“...este poema
de la tierra tan antiguo,cuyos signos
se eternizan con la sangre como antaño”
“Sabemos que nadie pintará el Guernika nuclear
Imperialismo:
anhelo de
cuerpos
y luego nada
El tequel mene ufarsin sangra en los muros.
“Alexis en la ciudad sitiada"
Solo el discurso analítico promueve el "no todo" en el sentido de la categoría que Lacan asimila entre otras cosas al goce femenino.
“...nunca de lo
inmundo nace el alba”
“La palabra / que está huérfana de luz, engendra
espanto” /
“… ¡Haz a América más grande!... ¿Con qué orgullo se levanta
la ciudad /donde se ha abolido la historia? / la esperanza se puede deslizar/
sólo como contrabando.
“Cesárea de la
espada: /la partera saca de la testa/ de la democracia una libertad flaca y
doliente, /toda cal y ceniza
“Toda Patria nos revela un santuario, /custodiado por
cariátides tan blancas/como huesos descarnados y pulidos, /más gobierna en su
interior un dios bifronte, / sobre un trono de madera funeraria, /y una mano
que le brota de la frente /nos enseña los cuchillos del degüello.
“¿Qué es la Patria? Un arrebato de la Musa. /Las
palabras cuyas letras son adobes/ que levantan las murallas de una cárcel, / la
alquitara de una necia metafísica. / La rapiña de los siglos /...
"Con el estridente/rasguño en la pizarra de /los
psicópatas /que presiden las naciones/imaginamos, temblando, el manicomio que
nos construyen, aunque /en realidad/ nos sentamos en torno a las hogueras, /
escuchando la salmodia de los medios/ que repiten que todo está bien.../"
"Las greyes de votantes, / llenas de odio/avanzan en la
luz de su ceguera…/ quieren comer en paz la carne cruda/en los mataderos
pulcros de su propiedad."
"¿No comprenden que si odiamos, / al migdonio, al
garamante, a cualquiera de los vástagos /de la tierra madre ardiente/
silenciamos al extraño / que se hospeda en nuestro pecho/ y que deja al falso
negro, / si aparece en evidencia?"
“Nuestro sueño de romanos /impotentes: dejar libre a la
bestia que susurra/ por las noches nuestro nombre .../"
"Fundamento supremo de las jerarquías,
/pensamiento mágico que forja/ las cadenas firmes
de la servidumbre / el principio de obediencia solo sirve / para moldear la
carne del esclavo, / fuga de la realidad que toma presos/ en las celdas
intangibles de la eternidad, / piedra
angular de las desigualdades/ que imposibilitan para el verdadero amor:/ así se
enraízan las tradiciones del Odio, / la manzana envenenada de los siglos/ así
florece la jurisprudencia del asesinato”
“Los endriagos, las
empusas y demonios, / que se embozan con la veste de las sombras, /todos juntos
las mil caras del dios Negro/...nos acechan en la niebla, vigilantes,
/asediando nuestra aldea, nuestra especie.
(Citas de
la primera parte “Los cálices amargos”)
“Como no puedo dormir nunca de noche, /sé que lloran
las paredes de la casa/cuando el lobo está dispuesto a ser humano”
Si la cultura pudiera estar siendo esa arma cargada de
futuro -como decía Celaya que lo era la poesía – cuyo efecto hubiera podido impedir
el estado de sitio, sol de eclipse de una ciudad..., del MUNDO…, de la mente, y
si Pedro Juan Gomila Martorell no
tuviera sentido del deber ético ante este estado inmundo, escribirse y
escribirnos este libro no hubiera sido necesario.
“Una nueva batalla se aproxima
y
aumenta el número de los prófugos
de entre las filas de aquella humanidad
siempre futura”
Parece que, a pesar de
lo infructuoso, él está dispuesto a renovar su apuesta, a persistir en su
intento aún... de un acto de
emancipación:
Poesía, arma cargada de futuro más allá del futuro personal
de cada quien, para el futuro de la Humanidad.
Emancipación que requiere empezar por uno mismo, no
olvidándonos de revisar y revistar al dictador que “todos llevamos dentro”, el responsable
siempre de que el deseo, sinónimo de vida, sucumba en sí mismo y en el otro:
“sólo será posible resistir
con los pies en tierra firmes
si uno antes se ejercita con rigor
contra sí mismo
para al fin prender la mecha
de la revolución más íntima,
aun sabiendo de antemano
que está destinado a sucumbir”
“un acto de fuga
contra un cielo vacío de promesas”
Un acto de corte, de deseo y libertad, que me recuerda estas
palabras de la psicoanalista Rithée Cevasco en ¿Todos proletarios? (en Nadie Duerma,
revista del Foro analítico del Río de la Plata):
“Hay otra vertiente de nuestra
teoría psicoanalítica que me parece útil para la reflexión política. Se trata
de la teoría del acto como corte, como pasaje de un discurso a otro. La
cuestión del acto, tal como es concebida desde la perspectiva de J. Lacan, no
sólo concierne a la práctica analítica, la encontramos “en acto” también en la
práctica artística y en cierta práctica política, la política que no se
conforma, por supuesto, con la gestión de los bienes”.
Presentación -
Entrar en la lectura de cualquiera de los libros de Pedro
Juan Gomila Martorell es como enfrentarse a una ciudad sitiada, pero de aquello
que evitaría precisamente el sitio del cual versa este libro del poeta: cultura
y conocimiento, armas imprescindibles para poder entrar en el Ágora que
constituye su obra. Conocimientos sobre el mundo, su geografía y su historia
fundamentalmente, tanto las del pasado como las de la actualidad (pero también
acerca de economía política, sociología, etc.) Conocer el origen de nuestra
civilización: el mundo grecolatino y su cultura, puesto que la poesía de Pedro
Gomila Martorell se nutre mayormente de la riqueza cultural y semántica de los
clásicos, aunque también hay en su libro muchas referencias a la mitología y
cultura nórdica. También requiere de un
nivel de vocabulario bastante superior al promedio.
Y si medianamente se cuenta con tales armas, una puede darse
a la lectura del mismo, aunque deba y esté dispuesto a hacer paradas en su
recorrido para repasar algunas lecciones de los temas ya referidos, y recurrir al diccionario, aunque a veces ni
en él una encuentre el significado de
algunas de las palabras del lenguaje culto que es característico de su
escritura, puesto que en tanto poeta, es
un creador también de nuevas palabras, cuyo significado a veces hay que intentar descifrar en base a las
huellas de otras que están presentes en esas nuevas.
Si pudiera creerse que hay un lector ideal para determinada
obra, o al menos un lector que podría realizar una lectura más concienzuda de
sus libros, y por lo tanto disfrutarla y entenderla de forma más plena, diría
que en este caso se trata de alguien con una cultura y conocimiento muy
superior al promedio en relación a los temas referidos. A los demás, la lectura
nos supone un desafío que en mi caso es bienvenido, sobre todo por la fe que
como lectora ha depositado siempre en mí su autor respecto de sus libros, a
partir -según me dijo- de la lectura que hizo sobre mi comentario y análisis de
“Voces en off “de Alejandro Céspedes.
-----------------------------------------------------------------
Ya desde la lectura
de las citas, armas contundentes con las cuales Pedro Martorell comienza su
libro, nos adelantan que su poesía versa sobre una ciudad ...cuyo sitio tiene
lugar en el presente, aunque la repetición de La Historia juegue, como siempre
lo hace, su tanática partida con ecos de hechos y voces del pasado.
“Días de lanzas y espadas, se raja el escudo, días de
tormenta y lobos, se hunde el mundo, no habrá hombre ninguno que a otro
respete” VOLUSPÁ
“Las masas están inertes(...) el mundo es ahora un
inmenso pozo de serpientes, donde salvo alguna excepción y algunas míseras
élites todo son serpientes estúpidas y feroces, indistinguibles(...)No hemos
hecho nada para que no hubiera ya fascistas. Sólo los hemos condenado
gratificando nuestra conciencia con nuestra indignación y cuanto más fuerte y
petulante era nuestra indignación, más tranquila se mostraba la conciencia”
PIER PAOLO PASSOLINI.
“Nuestro cuerpo es pues, el centro inicial del demos,
de la colectividad de otros cuerpos, de otras existencias, indigentes, también
como la nuestra” EMILIO LLEDÓ.
El poeta recrea la
debacle del mundo actual con referentes clásicos, lo cual es coalescente con el
hecho de que la Humanidad sigue
repitiendo cánones presentes ya el mundo
greco- latino donde tuvo origen nuestra
civilización occidental, puesto que si bien el surgimiento de democracia se lo debemos a Atenas , su imperfección ( no considerar
ciudadanos ni a los esclavos, ni los extranjeros ni a las mujeres) insiste en
nuestros días en la división de los hombres:
aquellos considerados libres,
y aquellos que algunos otros hombres, creen que no merecen ser considerados como tales. Nos enfrenta a las
formas que toma la esclavitud en nuestros días, a la forma en que se encarna el
miedo al extranjero que es siempre miedo a “lo extranjero”, una incapacidad
para aceptar la diferencia en sus diferentes formas: racial, sexual (esta
tendrá un tratamiento más destacado en la parte central del libro que se titula
“Zelim o la música silenciada”), religiosa, política, etc. Poetiza así sobre la
violencia, la exclusión, la xenofobia, la homofobia, la inmigración, y sobre
todos aquellos que están por fuera de la lógica dominante de un sistema
patriarcal y un discurso del Amo Capital
que destruye el lazo social potenciando el individualismo y la lucha
fratricida por el goce (*)
(*) “El racismo moderno
es "el odio al goce del Otro: se odia la manera particular en que el Otro
goza" – dice el psicoanalista
Jacques-Alain Miller.
El
fundamento del odio es siempre profundamente narcisista como el del amor, una
rivalidad en la cual el sujeto se enfrenta consigo mismo a través de un otro
imaginario que le sirve de espejo, en una lucha a muerte.
“Lo
extranjero”, lo exterior que en realidad es lo más propio e íntimo es el goce, en una relación moebiana donde lo real reaparece en lo
simbólico, pero ya fuera de sentido, éxtimo, y constituido por una consistencia
lógica. Goce de lalangue que fue impuesto por el Otro en los albores de
la estructuración psíquica y que nos extranjeriza respecto de nosotros mismos.
Lacan creo para denominarlo el término “extimidad “, un neologismo que usa en
su Seminario sobre la ética del psicoanálisis de 1958, “lo más íntimo
justamente es lo que estoy constreñido a no poder reconocer más que
afuera". La oposición interior-exterior, mundo interno-mundo externo, es
imaginaria. Lo más íntimo es externo. Esto puede formularse también como Freud
conceptualizó "lo unheimlich"(lo ominoso) puesto que es desde el Otro
y el otro que se constituye el yo, lo más interno es lo que alguna fue
exterior, por eso éxtimo.
En
algunos casos, se trata del goce propio que desmintiéndose en sí mismo, se odia
en el otro, por ejemplo, quien más odia a los homosexuales puede ser en
ocasiones quien más miedo tiene a su
propia homosexualidad reprimida, y por lo tanto más necesidad tiene de
eliminar ese goce. Y en otros, el odio está dirigido contra aquel de quien se
cree que goza más o mejor que el propio sujeto y
también contra aquel que según el
parecer de quien odia, aspira a
un goce al cual él o los de su “ clase” creen solamente tener derecho;, por ejemplo este caso se
aprecia cuando alguien autóctono dice :
“los inmigrantes o x personas viven por encima de sus posibilidades”.
También
el odio está presente cuando la persona cree que el goce ese otro
lo obtiene a expensas del goce
propio, por ejemplo: la acusación de que a los inmigrantes se les brindan
más ayudas o facilidades que a los
autóctonos genera envidia respecto de un
goce en más(plus de gozar) que creen que el extranjero obtiene a costa del
perjuicio del autóctono, o sea lo que a ellos se les resta o quita para
supuestamente dárselo al extraño: “ a los extranjeros les dan más ayudas sociales”-por ejemplo. También se odia
a quien se cree que goza por fuera de lo que el propio sujeto entiende como
goce permitido (el goce por fuera de el mismo se cataloga en ocasiones, de
pervertido).lo cual implica el miedo a
lo desconocido, en una persona con un pensamiento rígido y autoritario.
El texto del psicoanalista Jacques-Alain Miller, "Enemigos
éxtimos", correspondiente a un capítulo de su libro "Extimidad" dice refiriéndose al
racismo (pero extensible según mi parecer a toda forma de rechazo y odio contra
el otro): “si
el problema tiene aspecto de insoluble, es porque el Otro es Otro dentro de mí
mismo. La raíz del racismo, desde esta perspectiva, es el odio al propio goce.
No hay Otro más que ese. Si el Otro está en mi interior en posición de
extimidad, es también mi propio odio".
"…
ser un inmigrante es el estatuto mismo del sujeto en el psicoanálisis. El
sujeto como tal, definido por su lugar en el Otro, es un inmigrante. No
definimos su lugar en lo Mismo porque sólo tiene hogar en lo del Otro. El
problema del sujeto precisamente es que ese país extranjero es su país
natal".
“La cuestión de la
tolerancia o la intolerancia no alcanza en absoluto al sujeto de la ciencia o a
los Derechos del Hombre. El asunto se ubica en otro nivel, que es el de la
tolerancia o la intolerancia al goce del Otro, en la medida en que es
esencialmente aquel que me sustrae el mío. Nosotros sabemos que el estatuto
profundo del objeto es haber sido siempre sustraído por el Otro. Si el problema
tiene aspecto de insoluble, es porque el Otro es Otro dentro de mí mismo. La
raíz del racismo, desde esta perspectiva, es el odio al propio goce. No hay
otro más que ése. Si el Otro está en mi interior en posición de extimidad, es
también mi propio odio.
“Simplemente, se confiesa que se quiere al Otro siempre que se
vuelva el Mismo. Cuando se hacen cálculos para saber si deberá abandonar su
lengua, sus creencias, su vestimenta, su forma de hablar, se trata de saber en
qué medida él abandonaría su Otro goce. Esto es lo único que se pone en
discusión”.
“En esta línea
me vi llevado a admitir la validez del término "sexismo", que se
construye sobre "racismo". Hombre y mujer son dos razas –tal es la
posición de Lacan–, no biológicamente, sino en lo que hace a la relación
inconsciente con el goce. En este nivel se trata de dos modos de goce. Sabemos
hasta qué punto nos ocupamos de contener el goce femenino: cómo se intentó taponar,
canalizar, vigilar este exceso de goce. Saben el cuidado que se tomó
–constituyó un tema filosófico, durante siglos– en la educación de las
muchachas. Resulta divertido ver progresar las tentativas de uniformización del
discurso de la ciencia. Podemos regocijarnos al ver la promoción femenina,
mujeres a la cabeza de sociedades multinacionales norteamericanas, por ejemplo,
que hoy ocupan lugares como el de tesorero general, lo que es bastante afín a
la posición de la burguesa en la casa”.
“La tolerancia a la
homosexualidad depende de la misma rúbrica. Se producen efectos de segregación,
si no voluntarios al menos asumidos. Existen rincones reservados, en Los
Ángeles o San Francisco, donde se reúne una comunidad que ocupa un tercio de la
ciudad. Se trata de una forma asumida, jugada, de segregación. Y como comunidad
de segregación tiene derecho de palabra y de actuación en la conducción de la
ciudad”.
“¿El antirracismo es negar las
razas? Creo que es inoperante plantear que no hay razas. Para que no hubiera
razas, para que se pudiera decir "nosotros los hombres...", haría
falta que hubiera el Otro del hombre. Se necesitarían seres hablantes de otro
planeta para que pudiéramos por fin decirlo. De ahí el carácter finalmente tan
optimista de la ciencia ficción, ya que da una especie de existencia fantasiosa
al "nosotros los hombres..." Para Jacques Lacan, una raza se
constituye por el modo en que se trasmiten, por el orden de un discurso, los
lugares simbólicos. Es decir que las razas, esas que están en actividad entre
nosotros, son efectos de discurso, lo que no significa simplemente efectos de
blablablá. Significa que estos discursos están ahí como estructuras, y que no
alcanza con soplarlos para que se vuelen”.
Otra psicoanalista María
Elena Lora* (Las identificaciones y las migraciones indígenas") dice: "La patología de la identificación al
Ideal se entiende no solo como defender un rasgo del Ideal sino que hay que
agregar que aquel que no lo tiene es alguien a ser excluido. Entonces, la
identificación del sujeto a un significante ideal implica necesariamente la
segregación de una parte de su ser, un rechazo de lo inaceptable desde el punto
de vista del Ideal del yo".
El predominio del
discurso capitalista hace que todos seamos proletarios- dicen algunos
seguidores de Lacan-, “pero él no dijo eso, sino que: “el
único síntoma del capitalista, el único síntoma social, es el proletariado.” En
todo caso Lacan al referirse al “proletario” generalizado se refiere a un
proceso de disminución de los recursos simbólicos para hacer frente a lo Real,
sería el que está despojado de todo recurso.
Y decir que este es el único síntoma social implica que éste es el único –síntoma disidente–
el que expresa el “no va” del sistema.”
Proletario, sin recursos entonces, nombra
nuestro lugar de indigencia social o subjetiva por la ruptura del lazo
simbólico con el Otro, un lazo que
garantice en primer lugar nuestra existencia como sujetos psíquicos además de
materiales. Sin ese lazo de valor como sujeto de deseo, solo somos cuerpos de
goce, proletarios autistas, o cuerpo para el Goce ilimitado del Otro.
Y así el poeta , en su hacer disidente, va a ir a-bor(de)ando
poéticamente los efectos de destrucción
masiva y globalizada generados por este
estado de sitio de la Humanidad
en diferentes ordenes de la vida: su
mente y su cuerpo, la palabra, la historia, la naturaleza: así nos habla de las
guerras , sus motivos y sus participantes, las víctimas y los victimarios, de
las migraciones, de un imperialismo global
que cercena la vida en toda sus manifestaciones, y de
nuestra responsabilidad respecto
a este estado de sitio.
Y lo hace dotando al
libro de una estructura de puzzle donde diferentes voces desde diferentes
lugares tanto subjetivos como intrapsíquicos (yo, superyo) y con el recurso a
diversidad de personas gramaticales (comienza el libro en primera persona del
singular, continúa en segunda, y luego en tercera persona del del singular, por
ejemplo) poetizan sobre diferentes temas o situaciones. La guerra, los
verdugos, y asesinos, las víctimas, los extranjeros e inmigrantes, el trabajo
esclavo, etc. y es el lector quien tiene
que ir estableciendo relaciones entre aspectos o temas para armar el mismo; en
este caso un puzzle de sentido.
He pensado que esta
estructura del libro pone en acto los efectos de la pulsión de muerte sobre el
mundo, el despedazamiento del tejido social y del ser humano, la fragmentación
globalizada que invade la vida actualmente y a tantas mentes haciéndolas
incapaces de poder relacionar los efectos que en diversidad de ordenes de la
vida (personal, social, medio ambiental, etc.) está teniendo el amuramiento de
la libertad, el prejuicio y el dogma en nuestro mundo actual… Es
responsabilidad del lector hacerse con la mejor arma: la cultura, para poder
leer el libro...de nuestra realidad.
Así podremos vernos en la poesía de Pedro Gomila
Martorell , ver reflejada en proporciones mayúsculas “nuestra tonta humanidad
enceguecida” (canción de Eladia Blázquez), pues todos somos “Alexis en la
ciudad sitiada”
El héroe regresa a la ciudad de la cual había sido desterrado
a la tierra de Nod , (En la tierra de
Nod “ es el segundo libro del autor, que
junto con el primero: “Arcadia desolada”, el tercero :“La pasión
según Dionisio y el cuarto: “Hogueras de la carne” conforman la serie Eidolon),
con el nuevo nombre de Alexis pero la ciudad...de nuestros días... está sitiada
por el enemigo del Hombre y de su libertad,
una humanidad a la que :
“Hoy nos toca el apurar / hasta las heces/ la vesania de los
cálices / amargos / como nos dice más adelante el poeta en esta primera parte
de su libro, que lleva por título precisamente “LOS CÁLICES AMARGOS”, cálices
que no en vano traen ecos de la obra de Vallejo:
“…de mi aparta de inmediato el cáliz tuyo,
que desborda con el llanto de las viudas,
de los huérfanos y
ancianos, y que exuda
con la sangre de tus fraudes criminales”
Las siguientes partes del libro llevan por título:
“Desiertos de la paz en llamas”, “los demiurgos salvajes”,” Exégesis de
sombra”, “Zelim o la música silenciada” y “Propuesta de himno para otra Europa”
Según el poeta, Alexis es el nuevo nombre del Antihéroe de
Eidolon, y las referencias que ha tomado Pedro Martorell son la bucólica II de
Virgilio, en la cual aquel aborda el deseo del pastor Coridón por el joven
Alexis. Y también en Marguerite Yourcenar en "Alexis o el tratado del inútil combate".
Las fuerzas interiores represoras, los Titanes en “la pasión
según Dionisio” se encarnan ahora en los profanadores de la carne de Alexis, y
son ahora los gobiernos corruptos, los torturadores y asesinos., los cuales en
el libro son referidos con diferentes nombres que remiten siempre al goce sin
ley: los Crueles, los criminales, la canalla, Los Atroces, etc. Y el cuerpo
desgarrado del sujeto poético de Eidolon se encarna en el cuerpo político,
religioso, económico y social desgarrado en el Alexis.
“Alexis nos lleva del Yo al Nosotros”- dice el poeta-, lo
cual entiendo que queda reflejado en estos versos:
“No
celebres nunca
la acrobacia
del ave solitaria
de rápido vuelo,
la que altiva ciñe
la muñeca de Zeus
y sola domina
las más altas cumbres.
Tampoco a los bandos
del ínclito halcón,
señor de mesnada,
nutrido en la cuna
de púrpura e incienso:
como un ave Fénix,
que trae a la vida
natura de urraca
de fría ceniza,
se anudan aquellos
al viejo timón.
Alégrate, en cambio,
con las golondrinas
que invaden cornisas,
cubriendo las auras,
y despliegan leves
sobre las ciudades
sus frágiles alas
de azabache y luz.
El siguiente comentario versa sobre la primera parte del
libro: “Los cálices amargos”. También incluye poemas (sin comentarios) de la
parte cuatro: “Zelim o la música silenciada”
“Me despierto....
….............................................................
¡Pero que precario, azul, nuestro equilibrio!
…..............................................................
Empiezas a entrever entre la niebla
presencias ominosas, amenazadoras,
en torno a tu estatua de gigante,
tan solo ya al salir a la intemperie.
La copiosa turba de los esqueletos
está reproduciendo sobre muros altos
los bisontes ocres de la Edad de Piedra:
cuán se afanan, impasibles, dirigidos
por los ciegos caporales de la tribu,
que nos quitan de la piel veste de avispas .
¡Ten cuidado, no te vean, porque fueron
las primeras víctimas del Orden
y, por tanto, están unidos por un lazo
poderoso con el Padre que ellos temen!
Un rumor te envuelve como de hojarascas.
Las pasiones proliferan, verdegueando,
como lirios de corolas tumorales,
tan hambrientas de la
vida que aniquilan,
Se aproxima un aguacero de serpientes
mientras ladra el corazón, sin saber cómo.
Pero has visto levantarse los rimeros
de palabras incendiadas como piras
donde yacen, cual ceniza, las verdades,
donde inmolan libertades que sostienen
nuestras voces de aquilón contra Metrópolis,
y los sueños de la
carne inconmovible
con su cielo de metal,colmena airada,
que decreta el cautiverio de la mente,
el proselitismo aciago de la indiferencia,
y la militancia odiosa de los Asesinos.
La libertad está en
precario equilibrio, por esas presencias ominosas y amenazantes a las
cuales el poeta se refiere con una metáfora, a mi entender, deslumbrante, que da cuenta del estado de poca claridad de
pensamiento y capacidad de visión (neblina), y del estado pasional de caos y
confusión de la masa de los hombres ...muertos : la copiosa turba de los
esqueletos/ está reproduciendo sobre muros altos/los bisontes ocres de la Edad
de Piedra.
Hay que percibir que no nos dice solamente que
están muertos, sino que lo están en un estado en el cual no está ya la
carne,- lo cual pudiera tentarnos a
creer que aún fueran capaces de
vida, y por tanto de sentir el dolor-: esqueletos que llevan en sí mismos la muerte porque están en contra de la vida y la libertad,
reproduciendo en la construcción de los
muros que se están creando en el mundo algo
muy primitivo y que estaba o tendría
que estar extinguido. Muros que son materiales, pero también y
fundamentalmente ideológicos y mentales.
Esqueletos además mandados por ciegos que atacan el cuerpo “centro
inicial del demos” -como dice la cita del comienzo del libro, lugar
privilegiado de nuestra indigencia o desamparo, cuerpos que por eso mismos son
como iremos constatando en su poemario el lugar de las pasiones del ser como
llamó Lacan al odio, al amor y a la ignorancia; pasiones f(t)anáticas. El poeta
da clara cuenta de ese estado de fanatismo al decir “cuanto se
afanan/impasibles “, indiferentes, pero a la vez cegados por lo que ellos
consideran que hay que hacer, su verdad es La verdad del pensamiento único.
Lacan
relacionó al ser con la pasión de la ignorancia, por qué se sitúa en el exacto
punto del no pienso, el rechazo a todo pensar consciente e inconsciente, es
decir al “saber inconsciente”.
al
fanatismo podemos relacionarlo con el superyó freudiano y con el fantasma
lacaniano. Toda posición fanática obedecerá a lo que Freud caracterizó
metapsicológicamente como “masoquismo moral” describiendo una relación
complementaria entre el sadismo del superyó y el masoquismo del yo. Haciendo el
sujeto con los otros activamente lo que padece pasivamente. Él es víctima de
sus propios imperativos de goce y pretende que los demás también se sometan a
los mismos, no soportando encontrarse con personas que tengan otra posición
respecto de esos mandatos.
También esta posición f(t)anática supondrá entonces el deber ser de una clase pero con la connotación f(t)anática de todo imperativo, “a todo o nada”, en el que al sujeto le vaya la vida cumpliendo “fielmente” al superyó y a la pulsión de muerte. Identificado al objeto causa del deseo del Otro rebajando el deseo a una suerte de demanda absoluta, obedecerá militantemente a la misma con una “fe ciega”. Esta posición como dijimos le dará una pseudo consistencia al Otro y a su ser. Por lo tanto el precio será el de estar atrapado a las tres pasiones del mismo: “el amor”, “el odio” y “la ignorancia”.
Una persona fanática, al menos desde esa posición es inanalizable, porque rechaza el saber inconsciente. Esa posición de “deber ser”, rechaza todo “pensar”.
no nos
tranquilicemos nosotros, las personas civilizadas, pensantes, que con nuestra
capacidad simbólica hemos caracterizado a las hordas primitivas, a los
fanáticos, los “hinchas” ignorantes masificados de cualquier equipo, partido,
secta religiosa, parroquia psicoanalítica, ideología, etc.
Recordemos que en tanto neuróticos alienados al deseo del Otro, tenemos un “fanático interior”, un “enano fascista” contra el que tenemos que luchar, estando advertidos de sus constantes emboscadas llamado “superyó” o “fantasma” productor de significaciones fijas y coaguladas que nos apresan con un solo modo de ver nuestra realidad. Es por esto que Lacan definió a la interpretación analítica como: “sentido contra la significación”. Es decir lograr que una significación pueda entrar en la lógica del sentido-sinsentido y relativizarse, ese será su efecto liberador. La alienación es a estas significaciones fijas o al sentido en la pretensión de que coagule. La libertad tiene que ver con el sinsentido” (En “Las pasiones f(t)anaticas ddel ser”. Eduardo García Dupont)
Y luego encontramos con una advertencia: “no te vean”,
¡cuidado! todos podemos tarde o temprano, por un motivo o por otro estar en el
OJO de ese padre tiránico, gozador sin límites, al que Freud llamó el padre de
la horda primitiva “en “Psicología de las masas y análisis del yo” (capítulo X
“La masa y al horda primitiva” y XII), previo al padre de la ley simbólica, de
la cultura y la civilización.
Y ante este ojo ante el cual no conviene
situarse, no puedo evitar recordar los versos atribuidos a Berlot Bretcht (¿Martin Niemöller. ?)
“Primero se llevaron a los
judíos,
Pero a mi no me importó porque yo no lo era;
Pero a mi no me importó porque yo no lo era;
Luego, arrestaron a los
comunistas,
Pero como yo no era comunista tampoco me importó;
Pero como yo no era comunista tampoco me importó;
Más adelante, detuvieron a
los obreros,
Pero como no era obrero, tampoco me importó;
Pero como no era obrero, tampoco me importó;
Luego detuvieron a los
estudiantes,
Pero como yo no era estudiante, tampoco me importó;
Pero como yo no era estudiante, tampoco me importó;
Finalmente, detuvieron a los
curas,
Pero como yo no era religioso, tampoco me importó;
Pero como yo no era religioso, tampoco me importó;
Ahora me llevan a mí, pero ya
es tarde.”
(“Primero se llevaron”, Bertolt Brecht, Berlin, 1933
recitado por Cipe Lincovsky en 2010
)
Freud allí teoriza como mito originario de la cultura, y el
pasaje de la psicología colectiva a la Individual, para todos los hijos este
constituyó el padre ideal, venerado, pero a la vez temido fuente de la noción
ulterior del tabú (-dice Freud en cap XII Consideraciones complementarias),
pero un día los hermanos que dieron muerte al padre gozador o del goce y lo
despedazaron. Pero ninguno de ellos pudo ocupar el puesto del vencido, y si
alguno intentó hacerlo vio alzarse contra él al misma hostilidad renovándose las luchas hasta que todos se
convencieron de que tenían que renunciar a la herencia del padre , luego en su nombre
erigieron un tótem ,
representante de la prohibición y
la ley, y así constituyeron la comunidad fraternal totémica, cuyos miembros
gozaban todos de los mismos derechos y se hallaban sometidos a las prohibiciones
totémicas, que debían conservar el recuerdo del crimen e imponer su expiación.
De ahí que como dice el poeta: las primeras víctimas del
Orden están unidas por un lazo con el Padre poderoso al que temen, y no es sino
quien fue víctima, quien puede devenir verdugo, vengando en el semejante su
propia suerte respecto a su sometimiento
a un mandato tiránico. La ley es resultado de un pacto elegido donde se respeta
la libertad y no se es víctima de dicho orden. El tirano en cambio, impone un
Orden al que se obedece por miedo, lugar lo contrario a la ley y al pacto
social.
…...........................................................
“Suplicad la protección de vuestro tótem
contar el monstruo que mutila esa piel frágil
de los cuerpos y que escribe este poema
de la tierra tan antiguo, cuyos signos
se eternizan con la sangre como antaño”
Frente a este estado de sitio de la Humanidad, el poeta a
través del anti-héroe se pregunta cómo situarse en su poesía para dirigirse al
Hombre y al lector: se permite el lujo de ser locuaz con quienes aún conservan
los oídos, preso de sublimes intenciones, o directamente se lanza a acusarnos
de nuestra irresponsabilidad por este estado de esta gran ciudad que es hoy el
mundo.
Y se permite ambas cosas.
” El candor de vuestros ojos me extasía,
aunque el silo de la vida se enmugrezca
con los granos corrompidos por las nieves.
Nada importa, si nutrís la vanagloria
cada noche de esperanzas soñolientas,
tan cegadas como pozos de ultratumba,
cuando el semen,
siempre puro, muy fecundo,
que derrama vuestra
tiara desemboca
en las aguas ponzoñozas del Mar Muerto.
Con aquellos que conservan los oídos
¿me permito el lujo de locuacidades?
Demasiado tarde las morosas lenguas
se libraron de la carga de los bueyes.
Flecho, diestro como Judas Macabeo,
poseído de sublimes intenciones,
¿O me lanzo sin
pensarlo a ventilaros
la hojarasca que se pudre en este hueco
que denuncia la verdad de vuestra ausencia?
Luego encontramos unos versos que me parecen de gran belleza
en los cuales el poeta hace un retrato del estado del alma de los sitiados
donde no reina ni la luz ni la libertad, sino la sombra y la muerte, donde no
hay presente de promesa ni esperanza, retrato también de ésta, nuestra época
histórica de desamparo y destrucción. Recurre a varios símbolos bíblicos para
referirnos un pasado donde “la mies” y las vides de nuestra Humanidad crecían
plenas en la infantil inocencia, no padeciendo los estragos de “esta plaga de
serpientes” ...quizás porque toda pérdida de la libertad va de la mano con la
pérdida de la inocencia, de la vida y de una infancia-libertad - fruto para el
futuro.
Luz, grito, más luz
pero más sombra,
la canción está en el aire,
no en las arpas
de este coro terminal,
los rostros mudos
enturbiada la mirada,
ciega el tiempo la promesa del instante,
y su vislumbre
se repliega el corazón,
la gruta apenas
reconoce su latir,
pálpito en fuga,
nunca albea esa palabra
de consuelo,
de esperanza corrompida,
sol de eclipse,
gobernando la estación
del desamparo,
su canícula feroz
venciendo mieses
y agostando los viñedos
que, en los valles,
regalaban las tersuras
rojas, dulces,
a los niños que hasta ayer
no padecieron
los estragos de esta plaga
de serpientes.
Los siguientes
versos me hacen pensar en cómo en todo estado de sitio hay colaboradores con el
Poder del “Minotauro Imperialista”, el poeta lleva al lector a hacer un examen
de autoconciencia: ¿Quién está libre de dejarse corromper? ¿Llegado el caso, lo
estaría yo? O ya en parte he sido vencido, puesto que hay multiplicidad de
formas difíciles de pensar en las que puedo haber sido vencido sin percatarme,
y cuál viene siendo mi cuota de responsabilidad en este sitio.
Nadie es capaz de
detener esa mano asesina, y al contrario la voz áfona de los que sirven y
callan ante los poderes imperialistas se hace sentir con tanta fuerza “como el
tumulto de una ingente multitud” produciendo efectos en acto al quebrantar el
pacto social. Al mirarnos en el espejo de nuestra conciencia nuestra imagen nos
revela nuestra falsedad (testa de oro impuro, pies de limo y barro, etc.)
“Le propuse al
corazón no corromperse
con las migas del banquete del tirano,
ni tampoco con las
heces de su vino,
pero el tiempo nos revela quienes moran
en las sombras o en la luz. Como esta imagen
que, delante del espejo nos delata:
nuestra testa de oro impuro, pechos brazos,
son de plata fugitiva, vientre, muslos,
de broncínea solidez, piernas de hierro,
nuestros pies, de limo y barro.
…..........................................
Corazones de los hombres, hoy mudados
por decreto en otros propios de las greyes.
Son juzgados como nada los mortales,
porque Él obra, más según su voluntad.
No hay quien pueda detener su mano y diga:
¿Qué haces vil? ¿Por qué devoras a la gente?
Son millares y millares los que sirven
y millones de millones los que callan
Y el sonido de su voz como el tumulto
de una ingente multitud quebranta el pacto”
Luego nos vemos
enfrentados a ¿cómo hemos hecho posible y permitido ser sitiados?
Y la respuesta está en nuestra pereza mental, en el no querer
pensar nuestra realidad social y el destino de los pueblos ni hacer el esfuerzo
para detener ese estado; está en nuestra cobardía que es referida con ironía
por el poeta (el sol de la intemperie nunca dócil amenaza con quemarnos las
pestañas) Todo esto nos ha ganado la partida. La voz poética nos acusa y
sintiéndonos aludidos hace eco a la voz de nuestra conciencia moral que nos
acusa (“mea culpa”)
“Atrapados
en la inmóvil telaraña
de este cerebro
de la edad de bronce,
cautivos de una mente
que, al instante,
se repliega perezosa
a su caverna,
nos abandonamos a
las sombras familiares
de otros tiempos,
porque el sol de la intemperie,
nunca dócil,
amenaza con quemarnos las pestañas.
Yo os acuso,
hermanos míos,
de permitir la deportación
de otros seres humanos,
de estimular la tortura
de los prójimos,
de saquear el vino rancio
de los pobres,
de tejer el velo denso
que sustrae a la mirada,
todavía demasiado sensible
al sentimiento,
la aniquilación organizada
de los semejantes.
El silencio pesa tanto en la balanza
que os condena
como aquella confianza
irreflexiva
con la forma de la papeleta ciega
para los ejecutores.
Una nueva batalla se aproxima
y
aumenta el número de los prófugos
de entre las filas de aquella humanidad
siempre futura.
Pero
sólo será posible resistir
con los pies en tierra firmes
si uno antes se ejercita con rigor
contra sí mismo
para al fin prender la mecha
de la revolución más íntima,
aun sabiendo de antemano
que está destinado a sucumbir.
Así los humanos sucumbimos en medio de hecatombes causadas ya sea por guerras, por persecuciones y genocidios por motivos de tipo sexual o de
identidad de género, religiosos, raciales, de nacionalidad o políticos,
económicos, o por pertenencia a un grupo social determinado, por migraciones obligadas, por pobreza y por hambre, o por fenómenos naturales
mortíferos, debido al descuido y saqueo de la naturaleza (terremotos,
inundaciones), siendo cuerpos anónimos sin ninguna protección , cuerpos sin sujeto cuyo estatuto
de deshumanización los ubica como simple
desecho, sobre los cuales aún después de muertos puede seguir ejerciéndose crueldad, y cuerpos
sin pertenencia a ninguna tribu o familia,
dando cuenta de la ruptura del lazo que une lo real de la carne del
cuerpo a lo simbólico y da ese estatuto de humano. Sin esa referencia que nos
hace humanos, solamente se es un simple báculo o lazarillo de una
errancia: alguien que está en ese lugar
por pura casualidad, es él, pero podría haber sido cualquier otro quien ocupara
ese lugar de cuerpos intercambiables y sin nombre ante un Otro fuera de la ley
/pacto que nos humaniza.
“Los anónimos sin pieles arrojados
desde el báratro ominoso de esta Boca:
tú enterrabas los mil cuerpos, no querías
que los Crueles los hallaran. Sus jolgorios
y banquetes serán duelo, sus canciones
de alegría mudarán en sal de endechas.
A ponerse vuestro sol, cavaré fosas
donde siembre los cadáveres, Estiércol
muy caliente verterá sobre tus ojos,
¡Agobiados, no dormís por las fatigas!
¿Cuál mi tribu? nada importa. Soy el báculo
de tu mano, el lazarillo de tu errancia.
Mas si me abres en canal, tira a los ríos
las entrañas, aunque
sácame las hieles,
porque sirven para ungir a los vasallos
que laboran sin cesar con las pupilas
impregnadas con la sal de tanto oprobio.
.................................................................
Y almenados
tras los muros berroqueños
las palabras que nos mienten sus orígenes,
no del Ática prudente,
sí de Roma
que enarbola tantas
voces como chuzos,
nos arrojan los ajenjos de sus odres
de pellejos malolientes, no Favonios
moradores serviciales, y ensombrecen
los cristales que no amparan espejismos,
…........................................................
(A partir de este planteamiento, pensaba como también para
los que están del lado de quienes son mandados a asesinar se reproduce esta misma posición :
el hombre puesto al servicio de alguien
que ordena el exterminio de otros hombres, es también un anónimo , ya no
importa a que tribu pertenece, se pierde toda identificación y lealtad a grupo alguno y se puede matar hasta a la
familia, , puesto que solamente se
es un simple báculo o lazarillo de una
errancia, la cual nombraría en tal
caso, la falta de responsabilidad, por
incapacidad de pensar y decidir con libertad).
El poeta dice que “el tema principal de este poemario es el
cuerpo plural, perseguido, alienado, explotado destruido. Si “Hogueras de la
carne” es un canto al cuerpo, el Alexis es una condena de todos aquellos que lo
destruyen”.
¿Cuál
es el estatuto del cuerpo para el ser humano?
El
cuerpo es uno de los bienes más entrañables para el sujeto, y es un objeto para
ese sujeto, uno de sus bienes más íntimos y más propios, sobre el que se
construye su imagen. A la vez es un objeto ajeno, extranjero por cuanto hacerse
un cuerpo y tener un cuerpo y una imagen solamente es posible por la
intervención del Otro, del otro semejante que le otorga a esa imagen
fragmentada una unidad imaginaria (yo)en el espejo, a partir de su palabra, de
lo simbólico: “ese que ves ahí eres tú”. Así el lenguaje es el mediador de esa
relación del sujeto con el cuerpo, permite su organización. Pero a la vez el carácter
de impropiedad y extrañeza lo hace un intruso y crea la disarmonía entre el
sujeto y el cuerpo. Este bien que posee el sujeto, ese cuerpo sobre el que se
construye la identidad, aceptándolo o rechazándolo, encarna al sujeto ya que la
existencia del ser hablante no es posible sin a la referencia a su cuerpo,
cuerpo hablante entonces al ser tomado por el Otro del significante. Cuerpo
real entonces, cuerpo de goce y en el cual se satisfacen las pulsiones en sus
vertientes sexual y de muerte, que se anuda a una imagen (cuerpo imaginario)
merced a representaciones significantes (cuerpo simbólico) Asimismo, debido a
la simetría entre semejantes, el cuerpo del otro también se convierte en uno de
los bienes de mayor valor del otro y el más fácil de aprehender, ya sea para
consentirlo o maltratarlo, para exaltarlo o ultrajarlo. En él se cristalizan
las formas de relación sexual, de agresividad y de muerte, es el vehículo de
expresión de las pasiones: del amor y del odio; sobre él se manifiestan los
usos y los abusos, las sanciones, los castigos y los excesos, y como lugar de
goce recaen en él los ordenamientos que tienen que ver con la vida y la muerte.
Ordenamientos que es su marca; el cuerpo es marcado por el Otro simbólico y
sujetado a él ordenando las pulsiones y la relación con los otros cuerpos, lo
signa con las rubricas de la vida y la muerte, el deseo y el goce, a la
filiación, la sexualidad y a la diferencia sexual, la identificación, el
erotismo. Y las inscripciones sobre el cuerpo sitúan caminos diferentes: de
vida y de muerte, según a la cualidad del Otro. La prohibición se instala en a
la sociedad para limitar la tendencia a matar y hacer daño al cuerpo del otro o
propio. Pero como se desprende de “Tótem y tabú” de Freud, en el mito que está
en el origen de la sociedad, el crimen está antes que la ley. En el crimen
primordial está el origen de la ley universal, por la culpa surgida en quienes
cometieron el asesinato del padre el cual implica un ataque a su cuerpo. Con el
crimen, el daño al cuerpo y su destrucción se instaura la interdicción, y al
mismo tiempo, con la prohibición se aloja en el hombre la tendencia a la
transgresión ya que la ley incita a su quebrantamiento, hace surgir el deseo de
violarla para alcanzar la Cosa prohibida. Las mismas regulaciones sociales
permiten la muerte de un prójimo por otro, como los vemos en los ritos
religiosos o civiles, como ofrenda, como sacrificio o como castigo, o en una
situación de guerra, de vendetta o de duelo… el empuje a matar y a dañar el
cuerpo aunado a la prescripción de la muerte para casos especiales, abre la
puerta al desenfreno de la crueldad, de la infamia y de la destrucción,
tendencias propias del ser humano que el tiempo no ha logrado mitigar. Por otra
parte se observa la presencia del exceso en el ordenamiento mismo, pues poner
orden exige hacer operar el poder, y el mismo no está exento del abuso, …la
invención humana , derivada de la razón, se ha puesto al servicio de afectar
mortalmente al cuerpo (homicidios, genocidios) y es expresada de modo diverso
según las épocas la nacionalidades y los gobiernos. “El sueño de la razón
engendra monstruos” nos dice Goya.
Y
como decía Freud en “El malestar en la cultura”: la pulsión de muerte
determina la inclinación innata del ser
humano al mal, a la agresión, a la destrucción ,y con ellas también a la
crueldad…, en consecuencia el prójimo no es solamente un posible auxiliar y
objeto sexual, sino una tentación para satisfacer en él la agresión, explotar
su fuerza de trabajo sin resarcirlo, usarlo sexualmente sin su consentimiento,
desposeerlo de su patrimonio, humillarlo, infligirle dolores, martirizarlo y
asesinarlo”
Esta cita corresponde al trabajo “El cuerpo, ese objeto marcado por el exceso
del Otro”, de Carmen Lucía Díaz L.
Y efectivamente el cuerpo actualmente es
concebido cada vez más como un objeto para el Goce de otro sin límite,
cuerpo ajeno al sujeto al que una
autoridad feroz (super-yo) ordena gozar según un modelo que favorece los
intereses del capitalismo, enajenado ya sea para el trabajo cada vez más
esclavizante, para las guerras donde es carne de cañón tanto el del combatiente como el de los civiles , para
la Medicina y la Psiquiatría donde es hiper- medicado, para los dictados de los
cánones del capitalismo en términos de salud y también de imagen o ideal
(modelos de belleza y juventud que implican consumo de determinados productos
dietéticos, alimenticios, de moda,
etc.).También cuerpo al que se ordena gozar desde ciertos poderes autoritarios como hombre o como mujer, a pesar de la
supuesta aceptación social de la
diversidad de género. Cuerpo consumido para y por el consumo, en definitiva.
Esta especie de virus imperialista que se extiende por la
ciudad global (izada)al ser atacado se hace más fuerte, no hay defensa que
pueda detener su expansión, ni puentes que puedan ser tendidos
“El virus, mutando, se radicaliza,
cuando sufre la amenaza del sistema
defensivo: multiplica las extrañas
variaciones del patógeno, escribiendo,
fulminante, partituras de un Oficio
de Tinieblas. Y levanta
el Adversario
otra recia ciudadela inexpugnable
e insensible al curso lento de los siglos,
y a la rampa del asedio se hace trizas,
y se pudre la madera de los puentes,
enterrados quedan muros y bastiones,
y obsoletos, los onagros lanza-piedras,
catapultas, escorpiones y balistas.
Sensación de tiempo ardiendo, suspendido.
Y nos llega como el alba la debacle.
Fundamento supremo de las jerarquías
pensamiento mágico que forja
las cadenas férreas de a la servidumbre:
el principio de obediencia sólo sirve
para moldear la carne del esclavo,
fuga de la realidad que toma presos
en las celdas intangibles de la eternidad ,
piedra angular de las desigualdades
que imposibilitan para el verdadero amor:
así se enraízan las tradiciones del Odio,
la manzana envenenada de los siglos,
así florece la jurisprudencia del asesinato”
--------------------------------------------------
Y nos plantea la espinosa cuestión: ¿De quién es la
culpa? Y en su manera interrogativa de
hacerlo desde la negación, entiendo que nadie es tan inocente como quiere
serlo, ni del todo culpable, o si
no, que arroje la primera piedra
quien esté libre de culpa.
El Hombre tiende a
poner al culpa siempre fuera de sí mismo
para no asumir la responsabilidad que le cabe, siendo capaz no solamente de
depositarla aún hoy, mágicamente en objetos inanimados y fuerzas naturales y
divinas como hacían los griegos y romanos en su mitología, sino además de poner en el mismo nivel de
“culpa” a los propios hombres , a las cosas- armas y a los fenómenos naturales : en la lanza o
en la racha de los vientos , como nos
propone el poeta recurriendo al absurdo.
Y cada cual parece llegado el acaso tener una justificación
válida para no asumir su responsabilidad y para depositarla en otros, por eso
de ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio : Así al matarife por ser bisoño no podría
tratársele de homicida, y por ser
además triste marioneta en manos de los
poderes asesinos, los civiles tampoco
supuestamente, siempre son catalogados
por la opinión pública de inocentes (es
muy común escuchar eso de que mataron a
inocentes que “siempre son extraños a las pugnas” , lo cual me parece una
ironía del poeta. Y cómo culpar entonces a la víctima que siempre es el
Asaltante de los muros.
“¿No es culpable
la broncínea lanza aguda
que atraviesa a la piel blanda de los hombres?
¿No la racha peligrosa de los vientos
que extravía, veleidoso, un hado hostil?
¿No homicidas los bisoños matarifes,
cuyos miembros se
desatan cual los hilos
de una triste marioneta? ¿Ni tampoco
responsables los civiles que reciben,
siendo extraños a las pugnas, las heridas?
¿No es convicto el Asaltante de Murallas,
que no trae sino muerte para muchos
sin la carga de una tierra generosa?
¿Cómo se realizan los intercambios en este sistema
imperialista en medio de este “choque de civilizaciones” que domina la política
global? (Samuel Huntington), este retoma en su tesis el concepto de Toynbee
afirmando que los actores políticos principales del siglo XXI serían las civilizaciones
y los principales conflictos serían entre ellas (no entre ideologías como
durante la mayor parte del siglo XX ni entre estados-nación)
El poeta no dice, negocian los participantes en ella, sin que
dice: sólo se negocian los participantes, se negocia si participan o no
dependiendo de a quien le sirve según quien, y según lo que cada uno esté
dispuesto a intercambiar en este comercio inmoral y delictivo de serpientes
insaciables (dípsada), pillos y ruines (belitre)de “ese barrio de subproletariado de la Antigua Roma” ,
escenario del delito y la inmoralidad.
“Recomiendan los
vinagres de Belona, (diosa de la guerra en la mitología
romana )
paladares de granujas,
educados con el másico excelente.
Empieza la
guerra
de las Civilizaciones.
Sólo se negocian los participantes.
¿Tú que traes?
Una perra enferma
de la Hircania
y una abrasadora
dípsada de Libia.
¿Qué es lo tuyo?
Un gato belitre
de Suburra
y un gallito albión
de pico agudo.
¿Y el mono?
Un viejo, descastado
del peñón
de Gilbraltar.
Y ahora las aguas
que niegan la tierra
y el saco de cuero
que roba la vida.
El poeta pone voz al poder tiránico, al asesino impío, éste
implora a un dios igualmente impío y en su imploración vemos cómo no le importa
la muerte de los otros, puesto que solamente él cree tener derecho a la vida,
la cual pide para sí.
Creo en ti, Señor
Dios Padre,
fiel cobijo
en discordias y batalla, y en tu Vástago,
el custodio de los cielos
en la tierra,
el que impulsa los
venablos con buen tino
matarife
de la grey anónima del hombre
que desata
con fiereza el aguacero de los dardos,
tú, implacable
segador de niños huérfanos y viudas,
yo te imploro
con espíritu del odio más acerbo:
creo, creo, creo
en la impura comunión de las panoplias
y, también,
en el íntimo perdón de las masacres,
y en los cuerpos
triturados y en a la
vida inextinguible
junto a ti, Señor Dios padre,
pero a mí,
déjame vivo, vivo, vivo, vivo,
por los siglos de los siglos
Siempre amén.
E implora al dios de la guerra para que favorezca su dominio
sobre todo lo existente tanto otros seres humanos, especialmente mujeres que
son abusadas sexualmente en las guerras (u otros desencuentros que quepan para
cada lector bajo la denominación de coito sangriento), dejando claro el papel
que juega en la manipulación el Discurso y el poder de la palabra en el dominio
y exterminio de las masas, para el propio imperialismo.
.
(En el discurso del amo se trata de formar esclavos
obedientes que sepan lo que el amo espera de ellos. Ya Hegel explicaba que el
esclavo debía saberse esclavo para que el amo pudiera serlo y, en definitiva,
ninguno de los dos era nadie sin el otro. El discurso capitalista es la
perversión del discurso del amo. El capital se reproduce a sí mismo; capital
produce más capital, y esta es la perversión. En el discurso del amo hay que
ser alguien para poder tener algo, mientras que en el mal llamado discurso
capitalista (porque un discurso hace lazo y el capitalismo lo rompe
favoreciendo el goce autista con el objeto de consumo, el plus de gozar) hay
que tener algo para poder ser alguien. Se es alguien para un otro.
Hipólito de la guerra, ¿por qué me abandonas?
¿por qué no consumas los coitos sangrientos?
Lo que existe bajo el cielo, todo es mío:
los señores del Acero que comulgan,
mientras duermen, con el ácimo pan de oro
de imperiales ambiciones, y la plebe,
cuya mente manipulan los lacayos,
que me sirven con la pluma y la palabra,
con arengas y discursos que dispone
Propaganda con leprifica saliva.
Y los parias de este mundo, los más pobres,
rebozados con la hiel de su infortunio,
como avanzan mal armados con sus huesos,
azuzados por las moscas que acompañan
a Miseria como un séquito de muerte.
Los versos que siguen
a continuación están escritos con otro tipo de letra y son una respuesta de
rechazo que el anti-héroe Alexis (y esa parte heroica a la cual todos podemos
identificarnos) da a quienes encarnan el lugar del poder criminal, rechazo que
trae un eco del poemario de Vallejo, “España, aparta de mí este cáliz”,
inspirado precisamente en la Guerra Civil española.
“Traficante de las
túnicas mortales,
grato el Dite que gobierna bajo tierra,
por los silos del infierno siempre llenos
tras las bélicas cosechas, Insaciable,
tú que azoras con el hielo de tus ojos
y te cebas en el miedo de los hombres,
de mí aparta de inmediato el cáliz tuyo,
que desborda con el llanto de las viudas,
de los huérfanos y ancianos, y que exuda
con la sangre de tus fraudes criminales.
--------------------------------------
África
convulsa,
como el tórax
de una cabra agonizante,
bajo el cielo de esa piel rugosa y negra,
disimula la gramática ominosa
de su fiera intimidad.
Ya
el machete marca el ritmo
de las horas
Hoy nos toca el apurar
hasta las heces
la vesania de los cálices
amargos.
Aprendimos del colono
la doctrina
de los puros genocidios.
Ahora baila,
come y bebe,
hermano hutu,
sobre pilas de cabezas que, sin ojos,
nos contemplan.
Sol de Rwanda,cegador y enrarecido,
levadura que fermenta
este hervidero
de vileza y putrefacción
¿Y quiénes son los verdugos?
Los posibles verdugos, aquellos que desde un lugar de
representantes de la han utilizado la autoridad que así les fuera concedida,
para establecer desde un abuso de poder, un Orden criminal que ha mandado a la
gente, y en esta parte del Poema, a los soldados a embarcarse en guerras en pos
del dominio del mundo, siendo víctimas principales de éstas, ellos mismos, las
mujeres y los niños.
El poeta pone en voz de un soldado el “mea culpa” en estos versos , remarcando con
algunos de gran belleza sobre el final,
como para cualquier soldado el matar sin el menor reparo, se asienta en la
desaparición de toda empatía, en la convicción
de que el otro le es totalmente
ajeno , un bastardo, un enigma cuya cuestión hay que pasar por alto porque no merece al pena, un resto sin ningún valor (nombre) dado por
alguna referencia simbólica, la cual al
ausentarse lleva al desconocimiento de que un hijo es tal en referencia a un
padre, de que hay una ley generacional .lugar de lo simbólico que ordena a los hombres y a la vida y su valor en
función de una historia y unos lazos familiares generacionales. Desde esa
incapacidad de reconocerse en el otro como un igual simbólicamente, es muy
fácil obedecer y matar, aun teniendo que reconocer más tarde o más temprano,
que se debaten en un infierno si es que algo de conciencia moral les queda,
puesto que en su límpido uniforme prenden la Gran Medalla de su impío Deshonor.
Nuevamente se nos presenta el estatuto del cuerpo como simple
carne, privada de humanización, cuerpos para la muerte en las guerras en este
caso, para ser muertos matando a otros que también son cuerpos para la muerte.
Para quienes ordenan las guerras o genocidios no hay conciencia de ese ser más
allá de simple cuerpo, ser humano con sentimientos e historia.
“Potestades criminales y ministros,
los dominios y potencias de la guerra,
por vosotros he asolado todo pueblo,
sometido bajo el yugo de las armas,
y mis ojos no tuvieron compasión.
Potestades criminales y ministros,
los dominios y
potencias de la guerra,
por vosotros he arrasado las ciudades ,
convirtiéndolas en yermos cuyos vientres
desbordaron con los muertos prematuros.
Potestades criminales y ministros,
los dominios y potencias de al guerra
por vosotros reventé contra las peñas
la cabeza de mujeres y de niños
-¡Ay su llanto interrumpido, el golpe seco!-
Potestades criminales y ministros.
los dominios y potencias de la guerra
por vosotros aquel hijo de su padre
me es ajeno, ecurridizo, entero enigma,
pues su nombre no responde a lo que soy.
Por vosotros potestades criminales
y ministros, los dominios y potencias
de la guerra, me
debato en los infiernos
aunque prendan en mi
límpido uniforme
la Medalla de su impío Deshonor.”
Pero también nos pone ante la otra cara del solado, la de su
muerte y la de infierno personal que viven los sobrevivientes a las
guerras: son pues pura carne...de cañón
-como dice el dicho-. No se da lugar al duelo por su muerte, que se tapa con el
orgullo de haberse desmembrado en nombre de una patria demoníaca.
“No se llora a los soldados
mutilados, ciegos, paralíticos,
locos, mudos
para siempre insomnes,
presos en las redes
de su pesadilla,
o en a la inmóvil soledad
de sus cadáveres,
no se vierta
ni una lágrima por ellos,
siente orgullo
porque se
desmedraron en nombre
de las patrias,
de la patria espantosa,
de la demoníaca,
de una idea que rezuma sangre,
de algún Dios de los ejércitos
celestes,
nunca faltan los imbéciles que elogian
la metafísica del asesinato,
más caen
y siguen cayendo
perdidos en a la noche del ángel,
hasta que quede el nombre,
hasta que no quede el número,
hasta el fin de los
tiempos,
hasta que no quede aurora
para el hombre
Cesárea de la
espada:
la partera saca de la testa
de la democracia
una libertad flaca y doliente,
toda cal y ceniza.
Y como resultado de
las guerras:
Ahora
el silencio.
Vestigios sin rostros,
su carne fundiéndose,
separando la
piel del músculo hasta le hueso.
Sombras fijas
se pintan en las calles, las fachadas,
la extraña silueta de los muertos.
Todo lo que resta es
polvillo de carbón.
La última frontera es peligrosa.
Terremotos
Huracanes
Tsunamis e inundaciones
¿cuántos de nosotros sobreviviremos?
Cicatrices
como arbustos marchitos.
Las ciudades inundadas,
los países devastados.
¡Haz a América más grande!
Con tanta gente
sin agua para beber,
sin nada que llevarse
a la boca.
Nunca es suficiente.
¿Con qué orgullo se levanta la ciudad
donde se ha abolido la historia?
La esperanza se puede deslizar
sólo como contrabando.
¿quién arrojó los lodos
contra el frágil espejo?
No nos escuchamos. La
sospecha crece,
esperando que alguien nos diga:
No pasa nada. Sólo es paranoia.
Pero nunca es cierto.
Por eso,
un acto de fuga
contra el cielo vacío de promesas.
Sabemos que nadie pintará el Guernika nuclear.
Imperialismo:
anhelo de
cuerpos
y luego de nada.
El tequel mene ufarsin sangra en los muros.
Y la lengua está herida de muerte, es
prisionera y aprisiona, presa de un narcisismo monologante, y eso tiene efectos
sobre la renuncia a las subjetividades y por tanto a las diferencias: no hay
yo, ni tú, ni él, y menos nosotros, todos tienen que ser uniformados y unificados
bajo la misma imagen globalizadora (blanco-rico- “guapo”-joven- heterosexual.
Católico, amante del trabajo... etc.) y hay que leer con qué belleza es capaz
de decirlo Pedro Gomila Martorell como podemos leerlo a continuación.
“La lengua de
alambre
nos teje el discurso,
renunciando a la fluencia
de conjugaciones,
presagio inquietante
de un fin inminente.
Arranca de cuajo
la palabra-arbusto
que no le deja ver
el bosque-nombre.
Así no hay deslices
ni remordimientos...
…...........................
La palabra, solo un eco en los oídos,
simulacro apenas, sombra, presa o rehén,
que no compartirá contigo su congoja
porque arrecia un aguacero de amenazas
y una lluvia de silencios nos abate
Hoy mentimos otra luz de pajareras
donde se vive a la orilla del fingir
la pública aquiescencia a los monólogos.
Después de tantos años, desde la caída del Muro,
se trata de abolir de nuevo el desacuerdo,
un acto de violencia sin más rostro
que aquel del miedo atroz que nos domina.
Una y otra vez la voz derrotada,
¿nos urge llave nueva o una ganzúa
para abrir esta puerta sin candado?
Derribemos unidos las paredes
con la ráfaga de aullidos de la tribu,
pero nadie se quita la mordaza,
porque la única y monótona Voz
mantiene la apariencia de una paz
de vasto erial sin límite ni ocaso:
Gran Hermano te dirá como pensar.
Gran Hermano te dirá como te sientes.
Gran Hermano nos hará a todos ricos.
Gran Hermano nos protegerá.
Porque sin supervisión, de alguna manera
o en algún lugar, tú eres culpable.
¿Puedes afirmar sin duda alguna
que nos hablaste con un comunista,
que no hablaste con insurgente,
que no hablaste con un soñador?
Estamos en un
tiempo donde las palabras y discursos no clarifican la historia del presente,
más bien difuminan la realidad de los hechos cual lo hace la niebla, para
impedirnos ver con claridad los abismos que nos acechan y que pretenden
ocultarnos, donde sueñan los demonios que están agazapados a la espera de despertar, como estamos pudiendo comprobar
en toda Europa y en el mundo.
No están muertos los demonios de Occidente,
solo duermen mientras sueñan despertares.
Desde el alba primigenia nos observan:
y el presente en una niebla de palabras,
tras las cuales se agazapan los abismos.
Urge el mito, el rito, siempre el holocausto
y el espectro imaginado se hace Carne
que nos deja huella sucia, ensangrentada,
sobre el banco ceniciento de la Historia.
Más habrán de retornar tiempos, oscuros
si nos ciegan como antaño con fulgores
que chamusquen nuestros párpados gentiles.
Ante este estado del
mundo, el poeta recalca la urgencia del mito y del rito como defensa de lo
simbólico ante lo real del holocausto, única manera de hacer de la muerte una
experiencia subjetiva, civilizada y por lo tanto humana.
Para que se produzca la función subjetivante en el duelo es
preciso que el Otro Social, lo
público, sancione la muerte y legitime con los medios que dispone (Sistemas
de la Lengua, Jurídico, Político, Religioso...) el lugar del deudo como tal.
Esto le permitirá transitar los tiempos del duelo, permitiéndose en lo privado, los amarres y separaciones
necesarios con el ser querido muerto para que en lo íntimo éste pueda inscribirse de otra manera. El deudo no
será nunca el mismo antes y después de la subjetivación del duelo. De allí que
lo público aportará los recursos simbólico - imaginarios para contornear lo
real del trauma y traducir - o sea - significar lo que el deudo perdió con su
muerto querido. El resultado de este movimiento enlaza a los humanos con el
único lazo posible: el lenguaje. Por esto
es preciso que cada muerte sea contabilizada, contada (numerada y relatada)
para entrar en el lazo social con los semejantes, con el muerto y con la
descendencia.
Aunque también en la obra va a
estar presente el mito en su función de engaño:
"Mas los nuevos evangelios nos revelan
que los mitos, solo textos inservibles,
las metáforas no niegan ni apostatan,
multiplican las heridas …” (“La palabra que arde en la noche”)
En la consideración del mito como mera «ficción» pesa sin duda el racionalismo ilustrado, que valoró los mitos de nuestro pasado civilizatorio como «ilusiones» de una forma primitiva de conciencia que aún no había alcanzado la madurez en el ejercicio crítico de la razón. Se trata de una valoración acertada en cuanto que la pretensión de las narraciones míticas de ser, por ejemplo, explicaciones etiológicas de los hechos de este mundo supone una mentalidad ingenua apegada a concepciones animistas y antropomórficas, que a la vez que parte del sentimiento vital de la continuidad del orden natural en que el hombre está inmerso, pone el fundamento de dicho orden en una realidad distinta, trascendente, en la «Realidad» por excelencia que constituye el ámbito de lo «sagrado». Pero lo que olvida esa visión racionalista es la cara del mito recogida en su otro sentido: la expresión simbólica de experiencias humanas profundas. La concepción racionalista se queda, pues, en la valoración del mito coma. algo «deficitario» respecto del conocimiento lógico-racional, pasando por alto su «alteridad», su diferencia, no porque diga mal una cosa, sino porque dice lo que no puede decirse de otro modo, aquello que desborda los cauces expresivos delimitados por las reglas de la lógica. Es la carga simbólica del mito que se resiste a la horma del pensamiento racional.
Desde una racionalidad que deja atrás el engreimiento racionalista, la tarea respecto a los mitos no es sólo proceder a la desmitificación para anular sus pretensiones etiológicas, explicativas, como discurso inmediato sobre la realidad, sino también llevar a cabo una tarea hermenéutica capaz de rescatar el «verdadero fondo mítico» o, si se quiere, la verdad del mito, la que encierra su simbolismo con su poder significativo y revelador acerca de la propia condición humana. La falla del racionalismo en este punto, correlativa a la unilateral y desmesurada autocomprensión de la razón, es dejar de lado la herencia del pensamiento mítico, y con ello prescindir de los anhelos y esperanzas, y también de las angustias y temores que en él se expresan”. En Mito, ideología y utopía. Posibilidad y necesidad de una utopía no mitificada
José Antonio Pérez Tapias Departamento de Filosofía. Universidad de Granada (ugr.es, Gaceta de Antropología,1988,6, artículo 04)
Herida está la palabra y herida está la carne por El poder
que también mutila las relaciones dejando solas a las personas en su desamparo:
Mi carne está
llagada, rota, lívida,
mi piel una aspereza azul doliente.
Soy blanco de su Rabia porque en vano
intenta doblegarme y sofocar
el fuego de mi impura rebeldía.
Él dice: Yo aniquilo. ¿Quién lo impide?
…........................................................
porque Él consume al recto, a quien es libre.
….............................................................
Delante de su
trono me defiendo,
si yo callara ahora moriría
pues nunca de lo inmundo nace el alba.
Oh, tú que despedazas con tu cólera,
¿será por ti la tierra un camposanto?
Vinieron tus secuaces a prenderme,
lograste que mi hermano se alejara,
cobardes, me acusaron mis amigos
…............................................
¿Y LA jUSTICIA?
“...florece la jurisprudecia del asesinato”
…..................................................................
“¿Quien puso como juez a los demonios?”
-----------------------------------------------
La justicia que
arrancamos,
cual botín, a duras penas,
de las rocas mal talladas
de los cíclopes salvajes,
nos recuerda a cada instante
que una misma y sola recta
se decreta para todos
desde el medio hasta el extremo
que limita las acciones
de los hombres, aunque el Ojo
grande y miope se atribuya
la distancia ventajosa,
diferente, inmoderada,
que deforma la Belleza
de los círculos perfectos.
Unas veces aparece con el rostro
de una vieja entrada
en carnes,
maquillada cual ramera
de al diosa,
que susurra a los oídos
de las leyes,
Se revela, en ocasiones,
con mejillas de alboradas rubicundas,
mas no tiene
más allá de la apariencia
peso y masa,
sólo habita la negrura
de la sombra
que no exhorta al corazón
de la justicia.
Al fin otras, se presenta
bajo aspecto
de una moza flechadora
que et arranca
las entrañas con la boca
de una perra,
que masacra a su camada
cada noche.
….....................................
La migración y más muerte como resultado de esta barbarie:
“Las pateras llegan pronto en primavera
y con ellas el hedor del extranjero.
¿Cómo se atreve a mamar un extraño
de los pechos fecundos de mi Madre
y medrar a su costa
para enraizar en mi lengua un escarmiento
tan rojo como el vino de la muerte?
Las hogueras queman víctimas sin nombre
de color negro azabache,
del color de las arenas del desierto,
con la cólera demente inextinguible
que derrota a la razón.
Tendrás mareos
provocados por a la grasa crepitante
y el aroma de la carne de aquel hombre,
solo grito silenciado sin un rostro.
Los ladridos de los perros no se escuchan
en las noches de barbaries desoladas.
Oriana se
rasca
la musulmasarna,
esa comezón
psicosomática
intensiva del pánico yihad,
y aquella caterva de tirabuzornos,
cofrades del hornero
Judenraus,
que endulza la pasta
de los matzos
con sangre fantasmal
de gamusinos ,
aplasta con su pie
bujarracoles ,
pero nada sacude
la modorra
de
los democratacrápulas
que duermen la borrachera
sobre los cristales rotos
de las viejas urnas.
¿De dónde
has salido?
Soy senegalés.
Yo pido u trabajo
que tú has rechazado
por ser un burgués.
Aquí un inmigrante,
no tengo papel.
Me paga en saliva
por ser de otra tierra
mi patrono cruel.
Pasó la bonanza,
viraste el timón.
Se ha puesto de moda
golpear con la lengua
al sucio invasor.
Detestas mi aroma,
desprecias mi piel.
Quisieras matar
mi sueño legal
con toda tu ley.
¿A qué tanto enojo?
¿Por qué ese rabiar?
No existe frontera
para esta patera
de allende la mar.
Hay un
cuerpo negro y roto,
que las olas brizan
amorosamente.
Nadie sabe que en la playa
yace muerto,
olvidado y sin destino,
solo, un hombre.
Los
Atroces merodean por las calles,
semejantes a los perros iracundos
que comparten muladares con las ratas,
aplastando las cabezas
con sus botas. ......
Un disparo en
la noche
y otro espejo de sangre,
cuerpo oscuro, tiza blanca,
policía rubio. De perfil caucásico.
Haz las maletas y vete.
No te queremos cerca,
negro.
Hueles mal, a podredumbre,
a estiércol de siglos.
Nunca entendiste la filosofía,
negro.
¿Conoces a Heidegger? ¿A Nietszche?
La música de Bach no es para ti.
Tam, tam, danza en la selva.
Por los siglos de los siglos,
negro,
….............................
¡Escucha!
EL Valhalla airado
y
la voz pura de valquirias:
esta tierra no es tu tierra.
Dios bendiga a la América blanca.
Arrodíllate.
Y en otra parte dirá:
“No hay vestigio de inocencia, sólo víctimas,
en los países marcados por la encrucijada
de la venganza, del odio y del dolor
¿Quién entonces se atreverá a mediar'
¿Quién elegirá al villano y a los héroes
de estas tácitas tragedias? La palabra
que esta huérfana de
luz
engendra espanto.
No es posible contemplar el vuelo dócil
de palomas sobre Gaza desangrándose.
Destruyeron el hogar de mi familia,
y mataron a la esposa de mi hermano.
Nuestra tierra era fecunda, rezumaba
con aceite de olivares, los viñedos
se extendían por
doquier, solaz del mosto
que en lugares se vertía...Ahora morimos
en a la triste
oscuridad. Somos los muertos,
pues nacimos del lado equivocado
de la bárbara frontera. Y esa cólera
que triunfa en cualquier tiempo sin espacio.
Somos todo menos dicha y pensamiento.
Alimañas hacinándose entre alambres,
mientras llora, gime y plañe nuestro Abraham.
PARTE 4: ZELIM O LAMÚSICA
SILENCIADA.
“Lo que no somos,
¿todos debiéramos serlo?''
……………………..
¿por qué me niegas?
Sí, has visto mi llanto,
pero no quisiste suspender mi muerte.
……………………
Ésta es, ¡mira!, tu nación, la de los
réprobos.
Y la furia del azul mientras
tus súbditos
me silencian hasta la última
palabra.
Pero no me conocen
Pero no te conocen,
extraviado por la furia que nos hunde
……………………
Mas, verdugo, no me tejas más
los lienzos
de los mitos sin la luz de las esferas.
……………………………………
¿Hasta cuando
se demora la estación de las
huidas?
……………………………..
Jóvenes
voraces sin leyenda.
Pero ¿existe algún lugar en
este mundo
donde consumar sin noche
la hermosura
de nuestro ilegítimo florecimiento?
El 6 de agosto de 2017, el cantante Zelim Bakáyev viajó a
Grozni para asistir a la boda de su hermana. El 8 de agosto fue supuestamente
arrestado por las fuerzas de seguridad de la Unidad Especial de Respuesta
Rápida (SOBR), según informaron dos testigos. El teléfono móvil de Bakáyev fue
desactivado el mismo día. Su rastro se desvaneció, al igual que su cuenta en
Instagram, cerrada sin previa explicación. Familiares y amigos de Zelim temen
que el cantante haya sido torturado y asesinado en la “purga anti-gay” desatada en la república chechena.
Todas las sospechas apuntan hacia un final trágico.
Te mueves
agreste luna,
paloma negra
que duele como una daga.
Qué pasa si te dijera que
no desalientes al mundo.
Puedes ser tan cruel y
no
cumplir con la perspectiva.
Lo que no somos,
¿todos debiéramos serlo?
Permite que la naturaleza
siga su curso.
El mundo gira. En torno, el
polvo del nombre.
Los muertos Los salvajes.
Los
malvados sin
confines.
Mudanza como tocar una
rosa.
Sentirse enajenado. Mente.
Nada. Pero, cenitales,
cuántas luces satisfechas.
Vencer.
Tal vez no sea el
auténtico nacimiento
como un desbordamiento de mi llanto.
Aceptar la locura, no
el silencio. Es tu pincel
color de alturas.
Y el tiempo se detiene.
Las palabras
se vuelven ondulantes.
Tu antiguo cielo nuevo.
…...............................
Porque seré la epifanía absoluta,
la cifra profana absolutoria,
una vez purguemos en el fuego
rebeliones,
ardiendo en nuestra luz.
Los
arcanos de cristal son querubines
que nos gritan,
que aúllan.
Tu lengua, este aguacero,
no limpia la sangraza de mi rostro
Agotado de
luchar,
Sí, has visto mi
llanto,
pero no quisiste
suspender mi muerte.
Y el cielo se inflama como gasolina
por decreto de las pútridas
raíces.
réprobos.
Y la furia del azul
mientras
tus súbditos
me silencian hasta la
última
palabra.
Pero no me conocen
Pero no te conocen,
extraviado por la
furia que nos hunde
la estructura de los huesos
de madera,
mal atados con tendones de alambradas.
A la espera de un momento,
de un respiro,
barros húmedos discretos. ¿Hasta
cuando
se demora la estación
de las
huidas?
Parpadeo en
la distancia
Mientras cerca
Los hechizos lanzan naves contra el ojo
Vigilante
de los odios escarchados por la
sal.
Una noche de sosiego
tras los golpes,
ya no hay gritos de gaviotas ni
serpientes
como madres que alimentan a sus niños
con pedazos de carbón. Sangra la
música.
Mas, verdugo, no me tejas más
los lienzos
de los mitos sin la luz de las esferas.
Tiempo: magma de terribles
pesadumbres,
dinos cuando se
engendró tanta
crueldad,
pero no hables
con tus míseros sofismas,
ni apotegmas
con las máximas que ignoran
nuestra angustia.
Si alcanzara a comprender bajo tu sombra
que es lo bueno y verdadero
para ti
con lenguaje de gamuza, en qué consiste
tu fantasma inaugural de los deleites.
Madre patria que presencia
voz en medio de los rezos,
sus puñales.
No es elegio de la boca
desdentada sin amor
desde el origen
de las crueles eclosiones,
martilleando
cada una de las uñas indefensas.
No vacilas
Ni siquiera por las súplicas
del viento,
pero labras cicatrices sin que en ti
caiga nieve sobre el alma
y no lo sabes.
Y un agónico latido,
este tormento,
que nos prende el corazón. Las
alas tiemblan
porque, expuestas a la escarcha,
sus cenizas
no perciben ningún lastre, ese silencio
de cuchillo perforando
las
entrañas.
Padecemos por aquello que nos quitas.
Y en la oscura habitación,
por ti escupido. Piel profunda.
Tu promesa
Ensordece el corazón. Espejo
Opaco,
Lentamente me suicidas. La mirada,
sin recurso. ¿No me escuchas? Bebo a mares
en tus cálices los gritos y el
dolor.
Fingirás que ya no existo, pero
sí.
……………………………………….
Pero
me juzgas
Como a trozo de carne.
Cicatrices
en la pública discordia. Te
deshaces
de mi mismo y de mi lengua
y de mis ojos.
Sólo soy lo que tú quieres,
un vislumbre.
Tu pasado ha subyugado
el porvenir,
aunque siga porfiando en la
derrota.
Son tus manos como pinzas
de alacrán,
más las mías mientras gritan,
laten, ven.
Tus rodillas en mi pecho
y la cabeza
reduciendo su tamaño
al de una aguja
por el ojo de la cual no has
de salvarte.
Si, escapar de tu redil
del pensamiento
que tritura soledades con
la muerte
tiritando junto a mí.
Y esta es mi alma
que desata la bolina
y el dogal.
Porque hallé en la anulación
La herida abierta,
soy un pájaro de fango
a plena luz.
……………….
Me has golpeado con tal fuerza
que no tengo
ya con qué poder tachar
preposiciones
de otra acción irreversible.
Qué tristura
cuando el árbol maltratando cae solo
con el filo de las hachas y un
silencio
permanece, irreprochable, sin cumplirse.
Hoy tu mano se levanta
una vez más,
todo vuelve a repetirse hasta que surge
la perfecta confusión del desamparo.
El secreto de la impura geometría
se revela una quimera,
seduciendo
transparencias, como río, que no fluyen
sino arriba, hacia el bostezo
de un volcán
que ha soñado hace milenios
con estragos.
Desafío el magma hirviendo de tu
dogma,
de esta furia sin control del pensamiento.
Tu me exiges delaciones,
una vida que naufrague en la marea de tu luna.
Muchos nombres para que otro
pueda acaso,
no es seguro, guarecer al fin sus letras,
deslizándose en la tinta,
como anhelo
de un océano sin piel de leviatanes.
………………………………………….
Todavía puedo oír como se cierran
las fronteras de aquel mundo.
Policías
acechando tras mi nombre. El roce áspero
de una gota con tumor de conjeturas.
Este espacio de mi yo que nadie colma
si me encuentro en aquel centro
de un aullido
que mis cuerdas no emitieron,
que me arrastra
hacia formas muy antiguas de exclusión.
El amor que nos cincela a contraluz,
distanciándose una brizna de su sombra,
imantado por las otras perspectivas
teme a veces
enfrentarse intempestivo con lo eterno
como oleaje de tinieblas que se eleva
destruyendo continentes
diminutos
de los cuerpos
………………….
Recupero la estación
De los conciertos
susurrando las canciones
del ayer
que resuenan como abejas
enervadas
que tratan de escapar
del humo arcaico.
Una extraña mariposa
se debate
entre muros de cristal,
mientras escupo,
la hojarasca, entumecido,
o bien, perplejo.
Sin embargo, el tiempo cae,
el tiempo cae.
Y en el aire flota el miedo
sobre el nombre
que la lengua no pronuncia
porque estorban
tantas uñas como clavos y
alfileres.
Si pudiera renunciar a las
historias,
recubiertas con el óxido
de siglos,
y el vacío silencioso
del
pasado
se rasgara en las aristas
de las piedras,
comulgado en nuestro
andar
sin gravedades.
Pero pronto apagarán
la luz del mundo,
tras nosotros ya se
eclipsan
las auroras.
Nadie espera entre la hierba.
Nadie espera entre la hierba.
Incluso un grillo
vivirá unas cuantas horas
más que
yo.
LA PALABRA QUE ARDE EN LA NOCHE
Ya se
impone la certeza de ser todos
los humanos como islotes extraviados,
cual racimos de archipiélagos en bruma,
azotados por las olas, tan volubles,
de un destino singular, inapelable.
Soledades que nos llevan a entramparnos
en la liga de ilusorios Paraísos
que por más que
perdidos, resultan acogedores,
cultivando en los destinos del destierro
los recuerdos acendrados de las primaveras,
nuestras Arcadias rasadas por los aquilones.
Y fingimos el afán de amar sin llanto
cuando afloran los volcanes de la carne,
sin que demos importancia en qué momento
nos regalan la ocasión de su estallido.
Y los labios se encadenan a otros labios
que regresan a su orilla sin arenas,
ya las manos se entrelazan a otras manos
que se tocan un instante y se consumen
con la pena y la ceniza. Fugas breves
que de nuevo nos arrojan a los fríos
de las crudas intemperies del invierno,
y, encendiendo nuevamente las tristezas,
nos devuelven el estrépito del mundo.
………………………………………
Las alas de mimbre nos llaman, anhelan
clavarse en la espalda del niño que anula
la torre de angustias cuajándose en siglos.
Su peso se eleva ligero de voces ,
Los valles dialogan, se dora la espiga,
Los montes se antojan gigantes benévolos,
los ríos son cintas del héroe que duerme,
y el sol de barbaries no funde la brea
ni quema las plumas de un lienzo tan frágil.
El mar es un hombre que ruge en silencio.
Se expande la vista, sus manos se extienden.
Se amengua la náusea. La vida resiste.
Barrica de roble, me embraga tu aroma
de fruta que suda con sales marinas.
Empieza otra historia. Navego en fragata.
Y escucho el sonido del viento en las lonas.
Se huele en la brisa. La aurora está cerca.
EXISTE OTRA VERDAD, OTRO UNIVERSO,
DETRÁS DE LA PALABRA
QUE OLVIDAMOS.
MUCHAS GRACIAS PEDRO !!!
y lamento no estar a la altura intelectual que tu obra requiere.
MUCHAS GRACIAS PEDRO !!!
y lamento no estar a la altura intelectual que tu obra requiere.