“El goce debe envolverse con palabras,
interpelarse con semblantes, distenderse con juegos y deportes, resonar en la
música y allí el sujeto elegirá, a partir de qué temática fantasmática, a qué
anudarse, con qué sostenerse sintomáticamente”
Hebe Tizio. La educación
y los cuerpos de hoy. Texto realizado a partir de la Conferencia en la Universidad de Deusto el 7 de abril de 2006. “Síntoma,
lugar y lazo” Patricia Tassara.
“Rodeamos de lienzos
una desnudez sonora, extremosa, lastimada, infantil, que perdura sin expresión
en lo más hondo de nosotros”…Esos lienzos son de tres clases…(…)”lo que canta,
lo que suena, lo que habla”.
“Los lienzos son eso (…)
que envueleve al niño cuando sale de al noche materna(…)”
“El vínculo entre el
niño y la madre, el reconocimiento del uno por la otra y la adquisición de la
lengua materna se forjan en el seno de una incubación sonora (…)”
Pascal Quignard, “El odio de la
música”
El niño es
ser biológico, prematuro que necesita del Otro y de la cultura (y especialmente
en ella el lenguaje) que este porta para arroparse, humanizarse y devenir
sujeto psíquico. No somos un animal que vive en el aquí y ahora instintivo, sino
sujetos y las palabras y la historia conforman nuestra psiquis y nos dan
existencia subjetiva. Ayudan a la constitución del cuerpo también en la medida
en se tiene un cuerpo gracias a los simbólico y este es más que imaginario y real.
Necesitamos
historias para vivir, para explicarnos las cosas, dar un sentido a nuestra
vida, un mito sobre el origen, de ahí las teorías sexuales infantiles. Nuestro
sentimiento de identidad funciona en relación con una temporalidad
pasado-presente-futuro. Más ahora, ¿las hay? ¿Se ha perdido hoy la necesidad y capacidad de narrar nuestra vida?, ¿en el futuro la vida
será inenarrable, puro presente imaginario-real, como la del Minotauro en el cuento de “La casa de
Asterión” de Borges?
Sin duda, a
ello contribuye la tecnología y la actual Psiquiatria y Psicología Cognitiva
que no promueve la búsqueda de sentido a la vida y a las dificultades de las
personas, sino que al contrario, los excluye ex profeso catalogando a las
dificultades vitales de trastornos de personalidad, no considerando lo eminentemente humano que es el lenguaje y lo social como posible causa
sobredeterminante(acepción Freudiana del concepto) de las mismas, haciendo recaer la causa
enteramente en la persona, y en sus cerebro(el que sufre algún tipo de dis-función o presencia en más o en menos de alguna sustancia).Ello implica una pérdida de libre albedrío cada vez mayor para las personas, pues la enfermedad no puede entonces ser solucionada o mejorada si no es mediante medicación, y el papel del sujeto se reduce así a cumplir con la prescripción medica del psiquiatra, y en el caso de la psicología Cognitivo Conductual, a cumplir con la programación de técnicas de modificación de conducta, las cuales son aplicadas generalmente sin interesarse por el sentido de los síntomas en la historia vital de ese sujeto y en la actualidad de la misma.
Así, casi todo tiende a pensarse como creado y causado por factores de orden biológico
(disfunciones cerebrales, aumento o carencia de sustancias o neurotrasmisores,
etc.), lo cual me hace pensar en el peligro del discurso científico y la tecnología, pues se le quita todo
sentido, significado a las experiencias vitales, el sujeto es como una animal,
puro cuerpo instintivo.
( No obstante lo dicho anteriormente he de reconocer que hay un enfoque más reciente dentro de las terapias cogniticas, que es el de las terapias cognitivo-narrativas que dan cuenta de esa necesidad de incluir el lenguaje y la ficción narrativa para la eficacia de los tratamientos, en ese sentido exagerando un poco, yo diría: no somos como el perro de Pavlov ni tampoco un ser todo consciencia, sino seres de ficción, de palabra y solo mediante la misma podemos acceder a una verdad no toda).
Quizás para algunas personas es más cómodo, por ser menos doloroso a nivel psíquico,dejar enteramente en manos de otros, dueños del saber, la responsabilidad sobre lo que les sucede y el porque les sucede, así como las acciones para mejorarse. Y más cuando esa tendencia es presentada y reforzada con visos de saber verdadero por determinadas disciplinas y saberes dominantes, y más aún en un momento histórico en que es tanta la incertidumbre que pesa sobre el ser humano, que muchos se aferran a cualquier certeza con tal de sentir algún reaseguro. Y quizás, debido a que las condiciones actuales impiden cada vez más a las personas decidir realmente sobre sus vidas,es menos angustioso aceptar que los problemas personales o de sus
hijos se deben a algo exterior a ellos que alguien les va a resolver en tanto ellos cumplan lo más a rajatabla posible con "la receta" acordada, pues en cada caso contrario, aumentaría la sensación de angustia y de impotencia, ya que sería asumir que el cambio esta en sí mismo predominantemente pero que la persona no puede hacer lo que debería para modificarlo ( por ejemplo, si una persona asume que puede modificar con terapia su malestar, necesita un terapeuta; todos sabemos que el número de ellos en la atención pública es ínfima, y además los que hay, mayoritariamente adscriben a un modelo de tratamiento de tipo congnitivo-conductual; por lo que, si esa persona quiere un tratamiento donde poder hablar, desplegar sus ser, padecer y saber -inconsciente- sobre el mismo,habrá de poder pagarlo, y todos sabemos que hoy con la situación de desempleo y crisis, seguramente quienes más lo necesitan, no pueden hacerlo).Y así se inocula en las personas la cesión de responsabilidad subjetiva y social y el no pensar (¿para qué pensarse y pensar la realidad, si cada vez se puede incidirse menos en el medio?, ¿para como dicen algunos "hacerse-solamente- la cabeza"?). El costo derivado de ello es elevado en cuanto a enajenación, y mucho más , ya que si nada
depende del sujeto ni de las condiciones sociales, económicas, ideológicas ni políticas de vida, nada puede
cambiarse, nada hay que desear cambiar a nivel del mundo, basta con hacer
pequeños cambios que afectan la vida individual y cuando mucho, familiar del
sujeto (tomar adecuadamente la medicación, cumplir determinadas rutinas,
asistir a la sesión de re-educación emocional correspondiente, etc.)
Para
comenzar, diremos que precisamente la importancia que puede otorgársele a la
literatura infantil es la de tener una función que podríamos llamar de sostén o de ayuda a la estructuración el
psiquismo infantil. Para poder ir pensando esta función, hemos de tener en cuenta
en primer término el lenguaje, que es el medio mediante el cual se cuentan las
historias y los cuentos, se recitan las poesías y se cantan las nanas y las
canciones infantiles. Ahora bien, desde la concepción que hace el psicoanálisis con Lacan del
lenguaje, el mismo no es resultado de un proceso de aprendizaje ni algo innato,
sino que precisamente el sujeto que para el psicoanálisis es el sujeto del
inconsciente, es estructurado por el lenguaje, por lo cual éste le precede y el
sujeto psíquico nace como tal solamente gracias al mismo. En este sentido nace
sujetado al Lenguaje. Y este aspecto es lo que en el nudo borromeo en Lacan
constituye lo simbólico.
Luego de esta digresión necesaria, retomo que para pensar
este proceso de entrada entonces del niño en lo simbólico, consideremos que
tenemos al niño, ser biológico que aunque no habla ni piensa aún, ya viene
inmerso en un baño de Lenguaje pues la cultura y el lenguaje preceden a su
concepción por lo que ya algunas marcas significantes van a ir “tomando cuerpo”
tomando el cuerpo y marcándolo para que devenga cuerpo humano, lo cual solo
puede hacerse mediante el lenguaje, lo simbólico,(incluso podríamos decir que
marcando la historia de ese proyecto de hijo,
de la concepción, de ese cigoto
que se va a ir convirtiendo paulatinamente en un cuerpo con características que
lo definen como humano, primero en un feto y luego en un bebé), tomando ya lo
que Lacan llama la materia gozante para que vaya deviniendo cuerpo erógeno de ese pequeño, cuerpo
entonces tomado en las redes del significante, que por ello nunca será en el ser humano -como sí lo es en los
animales- puro cuerpo biológico. Tenemos ahí los primeros esbozos de la
constitución de la imagen corporal (lo imaginario) y un real, un resto que no va a poder ser subsumido en lo
imaginario ni atrapado totalmente en las redes del significante. Ese resto del
lenguaje que no podrá abordarse por el sentido, se vinculará el goce y a lo que
él llama lalangue.
Por eso es que Lacan habla de que el sujeto es
constituido por el lenguaje y por tanto está
tomado por él desde siempre; somos
hablados por el Lenguaje antes (de) que hablamos, y que hablemos, se nos
nombra antes de que podamos nombrarnos y esos nombres son las marcas del deseo
del Otro que nos subjetiva, marcas por lo tanto imprescindibles para devenir
sujetos psíquicos.
Ese lenguaje ya está presente desde el cuento que se cuentan
y que les cuentan a sus allegados los padres, cuentos en relación al deseo por
ese hijo aún no concebido, pero ya deseado, imaginado, fantaseado, tal vez ya
buscado, ya concebido o que viene en camino. Por lo tanto el cuerpo meramente
biológico se empieza a formar ya inmerso, protegido por un baño de lenguaje
antes que por el líquido amniótico –aunque en determinadas situaciones que dan
lugar a algunas patologías ello no sucede de esta manera-.Y está presente en
los pequeños cuentos y/o grandes historias, y mitos familiares que como los sedimentos de un río son arrastrados de generación en generación, fijados unos, filtrados otros-dependiendo del
hijo, de su sexo, del lugar que como hijo ocupe en la familia-no se da la misma
herencia simbólica a todos los hijos-, de aspectos inconscientes que se juegan
en la constitución de esa pareja( en la elección que cada uno hace del otro),
de determinadas situaciones que se van dando en la realidad de esa pareja en el
momento en que se juega ese deseo y en la concepción del hijo o hija,
etc., y
que están ya incluso antes de que
el niño haya sido concebido,- cuando ya va siendo deseado por sus padres-
Ya
desde el deseo en ciernes de unos padres
por el hijo se van trazando senderos, redes significantes
que van tejiendo el nido que ofrecerá protección psíquica y por tanto física
también (la supervivencia no solamente es cuestión biológica, el bebé necesita
también “alimento psicológico” para crecer y nacer)y posibilidad de
subjetivación a es bebé apenas naciente en el deseo parental.
A través de lo que
dice-y lo que no dice, pero puede que piense o no piense, pero que
igualmente se diga en ella de manera inconsciente, y también de cómo lo
dice(idioma, tono de voz, musicalidad), la madre “dice” a ese hijo cuando lo tiene en su
vientre, dice también en la música que
intenta “hacerle escuchar al feto” –ahora que está tan de moda, buscando para
el bebé los beneficios del llamado efecto Mozart, hacerle escuchar música ya en
el vientre materno-; aunque la primordial sea antes que cualquier otra, la de su voz, esencial para que el niño sea
aprehendido en la musicalidad del
lenguaje y gracias a ello en la
afectividad ya que la misma se trasmite
mediante la voz materna, lo que los lingüistas llaman aspectos prosódicos del
lenguaje(cadencia, ritmo, tono, la entonación, las pausas, la velocidad de
elocución, la cualidad de la voz), por tanto el
cómo y también el qué le dice, en
los cuentos en que dice acerca de cómo quiere que sea su nacimiento, de quienes
estarán o no presentes, en cómo quiere el dormitorio, la ropita, etc. Los
padres le hacen y se hacen su propio cuento en relación al hijo que desean, que
temen, etc.
Lacan habla
de lalangue refiriéndose precisamente a esos aspectos producen marcas en el cuerpo y
en la psiquis esos aspectos y no lo que la madre dice (el significado) producen
efectos en el cuerpo del bebé (desde bienestar a malestar, alergias, problemas
digestivos, relajación o exceso de excitación etc.)Si como se ha comprobado, la
música provoca que el agua cristalice de determinadas maneras, obviamente que
en un cuerpo humano y un psiquismo en ciernes
mucho más sensible tanto la
música en sói pero antes la musicalidad de la voz materna produce sus
efectos(afectos).
Y ya cuando
el bebé nace, la madre especialmente le habla y le cuenta al niño o niña quién
o qué es él o ella para ella como madre
y lo hace mientras se ocupa de sus tareas maternales: “este niño es un comilón
ya quiere teta de nuevo, es un niño que
es muy bueno, duerme ya de noche”, pequeñas historias que van enmarcando,
sosteniendo al pequeño ser, recubriendo de lenguaje lo biológico, lo pulsional
y lo real de la carne, coadyuvando para que a nivel imaginario el niño pueda
tener un cuerpo. Y ahí tienen un lugar
muy especial las llamadas nanas o canciones de cuna cuya función es precisamente
acunar; a-cunar que a mi entender va más allá del hacer dormir, en todo caso
adormecer al bebé respecto de los estímulos de lo real, cubrir una desnudez
originaria, aquietar, calmar, organizar el desborde pulsional, hacerlo entrar
en los desfiladeros de lo nombrable, y por tanto de lo simbólico y de lo
imaginario, las que muchas veces van
acompañadas de movimientos corporales rítmicos que refuerzan ese efecto
calmante. Hacer que el bebé pueda digerir la realidad pero no solamente a nivel
de la pulsión oral sino de todas las pulsiones, a nivel de la organización de
la imagen corporal. Hay que considerar
que en estos momentos el bebé a nivel de significado no entiende las palabras
de su madre, pero sí los efectos
prosódicos del lenguaje a que ya hiciéramos referencia, el sonido de la voz, el
ritmo, la melodía y la madre va estableciendo sincronías, repeticiones de
determinadas nanas , las que a su vez se repiten en relación a determinados
momentos e inclusive espacios, maneras en que la lengua primigenia que es la
lengua materna, lengua cargada de afecto es lo que Lacan llama Lalangue vaya
deviniendo la lengua.
En este
sentido somos seres ficcionales y ficcionados por el Otro desde antes de nacer
de lo que creo da buena cuenta el comienzo de la mayoría de los cuentos
clásicos que comienzan con: “había una vez”
que borra el registro temporal (no se dice una fecha exacta) el inicio
de la historia del sujeto psíquico. Todos somos habitantes de alguna ficción y
sea cual sea es lo mejor que os puede pasar, como dice Auster refiriéndose a
Kafka y la muñeca viajera. Y como decía Lacan “la verdad del sujeto tiene
estructura de ficción “, no hay ninguna verdad para el sujeto –debido a que
somos sujetos al Lenguaje- que se más
real que la ficción que hemos construido sobre nosotros mismos en el
encuentro con el Otro y también sobre ese Otro.
¿Qué sucede actualmente?
Volviendo al caso del niño, el hecho de que no se hable mientras se hacen una serie de funciones que satisfacen necesidades primarias, de supervivencia, como las antes citadas, no es algo sin importancia, ya que el cuerpo biológico necesita para estructurarse como cuerpo psíquico, como cuerpo erógeno, y por tanto para organizar las pulsiones, del lenguaje, de las palabras, por lo cual simplemente impulsar el niño a comer o a dormir mecánicamente como si la única necesidad que él tuviera fuera de orden biológico como sí se produce en los animales, va a hacer que lo pulsional quede desanudado de lo simbólico. En este sentido viene a mi mente algún episodio del programa la Super Nanny donde algunos niños tenían problemas para comer y lo que se observaba era que precisamente los padres estaban centrados en que comiera y durante las comidas no hacían más que repetirle al niño: “tienes que comer, come, come”, a lo cual el niño se oponía entonces con mayor brío. Cuando el Otro se preocupa por la alimentación de aquel cuerpo solamente, la papilla deviene asfixiante (Lacan considera que el Otro de la anoréxica confunde el don de su amor, con el don de sus cuidados. Lejos de dar lo que no tiene, suministra lo que posee y por ello, la papilla deviene asfixiante. El Otro confunde sus cuidados con el don de su amor, en el lugar de lo que hubiese sido dar lo que no se tiene-lugar del amor- se da la papilla asfixiante de lo que se tiene).
Y precisamente, lo que la psicóloga les recomendó era que cuando estaba comiendo hablaran de algo, de cualquier otra cosa que no fuera la comida, y especialmente que le preguntaran sobre la escuela o el deporte, o sea de alguna manera que se interesaran por él como sujeto, y no como una boca que come o solo un cuerpo al que hay que hacer comer para hacer vivir (cuerpo máquina). Y obviamente, el niño empezó a comer y ¡a hablar, ser escuchado y escuchar! Pero además, muchos niños ya desde los pocos meses son dejados en guarderías infantiles donde por más que les hablen seguramente no puedan hacerlo demasiado ya que las cuidadoras tienen muchos niños de quienes ocuparse y que llevar a cabo multiplicidad de tareas.
Otro
fenómeno muy extendido actualmente es que muchas veces no se toma al niño y se le habla o se le canta sino que se lo pone delante de pantallas o
aparatos que le cantan. Se le ponen aparatos complejos que los mecen y cantan
pero se pierde el calor y el movimiento vital del cuerpo humano (el oso con
latidos que hizo creer que era mejor que el latido materno, la hamaca “corazón
relajante de Fisher Price “con reconfortantes sonidos del útero materno”), se pierde
el contacto físico humano, la calidez, el sonido de la voz materna. No me
extrañaría que inventaran y en un futuro no tan lejano, un útero artificial así podrían prescindir de los vientres de alquiler y nacerían bebés por medios aún mas artificiales.
Y esto
contrariando lo que ya se sabe, que para el desarrollo afectivo y por tanto intelectual es
fundamental el haber podido establecer un buen vínculo de apego(Bowly) (ver quien es y su teoría del apego)
La sociedad
de consumo para favorece que las madres sean trabajadoras y
especialmente consumidoras narcinistas (término creado por la psicoanalista
Colette Soler, unión del narcisismo y del cinismo de la sociedad actual) en
vez de cuidadoras de sus hijos, para lo cual crea artilugios para sustituir la presencia
materna en los bebés, pero son aparatos técnicos, una sexualidad tecnológica y
deshumanizada que no me extrañaría que
produjera “nuevos avances”.Y conforme los mayores tienen ya muñecas
inflables para el sexo, a los bebés les pondrán a disposición pechos y madres artificiales para mamar, sometiéndolos así a un autismo total.Así, en la sociedad se estaría generando que las mujeres confíen, y cada vez más, en objetos de consumo para el cuidado y
crianza de sus hijos, deponiendo sus funciones maternas en los mismos, a la vez que la
oferta cada vez mayor de objetos tecnológicos
que potencian en todos –y obviamente también en las mujeres - los goces
autistas, ayudan a desplazar y sustituir el placer que antaño estas encontraban en la
maternidad . Así mientras ellas se dedican a otros goces, los bebés son cuidados por fabulosas máquinas(¡¿identificación
con lo muerto, inanimado?!)
De
alguna manera el cuento, la ficción
principal que todo niño quiere escuchar o necesita hacerse remite a su
existencia: porqué esta el ahí, y por
tanto al deseo de los padres respecto a él, lo cual puede incluir aspectos como
a su sexo: si fue deseado niño, o niña, porqué fue nombrado de esa manera y no
de otra, cómo fue el embarazo de la madre cuando lo esperaba, cómo fue el
parto, cómo imaginaba el mismo y al bebé, etc.
Escrito por Anabella Rodríguez.
Escrito por Anabella Rodríguez.
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