de su padre o no aman a su esposo como este desea ser amado, porque su gran amor sigue siendo su propio padre o quizás un hermano, que también es muy común.
Recordaba ahora otra película preciosa y trágica: “El marido de la peluquera”; donde también el exceso con que el hombre deposita y reclama que su mujer realice ese modelo ideal del fantasma de su amor pre-adolescente, y la pretendida fidelidad con que ella responde a querer ser su amor eterno (sin faltas) termina con la no aceptación de la cuota posible de desencuentro y desilusión que el amor conlleva, llevando a la protagonista a un final trágico.
¿Debemos dejar que los fantasmas del pasado se apropien de nuestro presente y de nuestro futuro en una relación de pareja, pero en la vida en general (estaba pensando en la novela de Laura Castañón que no en vano se llama “Dejar las cosas en sus días”), o no? ¿Acaso podemos evitarlo? Yo creo que no, o no del todo. Pero entonces ¿cómo hacemos, cómo puede hacerse para matar a una muerta -en este caso- que puede llegar a estar más viva que la esposa viva real de carne y hueso? ¿Quién de los dos le otorga mas vida a la muerta? ¿y por qué lo hace cada uno?, ¿qué significado tiene esa Otra mujer para ese hombre y qué preguntas encierra para la esposa que no puede dejarla estar? ¿Es realmente más digno de llamársele Amor a aquel ideal frustrado que a este actual desdibujado por el amor dirigido a la muerta -viva y opacado de cotidianeidad?
Finalmente, creo que es una estupenda película sobre el amor y sobre eso inmedible que hace que una persona ame a otra, sobre las proyecciones que hacemos de vínculos del pasado en los actuales y idealización que eso determina, sobre la idealización que llegamos a hacer de las personas muertas puesto que ya no pueden desilusionarnos (sean muertas reales o simbólicas vinculadas a relaciones frustradas) y que nos impiden a veces valorar, o darle a quien tenemos al lado el lugar “limpio de fantasmas” que este nos reclama(lo cual considero imposible), o que nos impide ocupar en una relación ese lugar que creemos que existe (perfecto, ideal)en la medida en que fantaseamos a una Otra o un Otro que sería o estaría en posesión de aquello que (de haberlo podido tener una o uno) sí nos haría ser merecedores del AMOR del Otro.
Y hay lentitud en la que aparentemente no pasa nada porque el tiempo ha quedado detenido en el pasado, cuesta que se deslice, e inclusive el primer plano de la película muestra un paisaje donde la línea del horizonte está inclinada, ¿pretendía indicarnos con ello el director el declive de la relación?¿ o simplemente el plano quedo así por casualidad o porque no puede quedar de otra manera?
Y entonces sí, si se trata de amor, hay desconcierto e insatisfacción en la protagonista como en todos nosotros, pero hay también la certeza de que es ella la que ha vivido esa relación sea cual sea la misma , ella la que sigue viva, la que puede festejar.
Una película donde desde la sutileza se cuenta la fragilidad de la relación humana y del amor y de que en definitiva nunca amamos a quien creemos amar y quizás en definitiva básicamente nos amamos a nosotros mismos en una relación fantasmagórica con el Otro, y un poco, solamente un poco, al otro.

sábado, 19 de diciembre de 2015

AUNQUE NADIE QUIERA SABER... DE LA OSCURIDAD, ELLA ES.



Retomando las palabras de dos personas amigas de facebook haré algunas reflexiones sobre el duelo o los duelos. Una de ellos me decía que “quien se para muere, la vida es un devenir constante”, y que en el duelo el encontraba una nota discordante, y la otra citando a Ángel González que  “para vivir un año, es necesario morirse muchas veces mucho”.


Y efectivamente, el duelo es o introduce una nota discordante o disonante en el  devenir, quiebra la armonía del flujo del devenir de la vida que nos apetecería que “fuese constantemente” placentera, feliz, y que pudiera discurrir de una cosa a la otra, de un vínculo /lugar etc. al otro, sin  tropiezos ni trabas, sin dolor. Y muchos mensajes, que continuamente encontramos por ejemplo en facebook, van en ese sentido de ir hacia adelante, de  disponerse a intentar ver aún en situaciones difíciles o de franca pérdida, el vaso más bien lleno que vacío, en atesorar las posibilidades o ganancias que  implican los cambios. Hay una tendencia muy marcada en esta  época,  a pretender y aún a  exigir a las personas el que todo lo afronten o gestionen (término que detesto para hablar de la afectividad porque es inapropiado y está sustentando en la idea de un sujeto que pudiera ser dueño completo absoluto de sí mismo, de su querer y de su  libertad, lo cual es inexistente)de manera positiva, con fuerza y optimismo, ya que- retomando el título de la película que hace unos días comentaba- hoy más que nunca  “Nadie quiere la oscuridad”. Es más, muchas veces a las personas que intentan darle un lugar a dicha oscuridad, se las intenta persuadir o incluso conminar  a que la nieguen, a que la dejen de lado. ¿No es eso acaso lo que muchas veces se le propone a alguien que está atravesando un duelo? “No te quedes en casa llorando, sale, diviértete, no te quedes encerrado pensando en eso”,  en definitiva: encuentra otros “objetos -personas que  llenen a toda prisa  el vacío que tanto dolor produce, que impidan el tiempo vacío que es de soledad y encuentro  tortuoso de uno mismo y su ser solo,- que es encuentro con aquel o aquello que ya más nunca estará-,  para evitar pensar en lo perdido. O sea que se impulsa a  hacer precisamente lo opuesto de lo que requiere elaborar y aceptar la pérdida; lo cual q implica “de verdad” haberse vaciado del objeto perdido y del dolor que acompaña a dicho vaciamiento, para estar entonces recién ahí, en condiciones psíquicas de colocar a otro objeto en dicho lugar. Y así velozmente “un clavo saca a otro clavo” como dicen, o sino quizás sirva el alcohol o la droga, o el sexo, o la redes sociales consumidas de manera adictiva, un viaje, las compras, etc., para no sentir el dolor y hasta para seguir riendo, porque dicen que “más vale reír que llorar”.

¿Por qué se aconseja esta pseudo-cura maníaca del dolor que produce el desgarro que es cualquier pérdida para un sujeto?
 Porque ese vacío produce angustia: no ser y no saber ya quien soy sin el “objeto” o /y para el objeto, y quizás también ya “no querer siquiera ser sin él” o no importarle ya la vida debido a esa pérdida donde siempre perdemos una parte de nosotros mismos que nunca del todo fuimos, pero que aún así nos dio consistencia en ser(identificación), mientras pudimos sostener y creer la ficción  que construimos para aferrarnos- a él y a nosotros mismos a través de él ).
Levedad, fatalidad del ser que es no-ser, de la cual precisamente da perfecta cuenta de manera hermosa “Lo fatal” de Rubén Darío:
“ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto/y el temor de haber sido y un futuro terror…/


 (El  término objeto esta tomado en sentido psicoanalítico, y al lugar de ese objeto que lacan llama objeto a (que en realidad es una falta de objeto, un vacio estructural producido en el sujeto por su encuentro con el lenguaje),  y que puede estar  “llenado en apariencia” por diferentes objetos concretos, personas o ideales.

Sostener la angustia  y poder preguntarse por su porqué no es nada fácil en esta época que no habilita un lugar posible para  la misma, para ser capaz de registrarla y reconocerla como tal (estoy angustiado/a), preguntarse el porqué , o sea el sentido qué esa angustia tiene para el sujeto, concienciar que se debe a la presencia excesiva del objeto(conjunción del sujeto con el objeto) que debería poder perder o separar de mí , y una vez asumido esto, estar en condiciones y disponibilidad de “tirarse”  un tiempo variable en cada caso,  llorando, maldiciendo, culpandose, disculpándose, etc. o sea,  haciendo el duelo por lo perdido, sea lo que sea ese objeto perdido. Y  sin embargo, Lacan mantiene que  la angustia es de todas las señales aquella que no engaña” porque es la  “vía regia” de acceso a aquello que no es simbolizable. Por ser un afecto y no un significante, la angustia opera como señal ante aquello que es irreductible al significante, es por eso mismo que es la señal que no engaña, es señal, dice Lacan, de lo real que se presenta en la experiencia. Y eso real es el objeto a, objeto de goce pulsional perdido, resto de la operación de división subjetiva inaugural de todo sujeto que va a ser reencontrado (como falta de objeto en realidad) en toda pérdida se elabore o no el duelo por la misma.

Angustia  que si se la escucha, dice la verdad del sujeto de goce, le dice algo acerca cual es  su relación con el objeto cuya pérdida no se está pudiendo asumir, ya que la angustia indica la presencia absoluta del objeto, la anulación del sujeto y su deseo por la presencia sin “corte -falta o separación-duelo” del objeto que habría de poder perderse. El taponamiento del vacío con otros objetos por horror al mismo, es la huída del deseo y la presencia de la pulsión de muerte.Por eso para Sartre  la angustia es la que  anuncia la libertad del sujeto cuando está aún no es posible. Porque le señala su atrapamiento, su identificación total al objeto que en este caso es de goce,  y solo separándose psíquicamente del mismo, esto es,  haciendo el duelo, podrá devenir sujeto de deseo (en relación a un objeto aceptado como perdido).Pero antes de poder no solamente crear el devenir (hacer que este devenga) y valorar lo que el mismo depara, es condición previa y sine qua non “morirse muchas veces mucho”   como dice mi amiga Emma a través de Angel González, separarse muchas veces , cortar muchas veces mucho con el objeto perdido para perderlo  psíquicamente. Solo puede crearse, advenir lo nuevo, cuando hay falta,  vacío; si en  el psiquismo la libido aún está adherida o fijada al objeto anterior, no puede dirigirse a ningún otro objeto, o lo hace a medias, como habitualmente se puede observar en algunas parejas que terminan su relación e inmediatamente, o aún antes de separarse físicamente de la otra persona,  comienzan otra , y donde muchas veces la persona está efectivamente a medias,  a medias entre la pareja anterior de la que solamente   se han separado  físicamente, pero  no psíquicamente, pues  no terminan de poder dejar de ocuparse de ella en sus pensamientos y sentimientos ( piensa en ella, comparan a la nueva persona con la otra, desea saber de la vida de la otra persona, siente nostalgia de aquella relación etc.)Esto obviamente puede suceder también con la separación respecto de lugares o situaciones  como pueden ser cambios de lugar de residencia, de casa, de trabajo, etc.

 No entraré en detallar las etapas por las que atraviesa un duelo porque eso puede ser encontrado si interesa saberlo en muchos lugares o sitios de psicología; aunque sí he de decir,  aún no siendo especialmente partidaria de los libros de autoayuda, -que en si  tampoco sé si este que voy a nombrar pretende ser de este tipo-que  considero que   “El camino de las lágrimas” de Jorge Bucay aborda muy bien el tema del duelo, mostrando claramente los distintos momentos y sentimientos por los que atraviesa la persona en el mismo.

 Pero no todos estamos preparados  para poder hacer duelos, porque hacerlo y sobrevivir  requiere antes que nada haber aprendido a detenerse en el dolor, a permitirse experimentarlo y registrar sus efectos y afectos en uno mismo, a pensarse en el mismo y generalmente no educamos para ello, al contrario, es común escuchar ante una pérdida este tipo de frases: “no pasa nada”, “ya pasó”, “te compro otro”, “no llores”,  “es una tontería llorar por eso” , “te compro un heladito y se te pasa(heladito!!!) o un chocolatito, y luego la persona se acostumbró a que si está triste se atiborra a dulces o a comida , o al  te llevo a comprarte un juguete, o nos tomamos una cañita o un vinito y ya nos anestesiamos del dolor, etc.
  Todo esto aleja a las personas de la capacidad de elaborar y superar los duelos, de entrar en el sufrimiento profundo que implica la toma de contacto con el vacío que deja el objeto perdido, objeto que también puede ser aparte de separación de personas, lugares, objetos, separación de aspectos o partes de una parte de una misma, de rasgos de carácter, identificaciones que en algún momento pueden devenir síntomas molestos y que a veces requieren ser abandonados: por ejemplo “ser” excesivamente responsable, ordenado o desordenado, sensible, etc., aspectos que nos cuesta cambiar porque requieren de hacer un trabajo de duelo  que es difícil,  ya que  generalmente esos rasgos que luego nos perjudican fueron fijados en nuestra personalidad en la infancia como respuesta complaciente al deseo del Otro o como respuesta defensiva respecto del mismo: por ejemplo, ante una figura educativa que exigiera mucho orden, el niño puede obedecer y querer ser ordenado para satisfacer al Otro y obtener su amor, o lo contrario, desobedecer y ser desordenado para rebelarse y librarse de su deseo, si el mismo es vivido como  muy dominante y no  le deja ni una brecha de libertad, o ser muy ordenado en algunos aspectos de su vida y desordenado en otros.

Y para finalizar algunas de “mis creaciones” que surgieron en una etapa de mi vida donde tuve que  hacer  un duelo que implica varios duelos al haber emigrado de Uruguay a España, hoy sigo en duelo, y mis caminos en estos momentos no son serenos, pero “Andando caminos serenos” es el resultado de un gran tramo de duelo elaborado respecto de quien yo era en mi país de origen,  y de quien soy o más bien no soy ahora,  pero  ya me encuentro en otro momento del mismo y cobran relevancia otros aspectos o aristas del objeto. La escritura me ayudó y me salvó.



EL ESPEJO ROTO.
¡Y yo que allá antes tenía
un fabuloso espejo mágico!
¿qué va a ser de mi ahora
que acá
me
se  ha roto
y me
se cae a pedazos?

Sin mis oropeles ¿cómo amarme?
Sin mis oropeles ¿quién va a amarme?

Un narciso se ha marchitado en mi mirada y cae.

Afrodita ha envejecido
madre ha sido
y la fuente de Juvencia ha perdido
en la noche
ya no hay sátiros ni íncubos anhelantes
de adorar su desnudez
como antes, cuando ésta era de su cuerpo
su más bella vestidura
cuando sus pechos y glúteos
 exhibían altivos  la firmeza marmórea
de una escultura griega.

¡Y yo que antes tenía
un fabuloso espejo mágico!
¿Qué va a ser de mí ahora
que acá
me
 se ha roto
y me
 se cae a pedazos?

Sin mis oropeles ¿cómo respetarme?
Sin mis oropeles ¿quién va a respetarme?


La flor del pensamiento se ha marchitado  y cae.

Atenea,
otrora victoriosa
sus alas han cortado
en la batalla arrebatándole 
su escudo y su lanza,
la lechuza yace
en su brazo dormida
ya ni el Arte ni la inteligencia ilumina-n

¿Cómo hará Odiseo para continuar su viaje?

Sólo la  flor del deseo podrá alumbrarle.



INSENSATA.
¡Insensata!
eso has sido ¡insensata!
cuanto más te aferraste para no caerte
más abajo caíste,
cuanto más temiste
lo que más temías sucedió,
cuanto más dijiste no querer aquellas penas sufrir 
más contigo ellas se ensañaron,
¡Insensata!
no es que no hubieran señales
¡es que tú todas te las saltaste!
Y te olvidaste de Ulises.

Cuanto más te empeñaste en responder
a lo que querías y creías ser
menos fuiste
y  sin embargo fuiste
donde menos quisiste

como si fuera posible a la mariposa
haber no sido antes gusano de seda,
como si fuese posible a un gusano de seda
 resistirse a devenir mariposa.





YA LO PEOR PASÓ.
Algunos creen que nacer es el principio
algunos creen que nacer es un placer.

Algunos creen que nacer es al principio
que nacer nos da placer.

¡Pero yo, en carne propia sé que antes
se necesita haber muerto para poder nacer!

Ya lo peor pasó
es necesario abortarse para poder nacer

Ya lo peor pasó
es necesario caerse para poder nacer

Ya lo peor pasó
¡ Lázaro, levántate y anda!







AMANECER.
 Hoy ha amanecido un sol radiante
ni una sola nube empaña el horizonte.

Hoy amanecí un sol radiante.

Sin querer me sorprendo
tarareando canciones
 a retazos
tiempo atrás olvidadas
que dicen de soles, cambios,
imprevistas primaveras y bienaventuranzas

es que ahora,
que al fin todo está perdido
y  nada tengo que perder

es que ahora,
que al fin todo lo he perdido
y nada temo ya perder

me he dejado caer
todas las máscaras
ya en ellas no confío
¡yo que de ellas
tiempo atrás
queriendo sin querer me fio!

y es un alivio saber
que sin ellas sobrevivo
¡y es más, río!





¡QUE RISA!


¡Qué risa!
¡Qué risa me da  darme cuenta
que hoy puedo reírme de mi!
¡Qué risa y que alivio saber
que ya no me(la) creo

que puedo empezar otra vez!

¡Qué risa!
ahora que puedo jugar a ser Otra
porque no lo soy

¡Qué risa!
el placer  de haciendo la Otra pillarme
 copiando sus gestos, fingiendo su voz

¡Qué risa y que alivio
saber que es teatro!
que puedo empezar otra vez.


VACÍA PARA AMAR.
Dice “La Negra”:
no pienses que todo
está perdido
yo vengo a ofrecer mi corazón.

Digo yo:
ahora que todo está perdido
yo puedo ofrecer mi corazón.






EN TRÁNSITO.



¡Qué bueno!
¡Qué bueno poder ir en tránsito!
con la certeza de la partida
 y la incertidumbre de la llegada
con la cabeza nunca apurada
vacía de pensamientos y de recuerdos
y las maletas perdidas
entregada solamente
al latir del corazón.













ANDANDO CAMINOS SERENOS.
En estos días en que me he dado cuenta
 que no todos los caminos conducían a Roma
y que andar conmigo quiero


En estos días en que me he dado cuenta
que  se me han desdibujado
todos los caminos
 se me han roto todos los esquemas
y andar conmigo se me ha hecho más liviano

el Mar, brujo cómplice devuelve 
mi imagen serena de sol difusa
en vuelta
en pequeñas olas casi silenciosas…
me acerca a la orilla,
me deslizo sin prisa
suavemente sobre la arena

dejo que mi oído caracol se alegre
con la risa de algunos chiquillos
cuyos pies descalzos
dejan pequeñas huellas…

y el cielo, en silenciosa fijeza azul
suspendido
da a ver incorpóreos garabatos de espuma
que en inédita geometría completarían
un cuadro impresionista que apena no saber pintar.













- Kierkegaard ante Lacan:lo real y lo imposible” ,Laura Arias, virtualia.eol.org.ar 

- Kierkegaard, Sartre y las conductas de mala fe, Eduardo Fernández Villar, “A parte Rei” 45, mayo 2006 revista de Filosofía (esta en internet)












domingo, 13 de diciembre de 2015

“NADIE QUIERE LA NOCHE” o a-cerca de LO REAL.




No, nadie la quiere, pero está ahí para todos, aunque su oscuridad no sea exactamente para todos,  la misma. Pero al final de la película me quedé pensando si de verdad una no la quiere. Y me contesto que sí la quiere, porque forma parte de una misma, de cada uno de nosotros. Y la queramos ver o no, aceptar o no a nivel de nuestra conciencia, inconscientemente sabemos que está  en nosotros, que también somos ella. Y por eso, sin saber bien cómo ni cuándo ni dónde, en algunos momentos  la buscamos sin saberlo, o ella  nos encuentra. Y con ese encuentro podemos hacer… ser o  hacer como si no lo hubiéramos tenido, negando, pasando.

“Nadie quiere la noche” una inmensa e  intensa  metáfora del ser humano, de su partida, de sus partidas a la búsqueda de sus sueños,  ese Polo norte del Ideal, paraíso lejano pero  imaginariamente perfecto: ¿el amor, la grandeza, el reconocimiento, la inmortalidad? Llegar a él  merece estar dispuesto  como lo está la protagonista de la historia, una Josephine Peary magníficamente interpretada por Juliette Binoche (doble noche sí, en esta película), a  correr todos los riesgos. Obstinación y  oídos sordos a advertencias de peligro y locura ante tamaña osadía .Y tropiezo, caída en  la tremendamente gélida, cruda y casi interminable realidad: ese sol que se duerme, esa noche invierno que llega aunque no se la quiera, y aún así, en medio de la desolación, la belleza  grandiosa de la fotografía y del/el  paisaje, que aún en medio de la intemperie de esa noche casi interminable,  no podemos dejar de admirar. Encuentro con lo Otro, supuestamente extranjero: otro paisaje, otra mujer, otra cultura,  “otra realidad” cruda o más cruda (lo real), que la únicamente creída y sentida como propia hasta el momento. Pasaje de la domesticación de la ciudad a la Naturaleza  más salvaje. Y esa otra  voz  que  pregunta: “¿qué buscan?” Y mal supone: “si lo tienen todo” Y para colmo,  lo que se busca no existe… más que en la imaginación, o quizás al final no era… nunca es lo que creíamos que sería. ¿Alguna vez fue? Puede que sí, pero ahora ya no.   Desilusión, asombro, perplejidad, burla,  enfado, congoja, miedo, tristeza, dolor mucho dolor, meandros   del duelo. Búsqueda de la cercanía en la una mujer, de aquello que nos hermane: “yo mujer-¿tu mujer?” para cortar las diferencias y acortar distancias  y permitir el lazo; humildad, confianza, apertura, naturaleza receptiva dispuesta a dejarse domesticar como aquella rosa. Rechazo en la una Otra : “lo extranjero” generador de  asco, aislamiento, impiedad, egoísmo ,altanería, creencia en una supuesta superioridad, maldad .Dualidad, enfrentamiento, batalla que  finalmente deviene derrota …de la parte más altanera …¿de una misma? que adviene al fin triunfo de la hermandad.

Yo te salvo, yo te cuido aunque tú no quieras aceptarme, necesitas acá de mi, en este medio, de esta oscuridad y crudeza nada sabes, yo te ayudo a sobrellevarla, yo te salvo y luego, tu agradecimiento aunque difícil de nacer, hace que quieras salvarme. Y entonces juntas nos salvamos: ya no hay tú ni yo, ni tú o yo, o tú en contra de yo, hay NOSOTRAS  y hay él, el que nace de dos mujeres, fruto, creación que  trasciende nuestra rivalidad por aquel Hombre.

Y ese fruto que lamentablemente se pierde. Aunadas en la pérdida  perdida de límites yotu, naturalezacultura, durezadelicadeza, lo extranjero que ya dejó de serlo.
Y luego otro Hombre que llega y reinstaura  la separación, y ya  no ser capaz de poder ser, de querer ser sobrevivir  la una sin la otra, no poder ya ser  “yo sin mi” sabiendo que una parte de nosotros ha muerto (el bebé)
Y  elegir tu caída y mi salvación, donarme tú, darme la vida, y asumir yo  en mí, tu yo, TU NOCHE QUE ES TAMBIÉN LA MÍA