domingo, 30 de marzo de 2014

DIMINUTA PARODIA DE UN ANÁLISIS EN CLAVE DE LIMÓN.




Fin de análisis: Si la vida te da limones, pues aprende a hacer una limonada, o alguna otra cosa derivada.
 a ser una limón hada.
a ser una limo nada,  Lemonada pues 
debajo del limón(objeto a), hay nada.

Llegada al análisis: pues mire yo vine porque un día lo escuché hablar en una conferencia y quedé impresionado, una persona que sabe tanto, tiene tantas titulaciones , porque estuve investigándole antes de decidirme a venir, sabe, y encima se apellida Lemonada, tiene que pode ayudarme con mi problema, a encontrar una solución a lo que me sucede.
-Pues lo escucho, ¿qué le sucede?   
El problema que yo tengo es que la vida solo me da limones y es que me  caen fatal, son tan ácidos, no sirven para nada, solo me traen malestar, ¡dígame usted  qué puede "puedo hacer uno" con ellos!… Yo me pregunto, ¡¿por qué justo a mí, la vida me tiene que dar limones?!  ¡¿Qué habré hecho para merecer esto?!
 Mientras a otros les da naranjas, melocotones, ¿vio?, son dulces, sabrosos y puede con ellos hacerse tanta cosa, zumos, mermeladas, o simplemente comérselos así frescos. Pero no, tenía que ser a mí que me tocaran los limones. Ya cada vez los puedo soportar menos, me producen un malestar estomacal que va en aumento y hasta sueño con ellos; tengo un sueño recurrente en el que  toneladas de limones me aplastan.
Creo que me he pasado toda la vida intentando sacarme los limones de encima, pero no, en vez de ello cada vez están más afianzados en mi vida. He intentado  cambiarlos por naranjas o cualquier otro fruto, ¡claro, nadie quiere!, ¿quién va a querer una cosa así? Tan contentos que van por la vida los otros con sus espléndidos manzanos, con sus maravillosas clementinas. Bueno, también he intentado  conformarme, como hizo el pobre de mi padre,  y por eso hasta los he intentado mirar con cariño y aceptarlos,  y me he dicho: bueno, que le vamos a hacer, por lo menos llevan en sí el color del sol y su aroma es muy usado en detergentes, por algo será.
-¿Cómo hizo el pobre de su padre?
¿Ah, sí¡ Porque yo creo que todo este problema empieza en mi infancia, y arranca con mi padre, sucede que ya mi padre quiso cultivar naranjas, y resulta que nunca supo por  qué motivo las semillas que plantó le dieron limones; pero claro, como él era un hombre muy religioso, dijo que Dios sabría lo que hacía, que por algo a él le habían tocado en la lotería de la vida los limones y se conformó, y simplemente cultivaba los limones para venderlos en el pueblo a los vecinos; su sueño de tener una gran fábrica de zumo de naranja quedó por el camino. Pero creo que yo me puse la firme misión de hacer realidad el sueño que quedó por el camino de mi padre. Pero ya ve,  con esta edad que tengo y aún no lo he podido lograr…
Claro él nunca protestaba, alguna vez contó la historia como al pasar, pero a pesar de que su sueño quedó en eso simplemente, en un sueño, no parecía estar frustrado ni nada; en cambio era mi madre la que no dejaba de recordarle que lo que a ella le había enamorado era su empeño en cultivar naranjas, y resulta que le había mentido, pues al final lo único que él le daba eran limones. Y ella tampoco les veía la utilidad, ni supo cómo hacer que su esposo dejara de lado aquello que ella veía como resignación, pero que él llamaba convencido, aceptación.
¡Y hete aquí que ahora me han pasado la posta!, y yo sigo tratando de deshacerme de los limones.
_ ¿LE  han pasado?, ¿Des- hacerse?
Bueno, hoy dejamos por aquí.

Muy escueto desarrollo: 
_Sabe que me quedé pensando sí, en que no se si realmente me han pasado la posta o yo he querido ponerme ahí  para el relevo.
 _ ¿Re- levo, re- elevo?
 _ ¿Elevar? Silencio…Sí quizás,  hacer lo que mi padre no hizo…digamos que por ella. Para conformar a mi madre quizás, ¿vio?
(La analista piensa: claro, quizás darle a la madre una dignidad que nunca tuvo y que no se la dio el marido tampoco).
_ ¿Vio?
_ No entiendo, ¡es una manera de decir! (sorprendido), quiero decir si usted me ve, digo, me equivoqué, lo ve, ¡a lo que le digo!
_ ¿Si yo lo veo? ¿O alguien más?
Silencio… 
_ ¡Ah, ya! Sí, nunca lo pensé, pero quizás para que me vieran, sobre todo ella, que me mirara y admirara. Porque ella no admiraba a mi padre, ¡que va a admirarlo!, ¿por darle limones?
_Silencio…
Bueno, aunque pueda parecer  extraño, puede que sí, de su propio padre ella también recibió solo limones. No supo elegir otra cosa, aunque fue lo que siempre más deseó.
_ ¿Fue lo que siempre más deseó?
_ ¡¿Usted se refiere a mí?!
Silencio
Pienso que quizás yo nací  para que ella pudiera verse, elevarse y también, ser mirada.
_ Ser mirada (ser una mirada)
_¡…..!

Y así muchas sesiones, varios años después llega un día en que este analizante ficticio  dice: el tema ahora es que hacer con los limones.
_¡Ah! parece que ahora ya no se trata de deshacerse de los limones, sino de hacer algo con ello, hacer-se con los limones.

_Pues sí, estoy pensando que quizás no esta tan mal utilizar el limón en el rubro de la alimentación, o de la limpieza, o de la cosmética y perfumería, hay muchas posibilidades, a ver cuál es la  mía. 

Texto de Anabella Rodríguez.

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