sábado, 19 de diciembre de 2015

AUNQUE NADIE QUIERA SABER... DE LA OSCURIDAD, ELLA ES.



Retomando las palabras de dos personas amigas de facebook haré algunas reflexiones sobre el duelo o los duelos. Una de ellos me decía que “quien se para muere, la vida es un devenir constante”, y que en el duelo el encontraba una nota discordante, y la otra citando a Ángel González que  “para vivir un año, es necesario morirse muchas veces mucho”.


Y efectivamente, el duelo es o introduce una nota discordante o disonante en el  devenir, quiebra la armonía del flujo del devenir de la vida que nos apetecería que “fuese constantemente” placentera, feliz, y que pudiera discurrir de una cosa a la otra, de un vínculo /lugar etc. al otro, sin  tropiezos ni trabas, sin dolor. Y muchos mensajes, que continuamente encontramos por ejemplo en facebook, van en ese sentido de ir hacia adelante, de  disponerse a intentar ver aún en situaciones difíciles o de franca pérdida, el vaso más bien lleno que vacío, en atesorar las posibilidades o ganancias que  implican los cambios. Hay una tendencia muy marcada en esta  época,  a pretender y aún a  exigir a las personas el que todo lo afronten o gestionen (término que detesto para hablar de la afectividad porque es inapropiado y está sustentando en la idea de un sujeto que pudiera ser dueño completo absoluto de sí mismo, de su querer y de su  libertad, lo cual es inexistente)de manera positiva, con fuerza y optimismo, ya que- retomando el título de la película que hace unos días comentaba- hoy más que nunca  “Nadie quiere la oscuridad”. Es más, muchas veces a las personas que intentan darle un lugar a dicha oscuridad, se las intenta persuadir o incluso conminar  a que la nieguen, a que la dejen de lado. ¿No es eso acaso lo que muchas veces se le propone a alguien que está atravesando un duelo? “No te quedes en casa llorando, sale, diviértete, no te quedes encerrado pensando en eso”,  en definitiva: encuentra otros “objetos -personas que  llenen a toda prisa  el vacío que tanto dolor produce, que impidan el tiempo vacío que es de soledad y encuentro  tortuoso de uno mismo y su ser solo,- que es encuentro con aquel o aquello que ya más nunca estará-,  para evitar pensar en lo perdido. O sea que se impulsa a  hacer precisamente lo opuesto de lo que requiere elaborar y aceptar la pérdida; lo cual q implica “de verdad” haberse vaciado del objeto perdido y del dolor que acompaña a dicho vaciamiento, para estar entonces recién ahí, en condiciones psíquicas de colocar a otro objeto en dicho lugar. Y así velozmente “un clavo saca a otro clavo” como dicen, o sino quizás sirva el alcohol o la droga, o el sexo, o la redes sociales consumidas de manera adictiva, un viaje, las compras, etc., para no sentir el dolor y hasta para seguir riendo, porque dicen que “más vale reír que llorar”.

¿Por qué se aconseja esta pseudo-cura maníaca del dolor que produce el desgarro que es cualquier pérdida para un sujeto?
 Porque ese vacío produce angustia: no ser y no saber ya quien soy sin el “objeto” o /y para el objeto, y quizás también ya “no querer siquiera ser sin él” o no importarle ya la vida debido a esa pérdida donde siempre perdemos una parte de nosotros mismos que nunca del todo fuimos, pero que aún así nos dio consistencia en ser(identificación), mientras pudimos sostener y creer la ficción  que construimos para aferrarnos- a él y a nosotros mismos a través de él ).
Levedad, fatalidad del ser que es no-ser, de la cual precisamente da perfecta cuenta de manera hermosa “Lo fatal” de Rubén Darío:
“ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto/y el temor de haber sido y un futuro terror…/


 (El  término objeto esta tomado en sentido psicoanalítico, y al lugar de ese objeto que lacan llama objeto a (que en realidad es una falta de objeto, un vacio estructural producido en el sujeto por su encuentro con el lenguaje),  y que puede estar  “llenado en apariencia” por diferentes objetos concretos, personas o ideales.

Sostener la angustia  y poder preguntarse por su porqué no es nada fácil en esta época que no habilita un lugar posible para  la misma, para ser capaz de registrarla y reconocerla como tal (estoy angustiado/a), preguntarse el porqué , o sea el sentido qué esa angustia tiene para el sujeto, concienciar que se debe a la presencia excesiva del objeto(conjunción del sujeto con el objeto) que debería poder perder o separar de mí , y una vez asumido esto, estar en condiciones y disponibilidad de “tirarse”  un tiempo variable en cada caso,  llorando, maldiciendo, culpandose, disculpándose, etc. o sea,  haciendo el duelo por lo perdido, sea lo que sea ese objeto perdido. Y  sin embargo, Lacan mantiene que  la angustia es de todas las señales aquella que no engaña” porque es la  “vía regia” de acceso a aquello que no es simbolizable. Por ser un afecto y no un significante, la angustia opera como señal ante aquello que es irreductible al significante, es por eso mismo que es la señal que no engaña, es señal, dice Lacan, de lo real que se presenta en la experiencia. Y eso real es el objeto a, objeto de goce pulsional perdido, resto de la operación de división subjetiva inaugural de todo sujeto que va a ser reencontrado (como falta de objeto en realidad) en toda pérdida se elabore o no el duelo por la misma.

Angustia  que si se la escucha, dice la verdad del sujeto de goce, le dice algo acerca cual es  su relación con el objeto cuya pérdida no se está pudiendo asumir, ya que la angustia indica la presencia absoluta del objeto, la anulación del sujeto y su deseo por la presencia sin “corte -falta o separación-duelo” del objeto que habría de poder perderse. El taponamiento del vacío con otros objetos por horror al mismo, es la huída del deseo y la presencia de la pulsión de muerte.Por eso para Sartre  la angustia es la que  anuncia la libertad del sujeto cuando está aún no es posible. Porque le señala su atrapamiento, su identificación total al objeto que en este caso es de goce,  y solo separándose psíquicamente del mismo, esto es,  haciendo el duelo, podrá devenir sujeto de deseo (en relación a un objeto aceptado como perdido).Pero antes de poder no solamente crear el devenir (hacer que este devenga) y valorar lo que el mismo depara, es condición previa y sine qua non “morirse muchas veces mucho”   como dice mi amiga Emma a través de Angel González, separarse muchas veces , cortar muchas veces mucho con el objeto perdido para perderlo  psíquicamente. Solo puede crearse, advenir lo nuevo, cuando hay falta,  vacío; si en  el psiquismo la libido aún está adherida o fijada al objeto anterior, no puede dirigirse a ningún otro objeto, o lo hace a medias, como habitualmente se puede observar en algunas parejas que terminan su relación e inmediatamente, o aún antes de separarse físicamente de la otra persona,  comienzan otra , y donde muchas veces la persona está efectivamente a medias,  a medias entre la pareja anterior de la que solamente   se han separado  físicamente, pero  no psíquicamente, pues  no terminan de poder dejar de ocuparse de ella en sus pensamientos y sentimientos ( piensa en ella, comparan a la nueva persona con la otra, desea saber de la vida de la otra persona, siente nostalgia de aquella relación etc.)Esto obviamente puede suceder también con la separación respecto de lugares o situaciones  como pueden ser cambios de lugar de residencia, de casa, de trabajo, etc.

 No entraré en detallar las etapas por las que atraviesa un duelo porque eso puede ser encontrado si interesa saberlo en muchos lugares o sitios de psicología; aunque sí he de decir,  aún no siendo especialmente partidaria de los libros de autoayuda, -que en si  tampoco sé si este que voy a nombrar pretende ser de este tipo-que  considero que   “El camino de las lágrimas” de Jorge Bucay aborda muy bien el tema del duelo, mostrando claramente los distintos momentos y sentimientos por los que atraviesa la persona en el mismo.

 Pero no todos estamos preparados  para poder hacer duelos, porque hacerlo y sobrevivir  requiere antes que nada haber aprendido a detenerse en el dolor, a permitirse experimentarlo y registrar sus efectos y afectos en uno mismo, a pensarse en el mismo y generalmente no educamos para ello, al contrario, es común escuchar ante una pérdida este tipo de frases: “no pasa nada”, “ya pasó”, “te compro otro”, “no llores”,  “es una tontería llorar por eso” , “te compro un heladito y se te pasa(heladito!!!) o un chocolatito, y luego la persona se acostumbró a que si está triste se atiborra a dulces o a comida , o al  te llevo a comprarte un juguete, o nos tomamos una cañita o un vinito y ya nos anestesiamos del dolor, etc.
  Todo esto aleja a las personas de la capacidad de elaborar y superar los duelos, de entrar en el sufrimiento profundo que implica la toma de contacto con el vacío que deja el objeto perdido, objeto que también puede ser aparte de separación de personas, lugares, objetos, separación de aspectos o partes de una parte de una misma, de rasgos de carácter, identificaciones que en algún momento pueden devenir síntomas molestos y que a veces requieren ser abandonados: por ejemplo “ser” excesivamente responsable, ordenado o desordenado, sensible, etc., aspectos que nos cuesta cambiar porque requieren de hacer un trabajo de duelo  que es difícil,  ya que  generalmente esos rasgos que luego nos perjudican fueron fijados en nuestra personalidad en la infancia como respuesta complaciente al deseo del Otro o como respuesta defensiva respecto del mismo: por ejemplo, ante una figura educativa que exigiera mucho orden, el niño puede obedecer y querer ser ordenado para satisfacer al Otro y obtener su amor, o lo contrario, desobedecer y ser desordenado para rebelarse y librarse de su deseo, si el mismo es vivido como  muy dominante y no  le deja ni una brecha de libertad, o ser muy ordenado en algunos aspectos de su vida y desordenado en otros.

Y para finalizar algunas de “mis creaciones” que surgieron en una etapa de mi vida donde tuve que  hacer  un duelo que implica varios duelos al haber emigrado de Uruguay a España, hoy sigo en duelo, y mis caminos en estos momentos no son serenos, pero “Andando caminos serenos” es el resultado de un gran tramo de duelo elaborado respecto de quien yo era en mi país de origen,  y de quien soy o más bien no soy ahora,  pero  ya me encuentro en otro momento del mismo y cobran relevancia otros aspectos o aristas del objeto. La escritura me ayudó y me salvó.



EL ESPEJO ROTO.
¡Y yo que allá antes tenía
un fabuloso espejo mágico!
¿qué va a ser de mi ahora
que acá
me
se  ha roto
y me
se cae a pedazos?

Sin mis oropeles ¿cómo amarme?
Sin mis oropeles ¿quién va a amarme?

Un narciso se ha marchitado en mi mirada y cae.

Afrodita ha envejecido
madre ha sido
y la fuente de Juvencia ha perdido
en la noche
ya no hay sátiros ni íncubos anhelantes
de adorar su desnudez
como antes, cuando ésta era de su cuerpo
su más bella vestidura
cuando sus pechos y glúteos
 exhibían altivos  la firmeza marmórea
de una escultura griega.

¡Y yo que antes tenía
un fabuloso espejo mágico!
¿Qué va a ser de mí ahora
que acá
me
 se ha roto
y me
 se cae a pedazos?

Sin mis oropeles ¿cómo respetarme?
Sin mis oropeles ¿quién va a respetarme?


La flor del pensamiento se ha marchitado  y cae.

Atenea,
otrora victoriosa
sus alas han cortado
en la batalla arrebatándole 
su escudo y su lanza,
la lechuza yace
en su brazo dormida
ya ni el Arte ni la inteligencia ilumina-n

¿Cómo hará Odiseo para continuar su viaje?

Sólo la  flor del deseo podrá alumbrarle.



INSENSATA.
¡Insensata!
eso has sido ¡insensata!
cuanto más te aferraste para no caerte
más abajo caíste,
cuanto más temiste
lo que más temías sucedió,
cuanto más dijiste no querer aquellas penas sufrir 
más contigo ellas se ensañaron,
¡Insensata!
no es que no hubieran señales
¡es que tú todas te las saltaste!
Y te olvidaste de Ulises.

Cuanto más te empeñaste en responder
a lo que querías y creías ser
menos fuiste
y  sin embargo fuiste
donde menos quisiste

como si fuera posible a la mariposa
haber no sido antes gusano de seda,
como si fuese posible a un gusano de seda
 resistirse a devenir mariposa.





YA LO PEOR PASÓ.
Algunos creen que nacer es el principio
algunos creen que nacer es un placer.

Algunos creen que nacer es al principio
que nacer nos da placer.

¡Pero yo, en carne propia sé que antes
se necesita haber muerto para poder nacer!

Ya lo peor pasó
es necesario abortarse para poder nacer

Ya lo peor pasó
es necesario caerse para poder nacer

Ya lo peor pasó
¡ Lázaro, levántate y anda!







AMANECER.
 Hoy ha amanecido un sol radiante
ni una sola nube empaña el horizonte.

Hoy amanecí un sol radiante.

Sin querer me sorprendo
tarareando canciones
 a retazos
tiempo atrás olvidadas
que dicen de soles, cambios,
imprevistas primaveras y bienaventuranzas

es que ahora,
que al fin todo está perdido
y  nada tengo que perder

es que ahora,
que al fin todo lo he perdido
y nada temo ya perder

me he dejado caer
todas las máscaras
ya en ellas no confío
¡yo que de ellas
tiempo atrás
queriendo sin querer me fio!

y es un alivio saber
que sin ellas sobrevivo
¡y es más, río!





¡QUE RISA!


¡Qué risa!
¡Qué risa me da  darme cuenta
que hoy puedo reírme de mi!
¡Qué risa y que alivio saber
que ya no me(la) creo

que puedo empezar otra vez!

¡Qué risa!
ahora que puedo jugar a ser Otra
porque no lo soy

¡Qué risa!
el placer  de haciendo la Otra pillarme
 copiando sus gestos, fingiendo su voz

¡Qué risa y que alivio
saber que es teatro!
que puedo empezar otra vez.


VACÍA PARA AMAR.
Dice “La Negra”:
no pienses que todo
está perdido
yo vengo a ofrecer mi corazón.

Digo yo:
ahora que todo está perdido
yo puedo ofrecer mi corazón.






EN TRÁNSITO.



¡Qué bueno!
¡Qué bueno poder ir en tránsito!
con la certeza de la partida
 y la incertidumbre de la llegada
con la cabeza nunca apurada
vacía de pensamientos y de recuerdos
y las maletas perdidas
entregada solamente
al latir del corazón.













ANDANDO CAMINOS SERENOS.
En estos días en que me he dado cuenta
 que no todos los caminos conducían a Roma
y que andar conmigo quiero


En estos días en que me he dado cuenta
que  se me han desdibujado
todos los caminos
 se me han roto todos los esquemas
y andar conmigo se me ha hecho más liviano

el Mar, brujo cómplice devuelve 
mi imagen serena de sol difusa
en vuelta
en pequeñas olas casi silenciosas…
me acerca a la orilla,
me deslizo sin prisa
suavemente sobre la arena

dejo que mi oído caracol se alegre
con la risa de algunos chiquillos
cuyos pies descalzos
dejan pequeñas huellas…

y el cielo, en silenciosa fijeza azul
suspendido
da a ver incorpóreos garabatos de espuma
que en inédita geometría completarían
un cuadro impresionista que apena no saber pintar.













- Kierkegaard ante Lacan:lo real y lo imposible” ,Laura Arias, virtualia.eol.org.ar 

- Kierkegaard, Sartre y las conductas de mala fe, Eduardo Fernández Villar, “A parte Rei” 45, mayo 2006 revista de Filosofía (esta en internet)












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